“Hay que cerrar filas con todos aquellos que defiendan los intereses populares en América Latina”

Entrevista a Gustavo Zapata, Sec. General CTA regional Morón Hurlingham Ituzaingó

Gustavo Zapata es un histórico dirigente docente del SUTEBA Morón, con amplia trayectoria en la conducción de dicho sindicato y posteriormente, al frente de la CTA de Les Trabajadores, regional Morón, Hurlingham e Ituzaingó. Asiduo analista y columnista de Huellas Suburbanas, lo conocemos desde hace mucho tiempo y hemos transitado varios caminos en común. En esta ocasión, lo entrevistamos en forma audiovisual y gráfica para esta edición de la publicación y en simultáneo para nuestro joven canal de Youtube.

Gustavo, seguimos en las mismas trincheras a través de los años, conversando y colaborando de algún modo. En este contexto, creo que el primer eje para consultarte es el rol, que pareciera ser muy gravitante, que va a tener especialmente este año el conjunto del movimiento obrero. Un poco quizás para apuntalar desde las bases al gobierno nacional, y además para ser una rueda fundamental acaso impulsora de esperanzas en el año electoral que está comenzando.

Hay varias capas como para poder ver con cierta claridad esta situación. En primer lugar, desde lo local, nosotros acompañamos las gestiones de los intendentes que nos abren sus puertas. Incluso si fueran de la oposición y nos abrieran las puertas, iríamos con nuestras agendas, planteos y demandas. Pero en este caso hemos sido muy bien recibidos, tanto por el compañero Zavaleta, el compañero Ghi y Alberto Descalzo. Todos con capacidad de escucha y en muchos casos, con acciones en común como para poder llevar adelante una agenda de los trabajadores y las trabajadoras; la situación de género, las demandas sociales, muchas emergencias, situaciones de despidos y suspensiones en fábricas… y realmente siempre hemos podido articular bien con estos tres dirigentes locales.

Hubo una lucha muy intensa que tuvieron que librar, justamente, en la etapa más cerrada de la pandemia para evitar despidos masivos…

Así es, reivindicamos lo que fue la política a nivel nacional, provincial y local en ese sentido. Hubo un estado Nacional muy presente. Y no es un mero lugar común, porque no solamente llegaron las vacunas rápida y eficazmente; el despliegue que hubo en cuanto a políticas sanitarias… y estas cuestiones fueron acompañadas por los trabajadores, dejando de lado nuestras demandas históricas…

¿Por ejemplo?

Capas y capas de injusticias: los trabajadores que todavía siguen bajo contrato en el hospital Posadas, los sueldos atrasados, el reconocimiento salarial fue muy parcial, pero bueno, no era el momento, y los compañeros pusieron todo de sí, arriesgando sus propias vidas, lo cual reivindica el espíritu de nuestro pueblo y fundamentalmente del sector de trabajadores y trabajadoras de la salud. Esto fue acompañado por un gobierno que hizo todo lo que fuera necesario como para que se sostuviera en una situación de marasmo internacional, de falta de insumos. Pero quedaron pendientes muchas cosas. Y la situación internacional de esta gravedad, en donde dos, tres bloques se están amenazando abiertamente con desplegar sus misiles nucleares. Esta situación no se veía desde los años 90…

Y más atrás también… en algunos casos, quizás desde los años 60…

Ante esta situación extraordinaria, creo que se perdió un tiempo precioso. Estamos a tiempo, sí. Primero, porque la situación se ha agravado… Ucrania es una excusa dentro del dispositivo de asedio de la OTAN, y en particular de la política norteamericana que se ha cargado ya a la locomotora alemana. Dentro de este esquema, todavía estamos en una situación extraordinaria, en un país y una región que tiene unas riquezas tan grandes que requiere de estados reguladores. Y en eso apostamos al Frente de Todos y a cualquier liderazgo que salga del campo popular y levante esa consigna. Necesitamos lograr un mayor equilibrio.

Gustavo, en tanto representante local de la CTA, podrás aportar una mirada general, y también personal, acerca de cómo vivieron el desarrollo de la CELAC que se concretó días atrás, lo mismo que la CELAC de los pueblos o CELAC social.

