
05 Jul FUE CON LA ESPADA, CON LA PLUMA Y LA PALABRA… Y ESTA TIERRA LO OLVIDO (Parte 2)
En Abril de 1959 se había firmado el acta constitutiva de la agencia Prensa Latina. A partir del mes de mayo, y por sugerencia del Che, la agencia se traslada al quinto piso del edificio del Seguro Médico. Allí es donde Masetti desarrolla su tarea dejando marcada su impronta. Se encarga de buscar a los mejores corresponsales de América Latina. La calidad y el prestigio que van adquiriendo las noticias de Prensa Latina se deben precisamente que sus corresponsales eran todos intelectuales reconocidos.
En sus comienzos, la redacción de la agencia estaba formada por 15 mesas pequeñas. Cada una de ellas con su correspondiente máquina de escribir para los redactores y una mesa grande para los traductores. Masetti personalmente, se encargaba de las pruebas de buscar contactos para reclutar personal, además de la transmisión y de conseguir equipamiento.
La agencia se organizó en departamentos: Archivo, Fotografía, Traducciones y Teletipos, y Deportes, además de la redacción central. Las primeras oficinas de Prensa Latina habilitadas en América Latina fueron las de Nueva York –donde funcionaba la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)-, México, Caracas y Buenos Aires. En mayo se abrieron las corresponsalías en Colombia, Perú, Chile, Panamá, Bolivia, Brasil y Ecuador.
Masetti se convierte en Director General. El argentino Carlos Aguirre era el jefe de redacción y tenía como editores jefes a su coterráneo Rogelio García Lupo, el mexicano Armando Rodríguez Suárez y los cubanos Baldomero Álvarez Ríos, Ángel Augier, Patricio Cuevas, Armando Fernández y José Luis Pérez.
En la redacción trabajaban junto a los argentinos Alfredo “Chango” Muñoz Unsaín y Ernesto Giachetti los jóvenes cubanos Ricardo Sáenz, Gabriel Molina, Joaquín Oramas, Juan Marrero, Mario Martí, José Prado, José Bodes Gómez, Reynaldo Peñalver, Rafael Pérez Pereyra, Armando López Moosman, Alberto Pérez, Leonardo Acosta, Armando Entraldo, Manuel Fernández Colino, Rudy Casal, José Guzmán, Aurelio Silverio y Francisco Urizarri.
En Deportes se desempeñaban como cronistas Ricardo Agacino, Severo Nieto y Gabino Delgado. Como reportero gráfico se incorpora a la agencia el argentino Antonio Módica. Su esposa Marcela desempeñaría tareas administrativas con Concepción “Conchita” Dumois, cubana, como secretaria y más adelante compañera de Masetti. Al mes siguiente ingresa Rodolfo Walsh, como jefe del Departamento de Servicios Especiales.
La Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina (PL) sale a la luz el 16 de junio de 1959. Resultó el primer proyecto comunicacional latinoamericano de alcance internacional con una visión alternativa de la realidad regional, eje central de su cobertura hasta nuestros días. Hoy cuenta con diversos sitios web para la difusión de sus productos y servicios informativos en varios idiomas: español, inglés, portugués, francés, italiano y ruso. Posee uno de los mayores archivos fotográficos de América Latina y el Caribe.
Lo llamativo de Jorge Ricardo Masetti es que con semejante trayectoria profesional, los resultados de su labor comunicacional y sus obras, permanezca en la oscuridad del olvido, a 59 años de su muerte. En la Patria Grande debería de figurar como un ejemplo a seguir, y ocupar un lugar sobresaliente en la historiografía de la comunicación política.
Quizá haya sido su experiencia como líder del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), que liderara Masetti entre mediados de 1963 y comienzos de 1964 en la provincia de Salta lo que lo sepultó en el baúl del olvido. O tal vez la negación de un gran cronista de guerra y protagonista/partícipe de una revolución que marcó a sangre y fuego la historia del continente americano en la década del ´60. O quizá, haya sido el sinsentido de los falsos popes de la cultura los que se encargaron de negarlo y ocultarlo. Las mayorías no lo conocen.
“Masetti no aparece nunca”, escribe Rodolfo Walsh. “Se ha disuelto en la selva, en la lluvia, en el tiempo. En algún lugar desconocido el cadáver del comandante Segundo empuña un fusil herrumbrado. Tenía al morir 34 años, había nacido en Avellaneda”. De su legado, nos queda el concepto formulado en la inauguración de Prensa Latina: “Nosotros somos objetivos, pero no imparciales. Consideramos que es una cobardía ser imparciales entre el bien y el mal”. Sin estos principios se hace muy difícil hacer buen periodismo.
Contrariamente a lo que ocurre en nuestro país, en Cuba todos los periodistas lo conocen y tiene el reconocimiento que merece. En cada aniversario de Prensa Latina se lo recuerda. Hay muchas escuelas que tienen su nombre. En Cuba Masetti tiene su lugar, no ha sido olvidado. Fundamentalmente porque dejó una obra que merece que se lo recuerde.