La Deuda Interna, y el afecto como única salida posible

En el marco de una nueva edición del Ciclo de Pensamiento Nacional “Arturo Peña Lillo”, que organiza la municipalidad de Ituzaingó, disertaron el actor y director Juan José Camero y el presidente del Centro de Ex Combatientes y Familiares de Veteranos de Guerra de Malvinas, Oscar Vázquez, bajo la consigna “Deuda interna – externa”.

Graciela Ledesma, directora de Promoción Cultural del Municipio de Ituzaingó, junto al presentador del evento, Horacio Osvaldo Mena

Estas actividades cuentan con la coordinación de la subsecretaría de Promoción Social y Políticas Culturales, y con la supervisión de la Directora de Promoción Cultural, Graciela Ledesma, que ofició las veces de coordinadora de la actividad mientras que el presentador fue Horacio Osvaldo Mena.

El bello y cómodo auditorio municipal “Néstor Kirchner” sito sobre peatonal Eva Perón 848 de la localidad de Ituzaingó, fue el escenario donde, además, se vivió un inolvidable momento cuando el dúo musical Mishky interpretó el himno nacional argentino, en quechua.

Posteriormente, y a modo de introducción al tema, se proyectaron fragmentos de la película “La Deuda Interna” (1988), dirigida por Miguel Pereira y en la cual descolló con su interpretación el mencionado Juan José Camero, junto a un valioso elenco.

La palabra de los invitados

Oscar Vázquez enmarcó su oratoria bajo la idea de “Malvinizar”, esto es, “llevar a la conciencia popular qué fue Malvinas, por qué se hizo…” y que “los que volvimos (del combate) sentimos la necesidad de desarrollar esta tarea” en una especie de pedagogía orientada a rescatar aprendizajes para los más jóvenes.

El veterano de guerra también reconoció que las islas “deben recuperarse” pero aclaró que Argentina “no es un país guerrero”, y que “si debemos dedicarnos a algo, esto es a hacer que los chicos estudien, porque es la única manera de desarrollar el país. Necesitamos forjar las herramientas para capacitarlos, para salir adelante, y la guerra no les da eso. La guerra es pérdida por ambos lados, se sacrifican seres humanos por instinto de preservar nuestras propias vidas, pero no es algo lógico. En la paz, podemos lograr mucho más” subrayó.

Quien redacta esta nota, junto a Julio Carbajal, Juan José Camero y Graciela Ledesma

También recordó que un “flagelo” a su criterio, de nuestra sociedad, “es tener una memoria muy frágil. Para forjar un futuro necesitamos tener un pasado, para aprender y no cometer los mismos errores. Que cada chico sepa que tiene un derecho inalienable a la salud, al estudio, a un trabajo bien pago. Que no vengan a decirnos vos tenés que ser un cabecita, así te podemos manejar. Advertir y señalar estas cosas nos impulsa a actuar a nosotros”, señaló. “Los verdaderos héroes son los 649 que quedaron en las islas, nosotros somos los que pudimos contarla. Y si aprendemos a ser solidarios como sociedad, vamos a aprender a defender la soberanía del pueblo y, desde esa base, defender la soberanía territorial”, se ilusionó.

Camero profundizó en las raíces emotivas de su sentir en torno a la guerra de Malvinas, a punto tal que ha participado de vigilias del 1° de abril, en ocasiones según comentó, junto a más de 15 mil personas en la provincia de Tierra del Fuego.

Además, enfatizó en los efectos posteriores acaecidos entre varios centenares de ex combatientes, que se fueron suicidando a su retorno de la contienda bélica en el Atlántico Sur. “Las guerras representan la ausencia total de raciocinio y generan la desolación más absoluta entre los familiares, porque es un dolor que nunca se supera” definió desde rasgos de honda sensibilidad.

