
07 Jun Internacionales: A 70 años de la Nakba
En pleno siglo XXI, asistimos a la consolidación de la impunidad en materia de incumplimiento del derecho internacional de una de las entidades más terroristas que ha dado la historia de la humanidad: el régimen sionista israelí.
Cada 15 de mayo, los palestinos conmemoran el Día de la Nakba (catástrofe en árabe), que recuerda el desplazamiento de los palestinos de sus tierras en el año 1948, y las protestas por el continuo rechazo de Israel a devolverles este derecho.
Ya han pasado 70 años de esta tragedia, coincidiendo este aniversario con la decisión de la administración Trump de mudar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén. Esta medida se presenta en medio de protestas en la Franja de Gaza ocupada por Israel. En respuesta, las fuerzas invasoras han provocado la muerte de más de 52 palestinos (entre ellos varios menores), y por lo menos 2800 heridos.
En la resolución 181 del año 1947, la ONU había aprobado la división de Jerusalén en dos partes: una judía y una árabe. No debía pertenecer a ninguna de las partes, siendo una zona desmilitarizada y bajo control internacional.
Tras la declaración de independencia de Israel el 14 de mayo de 1948, fue invadida por los Ejércitos de Jordania, Egipto, Siria, Irak y Líbano. Como resultado de dicha conflagración, Jerusalén se vió dividida y controlada en el Este por Jordania y en el Oeste, por Israel. En el año 1950, Israel reconoció a Jerusalén como su capital y ubicó sus edificios oficiales en el oeste de la ciudad; En 1967 después de la Guerra de los Seis Días, ocupó la parte este de la ciudad, que estaba gobernada por Jordania. Posteriormente, Jordania renunció a Jerusalén Este y a los otros territorios palestinos. Desde entonces, allí se introdujo la ley israelí, y en 1980, el Parlamento declaró todo el territorio de la ciudad como su capital indivisible.
La OLP (Organización para la Liberación de Palestina), proclamó el Estado de Palestina y también declaro a Jerusalén como su capital. En el curso del acercamiento entre israelíes y palestinos, se excluyó de agenda, la cuestión sobre dicha ciudad.
Desde el año 1500, y hasta el final de la primera guerra mundial, la región estuvo bajo el dominio Turco-Otomano, aunque siempre fue una zona en disputa entre los imperios coloniales europeos. Al finalizar la segunda guerra mundial, comenzó un proceso de descanolización como en La India, Camboya, Vietnam y Medio Oriente. A partir de la década del 50 del siglo XX, bajo el apoyo francés y el silencio estadounidense y británico, Israel inició una política de expansión, con la participación en la Guerra del Canal de Suez contra Egipto, en donde en la operación Susannah, llevó a cabo una serie de acciones de sabotaje en suelo egipcio, beneficiando a los ingleses en desmedro de los intentos estadounidenses de apoderarse del vital y estratégico Canal de Suez, cuya nacionalización había sido decidida por el líder egipcio Gamal Abdel Nasser en julio del año 1956.
Israel desarrolla una estrategia geopolítica de extender su territorio a costa de sus vecinos. Esta política se consolidó durante el año 1967 con la ocupación militar de nuevos territorios de Oriente Medio; altos del Golán, la Península del Sinaí y de Palestina, en particular con la ocupación de la Franja de Gaza y Al-Quds. A excepción del Sinaí, que fue devuelto a Egipto, estas fuerzas de ocupación, siguen establecidas bajo diversas formas de dominio. Continúan violando todas y cada una de las resoluciones emanadas de organismos tan diversos como las Naciones Unidas, su Consejo de Seguridad, la Asamblea General, y la Unesco con su llamado a poner fin a la construcción de asentamientos en territorios ocupados.
La Nakba representa una tragedia para los árabes en general y el pueblo palestino en particular, ya que marca el inicio de la usurpación de las tierras palestinas, la expulsión de miles de familias de sus casas, de sus aldeas, de sus pueblos, de sus arraigos, de sus raíces, en donde millones de ellos aún viven en el destierro. Un descalabro demográfico, moral y territorial, y el inicio de un proceso basado en el terror, el racismo, y el asesinato, y en consecuencia, la desaparición de la Palestina Histórica.