
06 Jul La Federación Gráfica Bonaerense renovó su sede en Morón
El viernes 22 de junio se reinauguró la casa de la Federación Gráfica Bonaerense en Morón, ubicada sobre calle Sarmiento 363, a escasas cuadras de la estación del ferrocarril.
La cita celebró las refacciones y renovación de la citada sede, y contó con la presencia del secretario general de la FGB, Héctor “Gringo” Amichetti, así como también participaron varios referentes del sindicalismo local (UTEDyC, ATSA, Foetra, MOPOSI, Municipales, UPCN, SADOP, Farmacia y otros).
Luego de las palabras de presentación a cargo de las autoridades locales del sindicato anfitrión, llegó el plato fuerte de la jornada, que fue el encendido discurso de Amichetti. Sin mayores preámbulos, evocó los orígenes de la conformación de las obras sociales y remarcó que “ante un gobierno tan salvaje como el actual, que desvaloriza todo lo que sea organización colectiva y solidaridad, sin embargo hoy no podría desmontar todo el sistema de las obras sociales, que brindan protección a 16 millones de personas en el país”.
Advirtió que al gobierno de Cambiemos “le molestan” las obras sociales, y por sobre todo “les molesta nuestra historia, esa que remite a organizaciones que generan trabajadores prestando servicios a los propios trabajadores y sus familias en todo el país”.
Reivindicó algunas de las fortalezas del sindicalismo, entendidas a éstas desde “su capacidad de brindar capacitaciones para los trabajadores y también a las empresas recuperadas bajo gestión de los propios obreros”, y recordó que “el enemigo oligárquico probó de todo a lo largo de la historia para romper el movimiento obrero organizado; su peor intento fue en la última dictadura. Pero no lo lograron”.
En otro orden de temas, destacó el período gubernamental que inició Néstor Kirchner en 2003, y su decisión de liberarse del FMI. “El resto de la etapa democrática desde 1983 a la fecha es una democracia limitada, en donde lo único que nos permiten es votar, pero cuando queremos incidir en la economía, todo lo manejan ellos” en referencia a la oligarquía y el gran empresariado de raíz multinacional.
Lamentó que “algunos dirigentes entienden que hay que negociar desde nuestro poder. Nosotros decimos que hay que respetar a nuestro poder, por tantos compañeros que defendieron históricamente la organización de los trabajadores y la soberanía nacional”.
El Presente
Remarcó Amichetti que el gobierno nacional “avanzó estos dos años con el engaño del apoyo democrático para endeudar al país como jamás se lo hizo con tanta celeridad, para llevarnos a esta idea de que la nación está en una situación tan crítica que la única manera de sobrevivir era aceptando el acuerdo con el FMI. Un acuerdo de entrega total y absoluta de soberanía nacional” enfatizó. No obstante este cuadro de situación, se planteó y compartió con la nutrida concurrencia: “¡Cómo nos enfrentamos? ¿Nos alcanza con ganar la calle? No nos alcanza. Hay que convertir ese estado de movilización del pueblo en organización. Y no hay que regalar las organizaciones históricas que tiene el pueblo, como es la CGT”, subrayó. “La CGT debe actuar con grandeza, buscar unidad sobre aquello que nos une precisamente hoy. Ya probaron los que entendían que se podía negociar con este gobierno, o estaban asustados por no aparecer como quitándole gobernabilidad. Y me pregunto, ¿Qué margen hay para hablar con un gobierno que lo que busca es destruir nuestras organizaciones, nuestros derechos, nuestras conquistas y nuestra soberanía nacional?”
El Movimiento Obrero y la alternativa política que no termina de nacer
Frontal y combativo, apeló también a cierto pragmatismo para la construcción que debe darse: “Cinco o seis puntos son los que tienen que unir al movimiento obrero hoy. El trabajo y las paritarias libres son temas centrales. Con este rumbo cada vez vamos a tener menos fuentes de trabajo, menos mercado interno”, en tanto recordó y revalorizó que cada vez que la CGT “tuvo un programa, supo claramente qué proyecto de país defender y tuvo un plan de acción, fue imposible que la oligarquía pudiera doblegarla. Y esto es lo que hay que reconstruir”, indicó.
También se refirió a la construcción de una opción política desde el peronismo, en la cual “no podemos excluir de ese movimiento a quien ha dignificado los principios del peronismo cuando tuvo que gobernar. Lo que sí hay que ponerse de acuerdo es en qué tipo de movimiento tenemos que construir”.
Por último, sostuvo con su encendida verba que los trabajadores organizados “queremos construir un poder del pueblo, no podemos seguir supeditados al poder financiero internacional, no podemos dejarle el comercio exterior a las grandes multinacionales. Que en nuestro sistema tributario quienes más ganan sean los que más paguen. Que los trabajadores informales estén dentro de la organización central del movimiento obrero, pero no para pedir asignaciones universales, sino para defender un proyecto de país que genere trabajo, les dé dignidad, sean trabajadores formales, defiendan un convenio colectivo. Tenemos que triunfar los trabajadores que sabemos que hay que luchar pero que sabemos por qué hay que luchar, y que sabemos que no solo hay que resistir un proyecto que es enemigo nuestro, sino que defendemos un proyecto que viene desde lo más profundo de nuestra historia”, concluyó.