JUEGOS DE PODER “TRAMPARENTES”

Por Juan Carlos Dennin
    Aunque parezca una narración maquiavélica que las grandes mayorías no hayan podido leer, la campaña oculta para las elecciones presidenciales de este año ha comenzado hace ya mucho tiempo. Lo que se pone en juego en estos comicios va mucho más allá del nombre del candidato que surja como ganador. Lo que está en juego es la continuidad de un modelo que con aciertos y errores llevó adelante al país, o su cambio por lo que los sectores fácticos o corporativos van a llevar  adelante con la forma de un neoliberalismo restaurador.

    El primer intento comenzó a desarrollarse a mediados de 2013, año en que se realizaron elecciones de medio término. En julio de ese año, Sergio Massa armó el Frente Renovador, gana las elecciones, y se convierte en la “gran esperanza blanca” para las presidenciales.  Para ello contaba con vínculos dentro de la SIDE, ya que el número dos de la misma, Francisco Larcher,  se  había pasado al massismo.  Confirmando el hecho, en la mesa de invitados de honor, en la fiesta de casamiento de uno de sus hijos se sentaron Sergio Massa y su mujer, junto al ex jefe de Operaciones de la SIDE, Jaime Stiusso.  Lo que era una simple sospecha, se ratificó como realidad.
  
   El Gobierno se percató, a fines de ese mismo año, que la SIDE no lo había prevenido sobre la ola de saqueos y la sublevación de varias policías provinciales, Gendarmería y Prefectura, que estalló el 15 de diciembre pero que estaba preanunciada en las redes sociales. La “jugada política” estaba ampliando su curso.
  
   En diciembre de 2014 apareció en You Tube un video del gobernador Daniel Scioli en EE.UU., subido por un usuario anónimo, “José González”, quien solo publicó ese video.  Inmediatamente la corporación multimediática difundió a través de todos sus medios que se trataba de la primera operación de campaña sucia montada por el kirchnerismo, ya que no acordaba con el accionar del candidato. Lo cierto es que ese video había sido grabado en un área restringida del aeropuerto de Miami, al que solo tenía acceso el personal de inteligencia. Aunque no se pudo comprobar, el camino de las sospechas se dirigió  hacia la cabeza de los espías de  nuestro país.  Llamó la atención que, en días posteriores, Stiusso trató de tender puentes hacia el gobernador, a la vez que otorgaba una polémica entrevista a la revista Noticias.
  
   El accionar político de los grupos de poder se  ramificaba. En paralelo, se conjetura que Jaime Stiusso y el fiscal Nisman habían comenzado a elaborar la falsa denuncia contra la Presidenta, por el supuesto encubrimiento de los iraníes acusados del atentado a la AMIA. Ese plan lo iba a hacer estallar el fiscal durante las elecciones de octubre de este año. ¿Cómo direccionaría su voto el imaginario popular con su Presidenta involucrada en defender a quienes asesinaron a tantos inocentes en la AMIA?
  
   Luego del descabezamiento de la SIDE, de los fallidos intentos de responsabilizar al Gobierno por la muerte del fiscal, de los errores de la oposición política y la caída de apoyo popular a Sergio Massa, el enfoque político de los poderosos en las sombras cambió. Quienes pretenden ser los  “dueños del país” dieron por agotada esta fase de su proyecto, y decidieron aplicar su “plan B”.  Mauricio Macri sería el candidato al que brindarían todo su respaldo.
  
   La idea primigenia era encolumnar a todo el arco opositor dentro del espacio político por construir. Pero como empiezan a tallar las apetencias personales, la herramienta electoral quedó conformada por la Coalición Cívica ARI, el PRO y la Unión Cívica Radical.  La similitud con la Unión Democrática que enfrentó en 1946 a Juan Domingo Perón era evidentes: habrían que unificar los criterios de los sectores altos y medios altos de la sociedad para luego arrastrar votos de sectores medios y bajos para derrotar a lo que ellos despectivamente llaman populismo.
  
   De lograr ellos la presidencia de la Nación, el panorama social de Argentina se oscurecería rápidamente.  Si prestamos atención a distintos integrantes del sector mayoritario de Cambiemos, el PRO, esto queda a la vista. La mayoría de gurúes e incluso aspirantes a ocupar la cartera de Economía, como Carlos Melconián,  José Luis Espert, Miguel Angel Broda o Federico Sturzenegger hablan sin ambigüedades de ajustar la economía.
  
