
07 Feb “Este país ya no genera las condiciones para que nuestros jóvenes puedan desarrollarse y prosperar”
Entrevista a Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA)
Nos encontramos con el Presidente de la FABA (Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires) y dirigente de máxima relevancia de la Coordinadora Nacional Almacenera, Fernando Savore.
Café mediante y con una posterior visita por su histórico establecimiento ubicado en la localidad de Villa Sarmiento, Savore conversó una vez más con Huellas Suburbanas, en tanto figura de permanente consulta a propósito de problemáticas de acuerdos de precios, implementación real de los mismos, situación general del comerciante pyme de cercanía, tanto en la región del conurbano como a escala provincial y nacional; también se refirió al flagelo cada vez más duro de la carestía de la vida, muy tangible desde su comercio de proximidad, e incluso aportó datos muy contundentes de relevamientos del cuadro inflacionario actual.
Fernando, un placer conversar nuevamente contigo. Vayamos al meollo de la cuestión, ¿La cosa viene complicada a causa de la inflación…?
Venimos de un 2022 muy complejo. Si bien escuchábamos los datos del INDEC cuando marcaban un 7% y horrorizaba con razón a la gente, nuestras mediciones nos daban un 2,5% semanal, esto es, una inflación mensual de 10 puntos desde nuestro arco de productos, que son los del gran consumo.
Y a todo esto, llegaron los Precios Justos…
Llegó Precios Justos. Tuvimos varias reuniones con la Secretaría de Comercio, con Matías Tombolini. La idea era estar dentro del programa, pero la verdad es que el 80% de las mercaderías se las compramos a mayoristas y distribuidores. El mayorista hace 3 años que comenzó a venderle al público. Entonces, nuestro proveedor también ahora es nuestra competencia. No hubo consenso con estos sectores para resignar rentabilidades desde ambas partes, así que nos quedamos afuera del programa.
¿Y cómo está funcionando ese programa? Ha habido promesas y algunos amagues de incrementar las multas a los grandes supermercados que incumplan con esa medida. En la práctica, ¿Esas inspecciones funcionan, o sólo quedan en grandes declaraciones?
Dentro del formato, hay productos que son de extrema necesidad para el día a día de cualquier familia, y otros que están de relleno. Por ejemplo, el aceite de girasol, dice el programa, hay que venderlo a $430 dentro del hipermercado, porque está subsidiado. Mientras que nosotros lo estamos pagando a $799. Esta diferencia nos hace quedar muy mal frente al consumidor final. Pero después, ese consumidor va al hipermercado y no encuentra esos productos en góndola. Ahora bien, cuando el INDEC tome el dato de la inflación de este mes, ¿Va a tomar el aceite a 430 pesos? Si hacen eso, están errando, porque ese aceite no está por ninguna parte. Esa realidad no condice con la realidad del día a día de nuestros consumidores. El azúcar también fue un problema y lo sigue siendo. Porque en los hipermercados, de acuerdo a Precios Justos, el azúcar de primera marca está para la venta a $200, y nosotros lo pagamos $230 de costo. Todo esto fueron debates en la secretaría de Comercio; me reuní con empresarios de productores de aceite, y según me planteaban, esos productos deberían llegarnos. El subsidio compensa al hipermercado, que representa el 30% de las ventas, pero a nuestra parte eso no nos llega. Y son todos problemas que, por diversas razones, no se están logrando resolver.
¿Qué respuesta efectiva les dan desde Comercio?
Ellos nos dicen que el aceite son 28 millones de litros que están subsidiados. El 50% para el hipermercado y el resto para los comercios de proximidad. El día que estuve en Casa Rosada en la reunión de la Mesa del Hambre, el representante de la Cámara de hipermercados dijo que ellos representan al 30% de las ventas. Entonces, si ellos representan el 30%, el otro 70% está fraccionado entre almacenes, autoservicios, autoservicios orientales, supermercados familiares. No se está beneficiando al que más lo necesita, que somos los comercios de proximidad.
¿Ha repercutido en el consumo de la gente, todo este cuadro inflacionario que estamos soportando?
