
06 Nov EUROPA Y LOS ULTRAS ARGENTOS NAVEGAN EN UN OCÉANO DE IDEAS – Parte 2
Los vínculos y coincidencias en el entramado de ultras, derechas, neoliberales y/o anarco capitalistas del continente europeo y los de nuestras tierras se pueden ver a la luz del día. El accionar sincronizado es también, fácil y sencillo de apreciar.
Tomemos como simple ejemplo las declaraciones en los medios y en las redes sociales del ex presidente Mauricio Macri en concordancia con las de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y dirigente del Partido Popular.
Mientras Macri decía: “Me parte el alma el éxodo de los jóvenes argentinos que vemos todos los días. Se van frustrados por no poder desarrollar sus vidas acá, mientras en otros países los esperan con empleo, estudio, vivienda, crédito y un futuro. Por eso no los cuestiono, entiendo sus razones”. Ayuso fue crítica una vez más con el gobierno de Argentina al señalar que “cada vez más argentinos” deciden irse a Madrid, España, “a vivir en paz”, y lo atribuyó a las políticas intervencionistas que llevaron a nuestro país «al desánimo». ¿Casualidades permanentes? No, para nada. Simple coincidencias políticas a ambos lados del Atlántico.
Por otro lado, los días 8 y 9 de octubre, se desarrolló en Valdebebas (Madrid) el Festival Viva22. El diputado argentino Javier Milei participó de dicho evento. Se define como libertario, al igual que José Espert, pero en realidad son de ultraderecha. Milei critica a la “casta política” pero… ¿a quién defiende? Lo dice sin vergüenza: defiende a los empresarios explotadores, a los millonarios y les quiere bajar los impuestos. Espert proponía meterles “bala” a los obreros del Sindicato del Neumático que estaban en huelga.
¿Qué hacía el “libertario” Milei en un evento organizado por VOX? Ya habíamos visto en la nota anterior de las ambiciones y el desembarco de VOX sobre lo que ellos denominan Iberósfera y que es, nada más y nada menos, que nuestra Patria Grande. No es casual que hayan difundido videos de adhesión grabados de parte del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de la ganadora de las elecciones en Italia, Giorgia Meloni.
VOX tiene 52 representantes en Congreso de los Diputados, 3 en el Senado, 4 Eurodiputados y varios Alcaldes y Concejales. Es un partido de ultraderecha y rescata el espíritu de los Tercios de España (Grandes unidades que revolucionaron la guerra en la Europa Moderna y cuyo origen se remonta al final de la Reconquista cuando los Reyes Católicos combatían al último reino musulmán de la península ibérica, el Reino de Granada). Hoy existen varias organizaciones que se auto designan como legítimas herederas de aquellos Tercios. Algunos integrantes de las mismas forman parte de las fuerzas militares españolas e incluso, varios de ellos, han viajado a Ucrania para luchar junto a los batallones nazis como mercenarios.
La añoranza de los años idos del Imperio Español estuvo presente en el Festival. En el cierre del mismo apareció un conjunto con una canción en cuya letra se les denostaba a: los comunistas, las feministas, el colectivo LGTBI, el Frente Popular, las “manadas de senegaleses”, etc. El estribillo repetía una y otra vez: “¡Vamos a volver al 36, vamos a volver al 36!”. Cualquier parecido con que VOX quisiese volver al inicio de la guerra civil franquista que causó más de 1.000.000 de muertos, da la impresión de no ser un simple casualismo.
¿Son realmente liberales los que actúan bajo ese paradigma político? ¿Cuán liberal puede ser alguien que tiene como economista modelo a Domingo Cavallo, fiel colaborador de dictaduras y quien llevó a Argentina al peor desastre económico de su historia en 2001? En su partido político, Milei es secundado por Victoria Villarruel, presidenta del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv) que niega la existencia del Terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar. Los vínculos de ambos con la red internacional Atlas, VOX y otras organizaciones de ultraderecha son evidentes.
La elección de Javier Milei para el Congreso de la Nación de Argentina supuso la realización práctica de una estrategia mediática desarrollada durante años. En medio de la crisis económica y de deuda, y donde la desigualdad material es demasiado alta, se vive un clima de descontento contra los representantes políticos tradicionales, que los libertarios de derecha han sabido canalizar con un discurso fuertemente populista.
Al afirmar que un partido, movimiento o discurso son de ultraderecha se hace referencia a que cumplen una serie de características y se insertan en un contexto histórico determinado. Esto es más sencillo en la teoría que en llevarlo a la práctica. Habitualmente, su accionar y su discursividad son camufladas por una serie de estrategias o de falacias, cuyo objetivo es tratar de transformarlas en ideas aceptables para la sociedad.
Las corrientes del anarco-capitalismo (o libertarismo de mercado) y/o del “minarquismo” (Los minarquistas, sostienen que un gobierno mínimo es necesario para preservar la libertad y promueven la abolición de la mayor cantidad de funciones estatales posibles) parecen haber irrumpido con fuerza, sobre todo en la gente joven, en buena parte de Europa y de América. Emiten un mensaje de supuesta rebeldía contra todo lo que consideran de izquierda y autoritario. Enjuician con el ya clásico discurso contrario a los impuestos, a las regulaciones económicas y a cualquier legislación que consideren que atenta contra la libertad (pero bajo su propia idea de libertad e igualdad).
