“Hay que apuntar hacia modelos más horizontales, colaborativos y democráticos”

Entrevista al Dr. Cristian Herrera, concejal de Morón (Bloque Cambiemos)

El concejal Cristian Herrera, del monobloque Cambiemos en el HCD de Morón, ha tenido un destacado año legislativo, desde una mirada opositora aunque de consenso en diversos ejes que se trabajaron democráticamente a lo largo del 2020 que ya comienza a despedirse.

Compartimos con el edil una prolongada conversación en una emblemática pizzería del casco céntrico de la mencionada localidad, siempre bajo un respetuoso intercambio, respecto del rumbo general transitado durante este año, y un análisis desde sus expectativas para los profundos desafíos que se vienen.

Cristian, no es un año más el que estamos terminando, y aún con las dificultades generales que trajo la pandemia, se vio una importante actividad en el HCD local. Quizás, coronado durante octubre y noviembre con las audiencias públicas semipresenciales. ¿Qué evaluación hacés de este primer año de gestión, tanto del Ejecutivo municipal como del desempeño del HCD?

Dejamos una marca que difícilmente otro municipio pueda mostrar, que es que vamos a haber desarrollado a lo largo de este año cuatro asambleas de mayores contribuyentes, tres de ellas semipresenciales. Se laburó muy bien en el HCD gracias a su presidente, Jorge Laviuzza, y a los 5 monobloques de concejales. Se trabajó bien a pesar de la estupidez de Juntos por el Cambio, el bloque que responde a Ramiro Tagliaferro, de poner palos en la rueda, hacer denuncias imbéciles, a pesar de lo del concejal  renunciante, (Emiliano) Catena… y aún así, estamos llegando al final del año sin tomar el atajo de la política basura, y nos pusimos a laburar para la gente. Desde lo legislativo, fue un año impensado cuando se inició la pandemia. Había siete emergencias vigentes, y el Ejecutivo disponía de las herramientas para que no se haga nada desde el HCD. En ese aspecto hay que reconocer la labor de Jorge Laviuzza.

¿Y con respecto al Ejecutivo municipal?

Pandemia mediante, tuvo una labor bastante pobre. La gestión nacional y provincial, en referencia  a la pandemia, han sido pésimas, y la gestión local en ese aspecto ha sido un “siga siga”. No ha impulsado proyectos transformadores para Morón; se podrían haber planteado proyectos impositivos, tributarios…

¿Observaste una gestión, en definitiva, paralizada?

He visto una gestión lenta, absorbida por la pandemia pero pésimamente administrada en ese sentido. Está la reconocida eficiencia del Secretario de Gobierno, y el resto de las áreas, inertes. Pero si todo va a caer sobre la cabeza de un funcionario, por más eficiente que sea, al final va a parecer que él es el intendente…

¿Habrán quedado, en tu opinión, demasiado subordinados a las decisiones impartidas desde nación y provincia?

Influyó la subordinación política, no jurídica. El no poder hacer cosas porque nación y provincia decían que no. Se avanzó en un consejo para administrar esta crisis por unanimidad de los concejales, y el intendente nunca lo puso en práctica. El gobierno municipal se encorsetó en las decisiones de la pobre gestión provincial y se mantuvo en la lógica política de buscar culpables, y no soluciones. La cuarentena en Morón fue un candombe. No se controló nada. Todo el conurbano fue un siga siga, sin imputaciones ideológicas, en esto incluyo a los municipios gobernados por Juntos por el Cambio. No podemos hacer una cuarentena a medias. Al final, la gente siente los efectos psicológicos, sociales y económicos de una cuarentena interminable, que al mismo tiempo no fue tal. Terminamos quedando en el top 10 de muertos por habitantes, y en el top 10 de la caída del PBI. Mayor nivel de ineficiencia no se consigue.

¿Qué medidas considerás que deberían aplicarse durante los próximos meses, para generar oportunidades para tantos que han perdido sus puestos de trabajo?