Lo que se evalúa en reuniones del Consejo Directivo de la Federación donde soy presidente, y de la CGA, la Coordinadora Nacional donde tengo el cargo de vicepresidente, es la conducta de compra del cliente. Ahí notás que, del 1 al 15, esa familia que pasó todos los días con su mochila rumbo al trabajo, se dio el gusto de comprarle un postrecito al niño o una gaseosa. Las caricias de padres, un gusto que ha tenido siempre la gente de clase media, no más que eso. Pero la verdad es que un postrecito vale $200, una gaseosa de la marca “C” en botella de 2 ¼ L está casi $600… lo cual a partir del día 15, genera que ya se sienta como si fuera fin de mes. ¿Y cómo nos damos cuenta nosotros, dirás? Porque ya la gente no busca la primera marca, sino que busca resguardar el dinero que le queda, recurriendo a marcas pymes, que por cierto también son buenas. Y también nos damos cuenta por cómo van preguntando el precio a medida que vamos tickeando los productos que eligieron. Con mucha bronca, la gente deja mercadería. Como también está el cliente, vecino nuestro, amigo nuestro, que viene y te dice “¿No me aguantás 3 días?” ¡¿Y cómo no lo vas a aguantar, si es el cliente que te da de comer todo el año?!
Hay un elemento que señalás certeramente. Quizás sea una de las situaciones más humillantes para muchas personas, el tener que devolver productos en la caja registradora porque no les alcanzó el dinero…
Tengo 39 años de almacenero y antes estaba mi padre, así que quien hoy es un señor jubilado, yo lo conocí cuando era un señor trabajador activo. Con lluvia o con calor, pasaban todas las mañanas rumbo al trabajo; muchos de ellos hoy perciben una jubilación que ronda los $50.000, que realmente no le encuentro la compensación del Estado por haber trabajado toda su vida para el país. Uno de estos señores, días atrás, me decía “Chiche, al principio esto te da mucha bronca, indignación. Y después terminás entregándote”. Y eso es lo que se percibe entre los vecinos, y también al interior de nuestras familias: resignación y empezar a entregarnos. Eso es muy malo.
Es un campo minado para que, detrás de ello, desembarque cualquier cosa… hasta dinosaurios…
Con mis años de experiencia en este rubro, he visto niños y niñas que venían de la mano de sus padres, para llevarse unos caramelos, y hoy son profesionales. Y vienen y te dicen “Chiche, me voy. Ya me recibí y me voy a probar suerte a España… a Portugal…”. Esto lo traslado porque también tengo hijos, y me preparo para que algún día uno de ellos me diga “Papá, me voy”. Este país ya no genera las condiciones para que nuestros jóvenes puedan desarrollarse y prosperar. En términos laborales, campo de acción, incertidumbre financiera y sobre todo, en materia de seguridad.
Ciertamente se perciben cada vez mayores niveles, no sólo de delincuencia, sino de violencia durante tales accionares. Y los comercios de proximidad, como siempre, son la primera trinchera que recibe todo ese flagelo… eso desanima a muchos compatriotas, ciertamente…
El Estado, con nuestros impuestos, hace la inversión para que muchos de estos chicos estudien, se capaciten y se reciban. Hasta ahí bárbaro. Pero después resulta que ellos eligen irse del país. ¿Dónde está el responsable principal? ¿El chico que ve que del otro lado del mar, hay otro continente que le ofrece mayores ventajas, o un país que no sabe contener en ese joven la inversión que hizo? Y el drama está en que se rompen las familias. Hay tres patas para sostener esta mesa: Seguridad, educación y salud. Con ello nivelamos a nuestra población. os hospitales tienen buenos profesionales pero están colapsados, demasiada demanda porque cada vez está más difícil pagar una prepaga.
Fernando, se vienen las elecciones…
Se vienen las elecciones, y me gustaría que de una vez hubiera más gente común, profesionales, que se involucraran en la cosa pública, y no siempre políticos viciados a los que estamos acostumbrados. Algunas veces los políticos se alejan mucho de la realidad. ¿Qué saben los políticos de pagar el alquiler de su comercio, pagar el sueldo a sus empleados, qué saben de un juicio laboral? También veo dirigentes muy comprometidos con su tiempo, claro que sí. Pero me preocupan, como ciudadano y como comerciante, todos aquellos que han perdido el piso de la realidad, acostumbrados a trabajar y a vivir del Estado, ya sean integrantes circunstanciales del oficialismo o de la oposición. Y esa es la gente que algún día tendrá que admitir que deben correrse, ponerse una empresita, un estudio de abogados, un kiosco…
Un aporte a tu disquisición: Nunca se corren. Yo los llamo los Flotadores, porque nunca se hunden. Así las cosas, han contribuido a erosionar la credibilidad en la participación y el funcionamiento de la democracia como un todo. Los medios han aportado mucho también a todo ello. Sólo la gran participación ciudadana, masiva, puede alterar ese pequeño micromundo más o menos autosuficiente…
Esa palabra la voy a tomar, “Flotadores”. Están en una especie de kínder que no condice con la realidad socioeconómica, sociocultural, comercial que tenemos. Tal vez debería existir un acto de nobleza en ellos, y correrse. Ya está. La verdad, sabés que siempre van a estar más o menos los mismos, de un lado y del otro, las caras conocidas, y esa falta de renovación te quita las ganas de seguir participando.