Coinciden, se mimetizan y/o comparten postulados de derechas y de ultraderecha, “y en un mismo lodo todos manoseados”. Al igual que el macrismo, defienden la meritocracia como forma de escalar socialmente y deshacerse de posibles desigualdades. Proponen un Estado minoritario (o nulo) que no intervenga en ninguna esfera del individuo y que haya acuerdos totalmente libres, sobre todo, en lo que se refiere a las relaciones laborales y/o económicas.
Además, se oponen radicalmente a cualquier movimiento progresista, y en ocasiones, buscan defender unos determinados valores históricos tradicionales: no desean conservar lo que hay, sino que buscan destruir consensos ya establecidos y volver atrás en el tiempo, pero planteándolo como forma de avanzar a una supuesta modernidad.
En las redes sociales y debates televisivos, se puede observar su violento accionar. Un claro ejemplo de esto lo muestra Lilia Lemoine, asesora de Milei, que dicta cursos para capacitación de trolls de Avanza Libertad. Es exactamente el mismo manejo que emplea la nueva derecha radical estadounidense. Ataque salvajes a la ideología de género, a los “zurdos” o comunistas, a los sindicatos y el empleo de la palabra libertad intercalada cada dos o tres frases. Con esta clase de “incorrecciones políticas” y transgresiones, más las apariciones de los Espert, Milei, Eduardo Prestofelippo “El Presto”, Agustín Laje y otros, lograron acercar su ideario a sectores jóvenes, sobre todo de clase media alta y clase media, y hasta penetrar en sectores de clases populares.
La simbiosis entre los libertarios y la ultraderecha es tan profunda que dificulta la posibilidad de diferenciarlos. Además de presentarse ambos como la anti-política, y de no tener intención de acordar con otras fuerzas institucionales, plantean un discurso anti establishment, y critican, además, a la política en general y a la clase política a la que denominan como “casta”. Actúan creando una imagen de defensores de los ciudadanos y de “salvadores” del país. Muchos de sus discursos se mimetizan con los postulados básicos de las últimas dictaduras.
Esta mescolanza de idearios, fueron los que han ido coadyuvando al desarrollo del neofascismo local. Algo que parece novedoso en nuestro país, aunque la profundización de su desarrollo comenzó hace unos cuatro años.
Se pueden llegar a establecer tres fases de su crecimiento. En aquel 2018 se establece la “cabecera de playa” de la primer avanzada ultraderechista. Se conformó frente a la marea verde feminista que luchaba por el aborto legal. La vanguardia de la reacción fue encabezada por los grupos más conservadores del movimiento evangélico, que arrastró multitudes, logrando ruptura en los consensos alcanzados. Pronto dejamos pasar al olvido este penetrante e intenso accionar.
Se aprecia como segunda oleada, la incursión de Javier Milei en las elecciones de 2021. El relato libertario, camuflado como liberalismo, le facilitó una sorprendente actuación electoral. Pero el crecimiento de su imagen, que parecía no tener límites, se ha ido estacionando y tanto esto, como las propuestas divagantes que proclamaba han ido menguando su figura en la actualidad.
El tercer embate ha sido el más reciente y nos ha dejado sobrecogidos. La repercusión de esta tercera fase, que fue el intento de magnicidio, del cual fue víctima la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, es que se pudo ver por televisión en directo. Una red de pequeñas bandas adherentes al nazismo o filonazismo, entrecruzan ideas y/o acciones. La resultante es el empleo de la violencia política.
Todas y cada una de estas avanzadas articulan su accionar bajo la superficie. El problema es el accionar encubridor tanto de los medios concentrados como de sectores judiciales cuando ese mismo maniobrar se hace visible.
Donald Trump, coloca con su construcción a Estados Unidos como referencia fundamental. Brasil también opera como generador de iniciativas de ultraderecha y, pese a la derrota electoral, Bolsonaro mantiene consolidada su organización. Muchos toman como génesis del resurgimiento del nazismo a los sucesos ocurridos en Ucrania en 2013/2014.
En noviembre de 2013, el entonces presidente de Ucrania, Victor Yanukóvich, suspende la firma de un acuerdo con la Unión Europea. El descontento de la población del oeste convoca a manifestar contra el Gobierno en la plaza de la Independencia (Maidán) de Kiev. En febrero de 2014, con la plaza ocupada por cuatro organizaciones diferentes situadas en un espectro político que va de la derecha a la extrema derecha, se producen enfrentamientos y centenares de víctimas. Países de Occidente declaran “ver con buenos ojos” un cambio de gobierno. Con esta actitud dan apoyo implícito al golpe de estado.
Los “oblast” del este del país, de etnia y habla rusa se oponen al golpe. Comienzan a ser perseguidos y atacados por el ejército de Kiev. En los ataques a los rebeldes tuvo amplia trascendencia el Batallón Azov seguidor de la ideología nazi. El entonces presidente Petró Poroshenko les agradece sus servicios y los condecora como Héroes de Ucrania. Otras organizaciones como Aidar, Kraken y Pravy Sektor se han ido fortaleciendo en esa misma ideología que centrifugan al mundo. En actos de la campaña electoral de Bolsonaro aparecían frecuentemente grupos con banderas de Pravy Sektor al grito de “¡Ucranicemos Brasil! Habrá que ver cómo continúa la historia en nuestras tierras…
Nota del autor: en la próxima entrega veremos las afinidades ideológicas con agrupaciones en nuestro país.