Nuestro presidente tiene una mirada internacional muy clara. Por supuesto que puede haber situaciones que uno puede llegar a criticar con respecto a Venezuela, Nicaragua. Creemos que, así como en el Frente de Todos debemos cerrar filas en contra de una oposición salvaje, desmesurada, desequilibrada, que apuesta a más y peor de lo mismo, además tenemos desde el exterior una situación desencajada, en la cual la Jefa del Comando Sur norteamericano salió a decir que es interés de los Estados Unidos nuestros recursos naturales. Ante un imperialismo tan desembozado, creo que hay que cerrar filas con todos aquellos que defiendan los intereses populares en América Latina. La CELAC ha sido un hecho político muy importante que hemos acompañado los trabajadores, y hemos participado dentro de los ámbitos de la agenda social.

¿Ofrece la CELAC un rumbo?

Totalmente. La creación de una moneda común con Brasil, que sirva para el comercio internacional… si ese camino se consolida y fortalece el triángulo del litio con una postura más soberanista, en función de la defensa de los recurso naturales locales, y que se puedan explotar con mano de obra propia… nosotros estamos dispuestos, si se dan estos pasos de profundización de una política de integración latinoamericana, a bancar en las calles todo lo que sea necesario. Y en ese sentido estamos comprometidos políticamente.

Mencionabas el vínculo profundo que ya comenzó a reconstruirse con Brasil desde la asunción de Lula da Silva a la presidencia, y no quiero dejar pasar que arrancamos el año sin margen para el relajamiento, con un intento de golpe de Estado con características violentas en el Brasil. Y que algunos, no muchos pero sí los suficientes dirigentes del amplio bloque opositor argentino, se atrevieron a plantear que eso no era un intento de golpe. Y acá viene otra pregunta, pensando en términos de salud democrática: Dirigentes que se atreven a justificar un intento de golpe de estado, ¿A qué pueden estar dispuestos en su propio terruño?

Necesitamos analizar en términos históricos a todos estos procesos. En un tiempo, se apelaban a golpes de Estado violentos, con el recurso de las fuerzas armadas cooptadas, que se atrevían a terminar siendo componentes de una estrategia internacional para Latinoamérica, que se dictó desde Estados Unidos, y que incluían la tortura, el asesinato, la desaparición física, la eliminación de cualquier oposición a esos intereses foráneos y de sus aliados locales. En los años 90 comenzó un proceso de alianza con los sectores judiciales…

… con grandes capacitaciones en el extranjero para algunos magistrados…

Claro, desde la OEA y otras organizaciones invitaban a los jueces a capacitarse y se inició una oleada posterior, que incluyó el impeachment a Dilma Rousseff, al compañero Lugo en Paraguay, a Cristina, a Lula como una de las víctimas de ese proceso, que se llamó Lawfare, y continúa. La estrategia de este nuevo Plan Cóndor viró hacia la judicialización. Es un terreno que ese sector lo tiene medianamente asegurado, hasta que nosotros seamos capaces de balancear la situación, ya sea democratizando la justicia o llevando adelante otro tipo de políticas. Evidentemente, tampoco les alcanza para detener el avance organizado de los pueblos. La vuelta de Lula, la vuelta de Evo… Castillo representó un toque de alarma muy serio para la oligarquía peruana… y a Cristina directamente intentaron matarla.

¿Un accionar que podría sonar a último recurso?

Pero este supuesto último recurso pareciera ser la estrategia de recambio. La violencia armada, institucional… en Brasil hubo un campamento con casi 30000 personas enfrente a una base militar, desde donde se asentaron los que atacaron las sedes del poder en Brasilia. Hay un estado organizativo que apuesta a la ruptura de la democracia, es una sociedad que no ha terminado de comprometerse con la democracia en sí, y en democracias que, terminada la pandemia, no han terminado de dar respuestas. Que tampoco son mágicas y menos en coyunturas como las que estamos viviendo. Y en una situación de poder casi empatado con una oligarquía que controla los grandes capitales, el comercio externo, la concentración de los sectores financieros, los medios de comunicación, los jueces… y a nosotros, lo único que nos queda es el voto. Esta correlación de fuerzas se ve claramente en el Congreso, donde no podemos sacar una ley que sea medianamente justa para el conjunto del pueblo. Y si la sacamos, automáticamente la justicia la anula. Pareciera una situación de empate, como decía antes… pero en realidad la estamos perdiendo.

Es ese amplio bloque que conserva el control de casi todos los resortes de poder en nuestro territorio nacional…

A nosotros nos queda el voto, pero también hay una reserva muy importante, y en la cual estamos trabajando, es la unidad de todos los sectores sindicales junto a los movimientos sociales. La reserva moral de poner el cuerpo en la calle, está. Le falta síntesis y conducción. Es difícil abrir los brazos y encontrar agendas comunes. El tema género, formación profesional… y no mucho más.