“Mi compromiso más profundo en el inicio de la guerra de Malvinas, nació porque en ese momento comencé a perder a mi madre, de tristeza frente a esa situación, hasta perder su salud”, graficó Camero entre mates y un tono intimista en la conversación. Por otra parte, puso de manifiesto que las guerras “son decisiones que toman arbitrariamente los poderosos, y los demás… apenas acatan”.

A continuación habilitó la participación para otros dos veteranos de guerra residentes en Ituzaingó. Jorge, uno de ellos, relacionó la trama del film proyectado “La deuda interna” como eje del olvido que padecieron los veteranos a su retorno en el continente. Al igual que el otro veterano que hizo uso de la palabra, Gustavo, insistieron con que el pueblo argentino siempre los acompañó, pero que el Estado Nacional –y la mayoría de los gobiernos que transcurrieron desde aquellos años hasta el presente- es el que posee la “deuda interna” con quienes lucharon en las Malvinas.

A modo de cierre, Camero adelantó que se encuentra en plena tarea de dirigir una película de próxima aparición, y rechazó en general los honores y homenajes, sentenció que el poder “no me gusta en ninguna instancia ni forma. Debemos ser más simples, la gente debiera quererse más…” y marcó su lapidaria mirada sobre las diferencias de criterios, ya tradicionales de nuestra sociedad, al afirmar que “el pueblo argentino nunca se va a poner de acuerdo. Como en cualquier otro lado, por eso se siguen fabricando armamentos… y así nos moriremos sin poder resolver tantas cuestiones que supimos soñar”.

Descarnado y absolutamente genuino en su capacidad de compartir su sentir, bien lejos del “cassette” de ocasión.

Y después… Juan José Camero y otras ideas para contribuir a la reflexión

Una vez finalizada la actividad, Camero atendió con suma gentileza a Huellas Suburbanas, y si bien manifestó su deseo de no incursionar en evaluaciones de índole políticas, no obstante expuso su incertidumbre de cara a cómo se resolverá “la grieta que inventaron. Personalmente lo tengo resuelto en el aislamiento, y pago con mi soledad esta situación”.

Añadió su descontento por la existencia “de tanta gente fuera del sistema, padeciendo todos los días, y que no puede comer decentemente, que los chicos sufran, y esto se los digo a todos. No pertenezco al riñón político de nadie” subrayó.

Evocó su reconocimiento y el orgullo de haber podido “aportar en relación a la deuda que tenemos con el pueblo paraguayo” durante su etapa de gestión en la embajada argentina en el vecino país.

Se definió “como decía Jorge Luis Borges: Soy un anarquista pacífico. Pero yo no voy a ir a esperar a un juzgado si veo que le están pegando a cuatro pibes… hay situaciones que no puedo resolver, o sí, pero adentro para conmigo y eso implica soledad. Con la introspección perdí un poco la credibilidad” definió con sencilla y taxativa categoría, acaso dejando entrever el alma a flor de piel.

A pesar de todo, la cultura…

“La cultura, de alguna manera, siempre le acarreó dificultades a la política. Yo no quiero una cultura partidaria. Jamás le pregunté a un compañero, al momento de hacer una obra de teatro, su filiación partidaria o ideológica. En la cultura, desde mi humilde y modesta perspectiva, nos unificamos todos. Lo que se persigue, en última instancia, es encontrar alguna verdad. Y de haberla, yo creo que está bastante más arriba”.

Juan José Camero, genuino y compañero. El trato afable, el semblante con un ligero dejo de dolor, la mirada infinita, el abrazo interminable de quien, a pesar de todo, deja mínimas pistas para transitar un recorrido de lazos fraternos y, en lo posible, signados por un profundo amor entre semejantes.

Un especial agradecimiento para el compañero Julio Carbajal y la Directora de Promoción Cultural, Graciela Ledesma, quienes facilitaron en todo momento la cobertura de esta sentida actividad con profesionalismo y por sobre todo, lo que más nos importa, con camaradería y amistad.

Gentileza fotografías Moni Melián

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com