
07 Mar La hipocresía, la mentira y el cinismo, no pueden ser de ninguna manera la base de la acción política.
Asistimos en estos días desde el oficialismo, y también lamentablemente desde la oposición, a un espectáculo que no le hace bien a la política nacional, y que también se traslada en alguna medida al ámbito local del municipio de Morón.
Claramente el oficialismo a nivel nacional se ha caracterizado siempre por usar la hipocresía, el ocultamiento, la mentira y el cinismo, como base de su acción política: chicanear, ocultar información, plantear post verdades, modificar hasta la cuadratura del círculo… es una característica y una marca en el orillo del razonamiento kirchnerista, de su praxis, y de su relato.
Basta como ejemplo de esto, tener en cuenta que siempre se dijo como exageración del nivel de robo de una persona, que la plata no la contaba sino que la pesaba, y esto es lo que hizo la matriz corrupta del kirchnerismo durante los tres periodos de gobierno encabezado por el matrimonio presidencial.
Sin embargo, a esto no puede oponerse una conducta que sea exactamente igual, que sea caprichosa, que sea cerrada, que sea vedetista en algún punto…
Y es acá donde la oposición tiene que hacer un profundo replanteo de qué es lo que tiene para ofrecerle a la Argentina: si quiere ofrecer “kirchnerismo de buenos modales”, si quiere ofrecer “kirchnerismo de malos modales”, o si quiere ofrecer realmente una opción republicana, que entre otras cosas requiere decir la verdad, plantarse con estoicismo frente a la extorsión y la mentira, y poder respaldar las propias acciones con la conducta desplegada por los dirigentes que las esgrimen. Y es acá donde la oposición tiene un fuerte talón de Aquiles grabado en gran parte de las conductas y los discursos públicos y privados de sus dirigentes. Y esto es así porque parte de Juntos por el Cambio ha decidido diagramar una estrategia donde terminan siendo funcionales, y demasiado parecidos al kirchnerismo a ese mismo que dicen querer combatir y al que dicen querer derrotar…
Y no uso las palabras COMBATIR y DERROTAR accidentalmente: Ellos mismos lo plantean en esos términos, y en democracia no se derrota, en democracia no se combate; en democracia se discute, se dialoga, se generan consensos. En democracia se tienden puentes, en democracia se generan proyectos conjuntos con el mayor consenso posible dentro de las fuerzas políticas legítimamente representadas dentro de dichos parámetros.
Y por casa, cómo andamos?
Sin embargo, en el marco de la coalición opositora, y esto es marcadamente en el plano local, existe una convicción filosófica profundamente equivocada, y es que algún iluminado tiene la síntesis, el monopolio y la exclusividad de la representatividad popular, y que sólo se es un representante cabal de los votantes de JxC en la medida que uno cumple con los caprichos y con los dictados de algún tipo de iluminado individual o corporativo, o grupal, o mesa chica, o como quieran llamarlo. La realidad es que el votante de JxC es extremadamente variado como para pretender sintetizarlo en el capricho o en la visión aún bien intencionada, de uno solo o de un puñado de dirigentes políticos. El votante de JxC pide serenidad, pide diálogo, pide previsibilidad, pide bienestar, pide que el Estado se ocupe de mejorarle su calidad de vida, se lo pide al kirchnerismo y también se lo pidió a JxC, y la verdad que JxC no ha sabido dedicarse a ese capítulo especifico de las demandas ciudadanas. No lo ha sabido hacer en el orden local, con un gobierno que ha sido francamente deficitario, salvo en el rubro de las obras financiadas por presupuestos extra municipales, y no lo ha sabido hacer claramente en el orden nacional, donde no ha sabido administrar la economía, para que la economía se traduzca en un mayor nivel de trabajo y de bienestar para los ciudadanos.
Mejorar este rubro no se va a lograr gritando, no se va a lograr teniendo actitudes de vedetismo y no se va a lograr sobre todo siendo hipócrita, siendo cínico y siendo mentiroso, esas tres características con las que inicié esta nota como caracterización del kirchnerismo.
Lamentablemente, en el nivel local existen colegas que creen que esto se trata de LOS ME GUSTA en las redes sociales, que se trata de algún tipo de vedetismo personal, fundado más en cuestiones de base de sus personalidades y no en convicciones políticas. La realidad es que le hacen poco honor al compromiso que tenemos los concejales de JxC con los vecinos de Morón y plantean esta convicción, de que representar a los votantes de JxC es hacer seguidismo de los caprichos de un líder que se maneja como si fuera un patrón de estancia. Así se manejó, así le fue, y así le va a seguir yendo a JxC si siguen convalidando con sus actitudes, y fundamentalmente con la conducta de sus ediles, este tipo de forma de ver la política.
Y cuando digo, así le va a ir, no se trata de un resultado electoral, que puede ser eventualmente positivo, y puede devolver a JxC al gobierno municipal. Lo que estoy diciendo es que el gobierno municipal eventual de JxC va a ser seguramente peor, y llamativamente peor incluso que la primera oportunidad que tuvo dentro de estos veinte años interrumpidos de sabbatellismo en el distrito, y eso realmente sería triste para la realidad política de Morón, y sobre todo para los vecinos, que la única alternancia sea entre voces altisonantes que lo único que quieren es satisfacerse de la política y no satisfacer las necesidades de los vecinos.
Ojala que la madurez, la reflexión y sobre todo la comprensión de la verdadera naturaleza de la democracia alumbre las mentes de los veinticuatro hombres y mujeres que hemos sido elegidos y convocados para representar los intereses de los vecinos de Morón.
Los vecinos tienen necesidades que no pueden esperar a que los políticos dejemos de hacer vedetismo y pelearnos en forma infantil por razones totalmente ajenas a los intereses de nuestros mandatarios y nuestros representantes, que son los habitantes del municipio en cuestión.