Vamos a cerrar el año con una caída del PBI de unos 15 puntos. Y un nivel de desocupación que, bien medido, debería estar por encima de los 20 puntos. Como siempre nos hacemos trampa al solitario. Si Dios quiere y los planetas se alinean, el año que viene podremos recuperar un tercio de lo que cayó la economía este año. Lo que veo es un crecimiento de la pobreza, de la desocupación, de los comercios cerrados. Y un empobrecimiento de las clases medias bajas, medias, y medias altas, que es la licuación del efecto ahorro entre quienes lo podían realizar, y que comenzaron a movilizar esos ahorros para pagar gastos corrientes. La sensación de incertidumbre ante el tipo de cambio, la sensación de que se puede perder el trabajo, la sensación de no saber para cuántos meses alcanzan los ahorros que tengo, genera que automáticamente esas personas dejen de consumir lo que no es estrictamente indispensable. Con lo cual, el efecto recuperación que se espera porque todo el mundo sale a recuperar el consumo perdido, no se da, porque se neutraliza con el efecto pobreza. Es la sensación de la precariedad del dinero que uno tiene. Entonces no lo mueve.

Trazás un cuadro de baja expectativa…

El gobierno ha decidido hacer el ajuste pro vía del aumento de impuestos…

Se habló de aumentos “de transición”. Quizás habría que profundizar en dicho término.

El impuesto a las ganancias es un impuesto de transición, que fue incorporado en la década del 30. Hace 90 años que es “transitorio”. Hay que debatir si la clase política que venimos sosteniendo, devuelve en servicios lo que nos cuesta en pesos. Pero la clase política está hipertrofiada, el empleo político está hipertrofiado. Y toda esa plata sale de la capacidad contributiva del pueblo que trabajó y produjo riquezas. Esta gente decidió incrementar la presión impositiva y licuar los haberes de los jubilados. Algo menos peronista no se consigue. Esta es la estrategia de un gobierno políticamente endeble.

Similares críticas imparten contra la cartera del Ejecutivo nacional, diferentes sectores del justicialismo…

Cualquier peronista criticaría eso. Es una locura inviable. Este es el primer gobierno que financia el déficit fiscal con endeudamiento y con emisión. Por menos que esto, Mauricio Macri habría sufrido un golpe blando. En el caso del peronismo, creo que por primera vez va a tener que pagar los platos rotos de su propia crisis. Esto debiera haberle explotado al kirchnerismo mucho antes de 2015. Uno de los peores gobiernos de la historia, desde 2007 en adelante, que disfrazado del gran viento de cola que recibió, hasta haría que De la Rúa siguiera siendo presidente.

Insisto: Es un panorama, cuando menos, grisáceo este que planteás…

Si, no soy optimista. Por más que tomen las medidas adecuadas, además hay que hablarle al pueblo argentino y decirles “viene un mal año para todos”. Pero están gravando a aquellos espacios que podrían generar dinamismo recuperador; están agravando a los espacios que generan efecto de consumo y movilización del comercio de cercanía y siguen financiando al sistema financiero y a la clase política…

En un  año electoral, ¿Quién se anima a correr con el costo político de dar malas noticias?

Eso que sugerís, sería lógico en un gobierno racional. Pero estamos ante un gobierno que nos ha mentido incluso con la administración de esta pandemia. La dirigencia política no sufrió la cuarentena en lo personal ni en lo familiar, ni en lo social ni en lo económico. ¿Cómo van a entender a esta gente? No necesariamente serían “malas” las noticias que hay que dar, si decís la verdad y comprometés al conjunto de la población a un bien superior.

¿Por ejemplo?

Veamos: le quieren explicar a la gente, que saben que se va a gastar menos en los jubilados, que vas a incrementar los impuestos para gastar más en la joda política. Eso a la gente no le va a cerrar. Existe el periodismo independiente, el espíritu crítico, las redes sociales y, sobre todo la Banelco. Y cuando no te alcanza, no hay con qué darle. Y por más que te lo expliquen, vas a buscar a quién echarle la culpa. Así como Macri tuvo que pagar las consecuencias de su crisis económica en las elecciones de 2019, esta gente va a tener que pagarla en 2021. Están buscando a quién echarle la culpa, en vez de resolver el problema.

