Gobierno que ajusta, mata

“Ojo que puede aparecer un Bolsonaro acá en Argentina” se escuchaba en las editoriales periodísticas post triunfo del, ahora presidente, en las últimas elecciones en Brasil. Pero no apareció, ya estaba y se hizo presente con la última resolución ideada e impulsada por Patricia Bullrich y avalada por Mauricio Macri que, sencillamente, legaliza el gatillo fácil.

La resolución, publicada en el boletín oficial el lunes 3 de diciembre, flexibiliza el uso de armas por parte de las fuerzas de seguridad nacionales, dejando a criterio del policía o gendarme la necesidad o no de disparar. El reglamento señala que los efectivos policiales harán uso de las armas de fuego en defensa propia o de otras personas, entre otras situaciones. Rápidamente, el mensaje difundido por quienes se oponen a esta resolución fue “se implementa la Doctrina Chocobar”.

Ahora, bien ¿Qué busca el Gobierno con esta medida? Lo más sencillo sería apuntar a la ya conocida frase de que “el ajuste no cierra sin represión”, pero esto va más allá de eso. Algunos analistas políticos dirigen la mirada hacia la campaña electoral del 2019, argumentando que el Gobierno busca consolidar su núcleo duro, y quedarse con esos votos que podrían a ir a un “Bolsonaro argentino”, tipo Olmedo. Y en relación con las elecciones del año que viene vale aclarar que Patricia Bullrich está haciendo lo imposible para ser la candidata a vicepresidenta de Macri, y esto se verifica si observamos que, en el reordenamiento de ministerios en septiembre, ni se mencionó la posibilidad de modificar el Ministerio de Seguridad, o cuando vemos que Macri celebró el éxito del operativo de seguridad del G-20.

Patricia Bullrich, se sabe, pregona la mano dura. Basta con ver el caso Chocobar, la celebración por el cierre de la causa de Santiago Maldonado (bajo aprietes al juez Lleral) o la famosa frase “el que quiera andar armado que ande armado”. Este reglamento es, sin duda, un giro a la derecha rotundo por parte del Gobierno Nacional, que siempre se puso del lado de las fuerzas policiales y que ahora lo reafirma, buscando la reelección con el discurso de la demagogia punitivista, que cae muy bien en una parte importante de la sociedad y parece estar de moda en la región.

Y entre los tantos justificativos que se le pusieron a esta resolución, uno es el del enemigo interno, la creación de una fuerza de choque que busca alterar la Democracia en Argentina. Primero fueron los mapuches, después los inmigrantes y luego los movimientos sociales. Todas organizaciones populares que son las primeras víctimas del gatillo fácil, y quienes más luchan contra este. Estas agrupaciones, muchas veces son tratadas de “terroristas” y se aprovecha para poner el ejemplo del combate al terrorismo por parte de los Estados Unidos. Se sabe, en Argentina el terrorismo no es un problema y la tasa de homicidios es sustancialmente menor a comparación de países como México. Entonces, no quedan dudas que el Gobierno Nacional se ampara en problemáticas que no existen para ir a fondo con la represión y el otorgamiento de poder hacia las fuerzas policiales, las principales encargadas de defender el ajuste en la calle.

La medida recibió críticas de todos los sectores. Desde la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) advirtieron: “Con esta norma en vigencia, no sólo se multiplicarán al infinito los ya muy frecuentes fusilamientos de gatillo fácil, sino que sus autores materiales serán automáticamente impunes por imperio ministerial”. En el mismo documento, la organización señaló que el reglamento busca «justificar represiones y asesinatos en movilización y manifestaciones populares». «Bastará que algún policía diga ‘me pareció ver alguien armado’.

Pero la sorpresa por la critica no proviene desde la CORREPI, sino que llega desde el propio Gobierno, ya que Elisa Carrió, una de las hasta aquí más firmes aliadas del presidente, afirmó: “La reglamentación para fuerzas de seguridad dictada por la ministró Bullrich viola los Derechos humanos fundamentales. Nosotros no vamos a ir al fascismo”. Este mensaje, además de marcar una postura por parte de la diputada, demuestra un quiebre en la alianza gobernante, algo que se preveía por el silencio de la estrella mediática de Cambiemos

Llega fin de año y el Gobierno no quiere sorpresas que hagan acordar a épocas tristes de la Argentina, envalentonado por el presunto éxito (aunque sea desde la imagen que se dio) del G-20, Macri pisa el acelerador y confronta con la calle, la misma que se viene manifestando ante cada medida antipopular que ha tomado desde diciembre del 2015, y que ahora se podrá llenar de balas si la policía lo desea. Cambiemos se derechiza, muestra su verdadera ideología y apunta hacia los más vulnerables, apunta en el sentido literal. Bajen las armas.

Alejo Spinosa
alejo@huellas-suburbanas.info