Gran marcha y escrache en Castelar sur contra represor

El pasado sábado 3 de marzo tuvo lugar un imponente despliegue de ciudadanos y colorido para ir a escrachar al represor y apropiador de menores durante la última dictadura cívico militar, Carlos Hidalgo Garzón.

Alrededor de 2000 personas avanzaron desde El Triángulo, sito en Blas Parera y Berlín, para llegar al domicilio del mencionado, en 14 de julio 3676, del Barrio Marina de la localidad de Castelar. Toda la protesta se desarrolló sin el menor inconveniente, y estuvo dotada de un gran colorido, que se coronó con una breve actuación de la murga local “La Fisura de Morón”.

Organismos de derechos humanos –entre los cuales descolló Nora Cortiñas, en representación de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora – fuerzas políticas, movimientos sociales, sindicales y un nutrido número de vecinos recorrieron las calles de Barrio Marina cantando consignas tales como “si no hay justicia, hay escrache popular”, “Alerta los vecinos / al lado de su casa / está viviendo un asesino”, o bien “no queremos domiciliaria para los genocidas. Los queremos en cárcel común, perpetua y efectiva”.

También se marchó al tiempo que una radio abierta acompañaba la actividad con explicaciones detalladas sobre los motivos que propiciaron el escrache, y también se distribuyeron volantes alusivos y se concretaron pintadas con stencil.

Recordemos que Carlos Hidalgo Garzón es un ex oficial de inteligencia del Ejército, quien fuera condenado por sus crímenes en el centro clandestino La Cacha y por la apropiación de dos de sus víctimas. Su mujer, María Fernanda Morillo, está condenada también por apropiación de menores pero libre y, curiosamente, obra como “garante” de que su marido no salga de la casa. Asimismo, ambos son los apropiadores de la nieta restituida Catalina de Sanctis Ovando, quien nació en cautiverio en Campo de Mayo, en agosto de 1977, y recuperó su identidad en 2008.

En junio de 2017 se le concedió el arresto domiciliario a Hidalgo Garzón por tener 72 años y “estar estresado”. Así de simple, tal como el lector lo puede leer…

Acaso no pueda entonces, llamar la atención aunque sí indignar que, a mediados de enero último pasado, se lo haya visto salir al menos dos veces del domicilio que habita en Castelar, sin autorización, y para colmo haya admitido en una denuncia policial por un robo en su vivienda, que tenía armas en su poder.

Los primeros en denunciar las salidas impunes del represor fueron integrantes de la CTEP y el Movimiento Evita local. Semanas atrás, el concejal por Unidad Ciudadana de Morón, Hernán Sabbatella, presentó un proyecto de ordenanza para que se declare desde el municipio “persona no grata” al mencionado represor.

Pasado y presente, la misma matriz, la continuidad de la lucha

Representantes de organismos de derechos humanos denunciaron que “continúa irresuelta la responsabilidad de la mayoría de los jueces y médicos policiales en la entrega de los niños apropiados durante la última dictadura”.

También condenaron el escenario actual “de represión, criminalización de la pobreza, los despidos, los casos de gatillo fácil, la baja de la edad de imputabilidad y la judicialización de todos los sectores en lucha”.

Nora Cortiñas exhortó a los vecinos a “defender la propia dignidad, rechazando la vecindad con asesinos, genocidas y apropiadores de bebés”. “Todos los hombres y mujeres son imprescindibles, hay que luchar por la reincorporación de los despedidos del INTI, del hospital Posadas y de tantas otras empresas e instituciones”, expresó haciendo referencia a algunos de los flagelos de nuestro presente.

Finalmente, la inagotable Nora denunció que “este gobierno quiere que vivamos lo más mediocres, miserables y analfabetos que sea posible. Pero no lo van a lograr. ¡Venceremos!”, arengó para finalizar la tarde con una prolongada ovación, y la inocultable emoción colectiva que siempre se garantiza en cuanto se concreta la unidad del campo popular por un reclamo de absoluta justicia.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com