Precisamente por eso, volviendo al inicio de nuestra conversación, me pareció atinado proponerte una evaluación de situación, ya con 1 año de gestión encima.

Van surgiendo algunas internas en el propio frente oficialista, en especial porque no tiene una cohesión ideológica.

¿Qué podés decir con respecto a la situación del aeropuerto de El Palomar?

Hoy veo a Lucas Ghi y a Juanchi Zavaleta diciendo que les encanta el aeropuerto de El Palomar. Pero, muchachos, los que no dejan funcionar a ese aeropuerto son del gobierno de ustedes, ¿A quién le van a echar la culpa? Tienen un gran nivel de hipocresía en el planteo de las cuestiones políticas. Eso dura un tiempo, después, a la gente se les cae la venda de los ojos y terminan viendo la realidad. Si dos intendentes del mismo signo político que el gobernador y el presidente, manifiestan su apoyo al desarrollo del aeropuerto, se supone que les deberían respectar esa decisión, desde el poder político provincial y nacional.

Esas contradicciones, ¿Denotan cortocircuitos internos…?

… y la gente observa todo eso, y se da cuenta que los están charlando. El tema es ver cuánta gente, en cuánto tiempo y en cuántos temas van a notar que, al argentino, al bonaerense y al moronense, los están charlando.

Ahora te llevo al campo propio. Se viene un escenario con bastantes pujas dentro de Juntos por el Cambio, ¿No es así?

Tengo expectativa de que haya niveles de democracia interna aceptables: y respetables dentro de Juntos por el Cambio. No sabemos si va a haber internas partidarias cerradas o abiertas, si eventualmente va a haber colectoras. Así que aún no conocemos cuál será la herramienta electoral. Soy partidario de dar una profunda discusión interna, autocrítica. Los liderazgos que no son revalidados por el voto popular, tienen que ser puestos en crisis, discutidos y eventualmente tienen que ser cambiados, o no. En el marco de un proceso democrático, siempre. Espero que el ex intendente se preste a ese proceso. Hay que dar esta discusión de cara a la gente. Su gestión personal fue muy mala en el marco de un buen gobierno. Hay que poder conciliar estos conceptos: mirar a la gente orgullosos de lo que hicimos y pedirles disculpas por todo lo que, a mi juicio, Ramiro Tagliaferro falló. Ojalá podamos trabajar juntos de cara a los vecinos después de haber revalidado liderazgos internos. Si Tagliaferro va a pretender tener la exclusividad de la boleta y volvemos a poner el techo electoral que puso en 2019, y que nos llevó a la derrota, seguramente se va a encontrar conmigo encabezando otra propuesta distinta y que incluya a mucha gente de Juntos por el Cambio, y por fuera del mismo, que no está de acuerdo con su modo de construir la política, y que en esencia tiene muchas similitudes con el sabbatellismo.

¿Qué similitudes encontrás? Tiraste una definición fuerte. Ahora quiero que la desarrolles…

Los opuestos se atraen. El abuso del poder, la falta de diálogo, el llevarse por delante las instituciones y el valerse de la política para hacer lo que les viene en gana. Unos desde la historia de sus anteriores gestiones, y Tagliaferro con todo mucho más reciente, hicieron exactamente lo mismo. Creo que esto es lo que hay que superar como modelos extremos de ejercer la política en Morón. Después, naturalmente, al interior de ambos espacios hay gente muy valiosa. Hay que apuntar hacia modelos más horizontales, colaborativos y democráticos, y donde nadie crea que tiene la suma del poder o de la razón. Las políticas públicas deberían ser una síntesis de una suma de opiniones, y no el resultado de gobiernos mesiánicos, sean de Juntos por el Cambio o el Frente de Todos.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com