El tiempo corre veloz. De acá a Junio, esa síntesis tiene que estar concretada. De algún modo.

Creo que va a ir creciendo. Con respecto a la necesidad de conducción, son procesos que van madurando de una manera dialéctica, a través del diálogo entre los sectores populares que se movilizan o que entienden cuáles son sus intereses, y aquellos sectores que son capaces de escuchar esto y transformarlo en agenda de acción política. Dentro de ello hay sectores relevantes, la CTA de los Trabajadores, CTA Autónoma, Camioneros, los Bancarios, sectores que manejan 2 aspectos muy importantes de la economía de este país, y ya estamos en proceso de coincidencias. Todavía no le encontramos la vuelta a los planes sociales, porque todos queremos que se transformen en trabajo. Pero es un proceso que requiere formación laboral, una participación del Estado planificando en el mediano y largo plazo.

¿Sería una óptima oportunidad para relanzar lo que en otra época funcionó bien, como lo es el llamado Estado empresario? Aunque, hablando en términos de correlaciones de fuerzas actuales, habría que ver hoy en día cuánto de ello se puede aplicar de forma efectiva…

Cito el ejemplo que está sucediendo en la provincia de La Rioja, donde están desarrollando un proceso de estas características, con fuerte protagonismo del Estado, pero vinculado con sectores sociales y pymes. Es muy duro sostener una cooperativa. Tenemos compañeros cooperativistas trabajando en Hurlingham, manteniendo escuelas, articulando con el Estado. Más difícil aún es sostener pequeños productores y microemprendedores, la solución mágica del macrismo. Todos son procesos que requieren de ardua planificación. Creo que las universidades están trabajando en ello, si bien aún falta mayor articulación. Estamos dispuestos a compartir conocimientos en función de ello. La UNAHUR está en proceso de crecimiento. Y queremos avanzar en articulación con otros sindicatos, construyendo desde abajo. Hay que profundizar en capacitación laboral, necesitamos ser dúctiles y dinámicos en una situación económica volátil en un mundo que cambia demasiado rápido. Los trabajadores también debemos avanzar sin pedir permiso. En ese sentido, tanto la CGT como la CTA tienen mucha experiencia en formación profesional.

Vuelvo a remarcar que estamos a inicios de un año electoral bastante decisivo para el proyecto, o no proyecto, de país por venir. Hay una batalla central que el gobierno nacional intenta librar, bastante acompañado por los movimientos sindicales y algunas organizaciones sociales, que es la lucha contra la inflación. Muy difícil, ya que esta alcanza niveles harto elevados, lo cual pareciera opacar o eclipsar cualquier otro logro gubernamental, que el ciudadano, en su cotidianidad, cuando no puede comprar todo lo que quiere o necesita, sepulta aquello que es positivo y que el gobierno pueda estar intentando concretar. ¿Cómo percibís esta situación, y qué herramientas poseen desde el sindicalismo para aportar a esta gran pulseada?

La emergencia de Sergio Massa como un articulador entre sectores privados, financieros, del campo y el gobierno, los tranquiliza en un contexto de renegociación de deuda muy complicado, y vamos a bancar en el sentido de que fue lo que se pudo lograr ante el abismo de una híper(inflación). ¿Qué hubiera pasado si no pagábamos la deuda en aquel momento? Es un debate que nos debemos con los compañeros que plantean que era posible hacerlo de otra forma. Son debates que no se han dado orgánicamente, pero que se deben dar, porque la deuda va a continuar. Massa ha dado un paso importante en calmar los mercados. Una economía tan concentrada como la que tenemos, donde tan pocas empresas controlan los elementos centrales, amerita que el movimiento obrero tenga una voz un poco más unificada. Con las paritarias estamos sosteniéndonos un poquito por arriba de la línea de flotación. Por otro lado, el compañero Moyano ha mostrado un camino, que es saber qué pasa con los precios, saber si se abastecen las góndolas, que se respeten los Precios Cuidados, Precios Justos y la forma que le den al control de la inflación. Los trabajadores y las trabajadoras tenemos que acompañar aquellas políticas del gobierno que frenen este proceso inflacionario.

Toda entidad u organización que intente controlar estas cuestiones, ya saben que se llevará las peores adjetivaciones por parte de los grandes medios…

Sí. Pero en un momento extraordinario, necesitamos actitudes extraordinarias, políticas extraordinarias. Y los trabajadores tenemos que ser protagonistas en todo este camino.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com