Tenemos un problemita en este deseo que se desprende de tu crítica: Las supuestas renovaciones o los recambios consisten en colocar al frente del gobierno a sectores que ya han gobernado previamente. Nada nuevo bajo el sol… las construcciones realmente innovadoras, no asoman en el corto plazo, o al menos eso es lo que se percibe.
Viniendo al terruño local, el próximo intendente creo que se va a elegir por efecto dominó de la elección nacional, y es una pena que así suceda. El intendente municipal merecería ganar por motus propio, que lo haga porque convenció a la gente de que el modelo local que se lleva adelante es el correcto.
Y con respecto al rubro de los almaceneros, ¿Cómo construyen representación, más allá de la provincia de Buenos Aires?
Hace 4 años armé un Cabildo, donde participamos todos los dirigentes del país de nuestro gremio, y conformamos lo que antiguamente era la CGA, la Confederación General de Almaceneros, y hoy es la Coordinadora Almacenera Nacional. Por forma unánime, salí electo Presidente, lo cual no era mi idea. Acepté el cargo pero con la misión de que todos los años se rotara la presidencia. Pude disponer de un año para armar bien todo, conocernos, generar confianza entre todos… luego vino la pandemia, se suspendieron los cabildos y continuamos decidiendo por zoom. En alguno de los cuales, participó nuestro Intendente, Lucas Ghi, junto a otros intendentes de diversas regiones.
Con un criterio totalmente federal…
Esa es la palabra exacta. Y nuestro lugar físico va a estar ubicado en la ciudad de Córdoba, para cuidar esa idea de lo federal.
Fernando, en nuestra última conversación me habías compartido un proyecto ambicioso, para crear un sistema de logística y distribución de productos pyme de toda la provincia, con puertos secos en cada municipio donde poder ir a retirarlos. Al calor de todo lo que venimos conversando, estas propuestas cobran cada vez mayor relieve, y urgencia. Desde las esferas institucionales a las que les acercaste el proyecto, ¿Activaron algo?
Uno poco se planchó la idea. Tuve varias reuniones con Lucas Ghi para pensar en cómo hacerlo. El año pasado se hizo un encuentro pyme y comercial en CAFABO (Cámara de Farmacias Bonaerense), un compromiso de trabajo que llevamos adelante, con mucho empeño, de parte también del secretario de Desarrollo Productivo del municipio, Santiago Muñiz, y el director de Comercio, Favio Martínez. Esos fueron óptimos resultados, y seguimos trabajando en eso. Días atrás estuvimos reunidos con Lucas (Ghi) en la vieja terminal de ómnibus en la esquina de Gaona, una zona de pocos comercios, así que tenemos la idea de traer 5 pymes que pongan sus productos allí, y que sea realmente interesante para el público minorista. Que haya carnes, verduras, con apoyo del Mercado Central. Y los comestibles nos haríamos cargo los miembros en Morón de la Cámara de Almaceneros. El espacio es importante, y ahí también podríamos construir el primer puerto seco para carga y descarga.
Es decir que aquel proyecto está encaminado, al menos, en el municipio de Morón, como punta de lanza…
Sí, estamos en camino. Tuvimos muchas reuniones con Lucas Ghi. Él se enamoró del proyecto. Casualmente, también días atrás tuve una charla telefónica con el diputado nacional, Daniel Arroyo, que fue el primero que se interesó en esta idea. Su intención es sentarnos a escribir bien este proyecto. Si bien yo lo tengo bosquejado, se precisa darle una forma más técnica, y en el gobierno hay gente con la capacidad para ello. Lo que Daniel me propuso es acercarme para conversar con todos los bloques legislativos, de modo tal que este proyecto no devenga en una nueva pelea parlamentaria sin sentido. Así que, por este y otros asuntos del sector que represento, Arroyo y yo continuamos en contacto, intentando aportar para seguir construyendo.