   El plan para apoderarse del Estado lo iniciarían con la venta de las acciones que el Estado posee en diferentes empresas privadas que se encuentran en mano de la Anses, a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).  La operatoria (al que salió al cruce Gobierno el actual con un Proyecto de Ley que intenta evitarlo) incluiría la venta fragmentada de esas acciones a fondos de inversión extranjeros (El Estado Nacional participa en 44 empresas, y 27 de esas compañías, entre las que se encuentran el Grupo Clarín, Edenor, Ledesma Siderar, el Grupo Techint, Aluar, y los bancos Hipotecario, Macro y Patagonia).  Al vender esas  acciones, dejarían, además, sin representantes del Estado en el directorio de dichas empresas.
   De alcanzar este objetivo lograrían, asimismo, el desguace del actual sistema de cobertura social, con lo que retornarían, tal vez con otro nombre, las AFJP.  El valor aproximado de las acciones del FGS es de u$s 7000 millones, sumados  al ingreso y flujo de dólares que el retorno al “mundo” del que Macri dice que estamos aislados, permitirá financiar inicialmente a ese gobierno. Luego podrán cerrar un acuerdo con los fondos buitres en las condiciones que Griesa indique, con lo que sumarían endeudamiento externo como siempre han hecho.  Eso sí,  para el resto de los mortales nos va a quedar una imaginaria tabla de salvación, la propagación de oleadas del individualismo y la desocupación.
  Las especulaciones políticas previas del conglomerado opositor, incluían el triunfo en varias provincias, para llegar con el camino asfaltado hacia las elecciones presidenciales. Pero la realidad de los votos hizo que se despertaran rápidamente de ese sueño. Sin embargo a ellos no les interesa en lo más mínimo la decisión de las mayorías populares, lo único que les interesa es llegar al poder, a como sea. Hasta los propios encuestadores les pintan un panorama bastante complicado, por lo han comenzado a realizar otro tipo de estrategia, como la que han montado inmediatamente finalizada la elección de la provincia de Tucumán. 
  
   En esa provincia, desde los estudios de canal 8, que pertenece a la cadena de Telefé,  los comunicadores de noticias del mismo, comenzaron sus tareas difusoras dando por hecho el triunfo del representante del Acuerdo por el Bicentenario.  Por lo tanto, salían a exteriores  para “obtener” las opiniones de “la calle”.  En paralelo y de forma “espontánea”, ciudadanos de la capital se congregaban en la plaza con carteles con leyendas de “fraude” y o “nuevas elecciones ya”. La respuesta desde el canal era mediante zócalos que calificaban la marcha de “Tucumanazo” y “el Pueblo de Tucumán en la calle.” 
  
   El lunes se produjo otra manifestación, y la transmisión era tomada por TN, y retransmitida en sus programas. Sirvió para que Morales Solá, en su programa, hablase de urnas quemadas, fraude y corrupción, mientras mostraba imágenes de la marcha y sus gritos de “que se vayan todos”, mientras se producía la represión policial
  
   Analizando la continuidad de los hechos, podemos compararlos con el manual de desarrollo de golpes blandos creado en el exterior. El primer paso fue el desconocimiento del resultado del acto electoral por parte de la oposición. Luego, el accionar a través de los medios de comunicación tradicionales, así como también a través de las redes sociales. La primera marcha con familias y niños adelantes, era para dar la imagen de defender la democracia contra el fraude, que inclusive contó con el apoyo de la Iglesia Católica local.  Se supo que el arzobispo Alfredo Zecca, encabezó un conjunto de organizaciones que peticionaron “activar todos los recursos dentro del actual sistema electoral a fin de garantizar la transparencia y legitimidad del escrutinio definitivo”, levantando, de tal modo, las banderas de la oposición. La carencia de documentación que respalde las denuncias por fraude es reemplazada por el diálogo con los periodistas de los medios cómplices de este accionar. Todo vale por acceder al poder
  
   No resulta difícil, gracias al bombardeo mediático, el convertir minorías en mayorías movilizadas para defender a la democracia. Y es más sencillo aún, cuando las convocatorias surgen desde los cuatro puntos cardinales. Lo complicado para el receptor de los mensajes es dilucidar quienes son los “espontáneos auto convocados” que realizan declaraciones a través de los medios. El  “pueblo de Tucumán” que aparece en los zócalos de los noticieros, está conformado, en realidad por militantes de la UCR, de Fuerza Republicana, y del PRO, curiosamente apoyados bajo las mismas consignas por los del PST y del Po.  La fuerza de choque que intentó ingresar a la Casa de Gobierno estaba formada por patovicas traídos de distintas provincias por el gremio de La Bancaria, cuyo secretario general Bourle, logró un cargo legislativo en la elección.  Dos días después, todos los referentes nacionales de la Nueva Unión Democrática aparecieron por TN junto al candidato a gobernador por Cambiemos, Cano, reclamando contra el fraude  y contra el feudo, en que según ellos, se había convertido la provincia.
  
   El accionar de esta alianza política, muestra su rostro destituyente, que será similar de aquí en más. De momento se muestran cuestionando el procedimiento, que si la lista sábana, que si el voto electrónico… pero en realidad apuntan al sistema. Está más que claro que hablan del procedimiento pero dicen “sistema”. Eso les molesta.  Como la mayoría del pueblo no los quiere, ellos tampoco lo quieren porque no respondió como esperaban, no les sirve. La democracia es lo que no les sirve.

  
   En octubre se enfrentarán nuevamente con las urnas, esas que se les han convertido en una muralla infranqueable de la democracia.  Para penetrarla, históricamente la han derribado, destruido, pero somos nosotros los que quedamos debajo de sus escombros…  Se sabe que están dispuestos a todo. ¡A no distraerse, entonces!