
08 Feb Infamia Siglo XXI
Releyendo “Historia Universal de la Infamia” de Jorge L. Borges me encuentro con un magistral capítulo de su biografía infame, donde hace mención de un trágico personaje. Dice del mismo: “es único, no solamente por las circunstancias que lo determinaron, sino por la abyección que requiere, por su fatal manejo de la esperanza y por el desarrollo gradual semejante a la atroz evolución de una pesadilla” vuelvo a leer y me asombra la similitud de aquel personaje borgeano con nuestro inmoral Presidente de la República.
No cabe duda que nuestro Primer Magistrado se ha ganado con creces un lugar preponderante en la historia universal de la infamia, nada mas rastrear el origen de su detestable apellido pone en evidencia su absoluta falta de moral. Su padre, albañil calabrés, descendiente a su vez de un linaje de albañiles peninsulares oriundo de las entrañas de Sicilia. Quien más, quien menos conoce algo de la historia de aquella región, de allí procede el origen de los Macri. Hay una traslación mafiosa entre la familia Macri y la mafia siciliana, traslación que pone en evidencia su actitud frente a su familia, sus amigos y la banda de mafiosos que integran sus ministerios.
La historia conoce toda suerte de metamorfosis, se repite pero no siempre de la misma manera, la primera como tragedia, la segunda como comedia. Por obra de ese hilo misterioso con que teje Clío, hoy se repite como tragedia. Sólo 18 meses de gobierno macrista bastaron para hundir en la ciénaga del desprestigio a toda una nación. Una despolitización generalizada, una alquimia de pésimo escepticismo y cinismo reemplaza a los ideales y las utopías sociales por la cultura de la estupidización. Los medios de comunicación hegemónicos constituyen la columna vertebral de esta nueva derecha contemporánea.
Con su inestimable apoyo y la proliferación de vergonzosos “Decretos de Necesidad y Urgencia” se dio curso legal a -por ejemplo- designar Jueces en la Corte Suprema de Justicia, Vetar la Ley Anti-despidos, habilitó tarifazos que generan cierres de fábricas, despidos de personal e inflación, condonación de la abultada deuda del Correo Argentino en manos de su padre Franco Macri, una deuda externa que supera los 200.000 millones de dólares. Si agregamos una “impiadosa” C.G.T. que no escucha el reclamo de 1.700.000 obreros sin trabajo, tenemos el país en llamas y en manos de una mafia que sobrevive en base al escarnio, la estafa y el robo.
Triste destino el nuestro, gobernados por un mesiánico; fruto trágico de una fatalidad histórica que ama más a la economía que a la política. Personaje contradictorio alejado del valor que representa el ser-político, adjura de conceptos filosóficos que hacen a lo esencial del hombre político, es decir, armonizar la imaginación con la razón como elemento primordial de la democracia.
Carente de espíritu crítico, lejos del fascinante ejercicio de leer, pensar y hacer política, proyecta un ilusorio porvenir negándose al porvenir. Su pobre y lamentable oratoria cargada de presagios augura la cólera divina sobre quienes no escuchan su bíblico mensaje, abonado por la barbarie instalada en su cerebro.
Mauricio Macri no representa una causa sino una infamia: será un hombre netamente histórico, no una figura histórica.