Espacio lúdico en zona oeste. El desafío de cambiar la Historia

Por Daniel Chaves
Conversamos con Pablo y Agustín, dos de los integrantes del Grupo KAMPFGRUPPE WESTEN: Club de Wargames Históricos.
Ingresar en el microclima del club de Wargames implica abrirse al ejercicio de una imaginación poco “permitida” en el esquema hiper-organizado y alienado de la mayoría de nuestras jornadas habituales.
Transitar un espacio donde las miniaturas de ejércitos (en este caso de los que intervinieron durante la Segunda Guerra Mundial), ciudades, bosques, armamentos, carreteras y una especie de “magia” que sobrevuela el lugar, conforma un todo y, en lo personal para quien redacta estas líneas, expande un revivir jornadas de infancia pero con la imaginación y una “rigurosidad con licencias” de ciertas normativas y sentires propios de los adultos.
Los Wargames poseen un detallado y complejo reglamento que consta de tres libros de consulta, entre ellos el Flames Of War.
¿La mecánica del juego? Con dados y una cinta métrica, además de las miniaturas y el conocimiento del reglamento. Pablo puntualiza: “existe un componente de azar, y un componente del conocimiento de la historia, en este caso de la Segunda Guerra Mundial”. El reglamento que se utiliza deja escaso margen para las dudas, y es un elemento de consulta recurrente durante los matches, y más aún cuando se disputan torneos. Luego amplía con una definición que inquieta y cautiva en sí misma, “Imaginarnos por un rato qué hubiese hecho yo en lugar del Mariscal Rommel, o si hubiese estado en la piel de Montgomery”.
Otra peculiaridad es que las exigencias del combate varían de acuerdo al nivel de entrenamiento de los soldados, marcando así una tendencia a la réplica lo más fidedigna posible con las características históricas de cada grupo. Pero dejando siempre un margen para las variaciones posibles del azar.
También Agustín aporta definiciones: “El juego intenta representar la historia a una escala lúdica”.
En promedio, una partida puede durar de 4 a 6 horas, aunque los jugadores más avezados pueden dirimir sus batallas en 2 o 3 horas.
Tampoco escapó a la charla el referenciar al ajedrez –considerado por los entrevistados como el “padre de los juegos de estrategia”– como una influencia en el desarrollo de los Wargames.
Algunos ejes a tomar en consideración
Existen clubes “de los socios” con una participación grupal más o menos activa, y clubes de una sola persona. Los clubes cerrados pueden albergar entre 6 y 8 integrantes; en cambio los clubes abiertos a la comunidad oscilan entre los 20 y 30 integrantes.
Los entrevistados remarcaron la importancia del impacto visual de la escenografía que se logre ofrecer, a los fines de despertar un mayor entusiasmo y sumar más miembros al club.
Además del Wargames Histórico mencionaron a otras corrientes que también ofrecen su dinámica de espacio lúdico para todas las edades, ligados al “Fantasy” en la cual aparecen personajes de fábulas o legendarios, como podrían ser los Elfos, Orcos, Magos y otras variaciones.
La invitación al Hobby
El punto de partida en la mayoría de los jugadores de esta disciplina es el hobbismo de “producir”, pintar sus propias miniaturas. De ahí se pasa al tablero del juego. Ello viene acompañado por la vocación hacia los estudios históricos y la interacción fraterna con los demás integrantes de la comunidad, que en conjunto le insuflan una gran carga de mística a los Wargames.
Los torneos vendrían a ser el punto más trascendente de este colectivo de ciudadanos reunidos alrededor de una atractiva búsqueda lúdica. Y se extienden a lo largo de una jornada completa.
Los entrevistados insistieron en que es importante conocer las características y particularidades de todos los ejércitos, un sólido dominio de las reglas del juego, y en lo posible saber “decodificar” elementos distintivos de la personalidad del oponente.
Aclararon además que las mesas con sus bellas escenografías que pueden observarse en las imágenes que acompañan a este informe, se conservan en los clubes. Las miniaturas, en cambio, pertenecen a cada hobbista.
Ante todo, un juego
Agregó Pablo: “Los dados ayudan a garantizar la probabilidad de un suceso. Y están para representar esa cuota de fortuna que se necesita hasta en la vida misma”. Fortaleció la veta lúdica de la corriente histórica que integran al aclarar que “Mientras más rígido busques jugar una Wargame, respetando al detalle la historia, más injugable se vuelve”.
Y ahora es tiempo de convocar al público lector para que puedan establecer comunicación, conocer más sobre esta opción diferente para el esparcimiento, y animarse a darle rienda suelta a la imaginación tanto en la primera “fase”, que es la del hobbista que “construye” su propio ejército, y luego lanzarse a la aventura del Wargames en zona oeste.

Contacto: Pablo 15-5936-4916  // pablo_grisancich@hotmail.com