
15 May La Construcción de una Hegemonía Nacional – Latinoamericana: Desafíos Actuales de la Batalla Ideológica – Cultural
Dilemas Pasados de Liberación, Dependencia y Discriminación. La Encrucijada desde “la otredad”: ¿Civilización o Barbarie – Nuestro Norte es el Sur?. Política y Discriminación.
Por: Lic. Prof. Martínez, Cristian Adán
LA CUMBRE MUNDIAL DE COMUNICACIÓN POLÍTICA COMO EVENTO INTERNACIONAL.
La Cumbre Mundial de Comunicación es uno de los eventos académicos e internacionales más grandes del mundo, desde hace diez años se realiza en varios países de Latinoamérica y Europa, y tiene como conferencistas a reconocidos especialistas de la comunicación, consultores, periodistas, académicos y políticos. La Cumbre genera un espacio de interacción por excelencia, de las mejores prácticas de comunicación y marketing político, implicando pluralidad de voces, multiplicidad de ideas e ideologías políticas. 350 conferencistas, más de 3.000 asistentes y 25 países participantes, se dan cita con el objeto de abordar los principales ámbitos de estudio, reflexión y debate en torno a la comunicación.
A través de una perspectiva regional pero intentando abarcar una visión global, prestigiosos intelectuales debatieron acerca de las tendencias, innovaciones, casos de éxitos, experiencias y sus diferentes matices y vertientes que este ámbito implica, dentro de los cincos grandes temas desde donde la Cumbre hizo foco:Política y Nuevas Tecnologías | Comunicación Gubernamental | Medios y Opinión Publica | Jóvenes y Política | Campañas Electorales l Mujer y Política.
La Cumbre Mundial de Comunicación Política fue organizada por organismos internacionales, Universidades, periodistas especializados, y reconocidos académicos, constituyendo uno de los eventos más esperados del mundo de la Comunicación.
Resumen de la conferencia:
La conferencia internacional del joven Politólogo y Profesor Universitario en Ciencias Políticas Lic. Cristian A. Martínez, planteo como finalidad primera y aproximativa, analizar el gran desafío de los pueblos de América Latina, como lo es la ruptura ontológica y epistemológica desde un ethos contra – hegemónico, ideológico y cultural latinoamericano, respecto del bloque histórico impuesto desde la realidad “occidental y cristiana”, necesaria la misma, para plasmar una construcción teórica y práctica que deje de lado la retórica formal y la vacuidad abstracta de las pseudo – epistemologías y teorías que se siguen construyendo, deconstruyendo y volviendo a construir, en los grandes centros de la academia hegemónica y los sectores sociales medios semi – ilustrados, que no hacen más que volver a edificar nuevas teorías de la dependencia y la discriminación para con “el otro” considerado inferior: tanto en lo ideológico, como en lo científico, tecnológico, filosófico y artístico. Dichas herramientas teóricas y/o “científicas”, terminan confeccionando novedades rutilantes al mejor estilo modas, que permanentemente recrean los intelectuales de los países centrales, como único camino o “callejón sin salida” a seguir unívocamente. En este sentido, se hace preciso encontrar instrumentos políticos e ideológicos de Integración Estratégica en América Latina, para crear una hegemonía que sirva a tales fines, como sustrato de edificación de un Bloque Latinoamericano, pasando de lo retórico – formal, a lo concreto – tangible, en cuanto a la superación del estado de dependencia, discriminación e ignominia crónica, a la que fueron sumidos nuestros pueblos, desde la colonia.
Según los griegos: para llegar al episteme había que abandonar la doxa, esa área del conocimiento tenía nombre específico, el develamiento, cuyo objetivo era llegar a la verdad. La gran empresa latinoamericana de Integración Regional y Geopolítica, consiste en develar estas cuasi – teorías, principalmente retomando nuestros teóricos genuinos que fueron pensando y repensando los yerros y aciertos propios del quehacer humano, no sólo por el afán de conocimiento de su pasado, sino también de la loza pesada que tienen que cargar sobre sus hombros, de lo que es el colonialismo pedagógico y cultural en el que fuimos formados…y deformados.
Latinoamérica está llamada a crear y a reforzar el pensamiento de los forjadores de la Patria Grande: militares, políticos, científicos, filósofos, poetas y artistas que fundan una cultura de los albores mismos. Esa filosofía (y hacemos una brevísima compilación arbitraria de nombres referentes a nuestra parcela catamarqueña, como rincón de la basta realidad latinoamericana), está arraigada en personas como Bolívar, San Martín, Artigas, Mariano Moreno, Felipe Varela, Severo Chumbita, Manuel Ugarte, Yrigoyen, Perón, Hernández Arregui, Jorge Abelardo Ramos, Arturo Jauretche, Jorge Enea Spilimbergo, Alberto Methol Ferré, Gabriel García Márquez, Leopoldo Zea, Alejo Carpentier, Juan Rulfo, Luis Franco, José Hernández, entre otros). Todos ellos forjaron un pensamiento nacional y latinoamericano, hoy en día, este nos sirve para abrevar de su fuente el nuevo paradigma para Latinoamérica.
Un representante de ello, como lo es Jorge Abelardo Ramos, dijo en un discurso ante los embajadores latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo siguiente: “…grandes pensadores y científicos de la ilustración y el romanticismo, como Darwin y Humboldt, visitaron América. El primero clasificó las especies y desarrolló la teoría de la evolución; Humboldt trazó hace 200 años un grandioso inventario de la América física. A nosotros nos toca ahora, atrevernos con la autodeterminación y enfrentar soberanamente nuestro destino…”.
En realidad, Latinoamérica tiene que ser forjadora de su propio paradigma. Sobra la materia prima para ello, y esta tarea forma parte de la lucha por crear definitivamente la Nación Latinoamericana.
De esta manera, el fin de la historia, el fin de las utopías, que se presenta como algo tan natural hoy en día, en concordancia con las asimetrías que cada vez más se acentúan de manera dramática y sustancial, comparativamente con los países ricos; acrecentando su agiotismo de una forma superlativa, y que en este sentido, se hace inversamente proporcional a la pauperización y empobrecimiento de los países periféricos, llevándolos al paroxismo de hambrunas, pestes y guerras intestinas; es ahí precisamente, en esa coyuntura ontológica y política, donde se visualiza un cul – de – sac, primando hegemónicamente la distopía. No obstante, América Latina está en inmejorables condiciones de construir la utopía de la Gran Nación Latinoamericana, su propia utopía, visualizando un horizonte claro y prístino, construyendo un nuevo paradigma, lejos del horizonte de nubarrones oscuros, salpicados de cierta tonalidad en sepia. Latinoamérica muestra un nuevo norte, y ese norte es el sur, nuestro norte es el sur, ese lugar donde los leones calvos retomarán las fuerzas del demiurgo que no se detiene, para dejar de ser, ser en otros, y empezar a ser, ser en sí y para sí, un lugar en donde nuestros amautas irán forjando, a paso de vencedores, la nueva Nación Latinoamericana, construida por los latinoamericanos, pero principalmente, para los latinoamericanos, que al fin y al cabo, es lo más importante, escribir la historia, nuestra historia, con manos propias.-