“En Brasil no hay un comando único para que se prevengan los contagios masivos… todo es anárquico”.

Entrevista a Cristian, argentino residente en el estado de Espíritu Santo

Cristian es argentino, hace más de veinte años reside en Vitoria, capital del estado brasileño de Espíritu Santo, del cual poco conocemos. Seguramente porque ese estado no es un destino turístico que los argentinos elijamos en forma masiva para vacacionar. Y además porque, en general, bastante poco conocemos de lo que pasa en los países hermanos de América Latina.

El núcleo familiar de Cristian está integrado por cinco personas, tres hijos y su esposa. Nos animamos a calificar, por sus propios dichos, que correspondería ubicarlos en el sector de clase media alta. Viven en una casa nueva, en una hermosa urbanización, llamada Mata da Praia, a cuatro cuadras del mar.  Barrio con seguridad privada, con características de semicerrado.

Cristian es Ingeníero, recibido en la Universidad de Morón. Realiza consultorías para grandes empresas que proyectan construcciones de emprendimientos inmobiliarios, obras públicas, etc. Últimamente muy en relación a mediaciones con los pobladores  de las zonas afectadas por esos proyectos empresariales.

¿Cómo es vivir esta Pandemia, encerrados en la casa, con tu familia,  que tiene una hija de 20 años y dos varones de 15?

 Afortunadamente tenemos una casa amplia, con parque, parrilla, piscina y dormitorios varios. Es complicado estar tanto tiempo adentro, pero la comparación inevitable, con los compañeros del colegio de los chicos, que viven en departamentos; nos demuestra que para nosotros es infinitamente más relajado. El inconveniente que tenemos en Brasil, es que no hay un comando único que emita órdenes de actitudes a desarrollar para que la sociedad adopte y se prevengan los contagios masivos. Todo es anárquico. El stress que esto genera en nuestra familia, reside en la incertidumbre. Continuamente estamos replanteándonos si estamos haciendo bien las cosas. Teniendo en cuenta que para nosotros hacer bien las cosas es hacer lo que la Organización Mundial de la Salud dice que es lo correcto. Desde el gobierno no hay una voz única, algunos dicen una cosa, otros dicen lo contrario. Recibimos un discurso totalmente incoherente. La sociedad no puede, por lo tanto, dar una respuesta de conjunto. Además nosotros, previamente tuvimos informaciones de amigos y parientes que residen en Francia, Portugal e Italia, que ya nos venían advirtiendo de la gravedad de la situación. Por ello es que decidimos adoptar el aislamiento domiciliar.

 ¿En Espíritu Santo gobierna un partido aliado a Bolsonaro?

 No. El gobernador Renato Casagrande, enfrenta a Bolsonaro y su partido no se alía con la derecha.

¿En ese estado (Espíritu Santo) hay cierta organización con respecto a la Pandemia? Porque la información que nos llega acá es que las medidas adoptadas y opiniones son muy divergentes entre los distintos estados y gobernadores, según la pertenencia política.

 Primero te respondo, que la organización política es distinta a la que  tienen Uds. en Argentina. El federalismo está mucho más desarrollado en Brasil. Desde su denominación. El nombre del país es REPUBLICA FEDERATIVA DE BRASIL. Es más parecido al sistema de gobierno de EEUU. Donde cada unidad federativa, cada estado, es independiente. El gobierno Federal representa la unión de las federaciones. Inclusive el sistema político es muy distinto al de Argentina, aquí es un sistema permanente de alianzas. Que es perverso, porque es de negociación y allí da para todo. Lo que también explica las reacciones violentas del presidente Bolsonaro, porque es una persona que no tiene capacidad de negociar, sino de imponer. El estado de Espíritu Santo, ha adoptado decisiones propias, como así también otros estados. Ha sido severo en difundir la importancia de mantener el aislamiento social. Pero no ha tenido mecanismos de control punitivos para aquellos que lo incumplen. Por ejemplo, la obligatoriedad de usar tapabocas o barbijos no existió. Nosotros salimos solamente dos veces desde marzo, para dar una vuelta en auto con los vidrios cerrados y el aire acondicionado con recirculación interna.  La primera fue en mayo. Más de la mitad de las personas que observamos, NO USABAN BARBIJOS. Sólo vimos un cambio de actitud cuando la curva empezó a dispararse. Ahora ya superamos las 110.000 muertes. Volvimos a salir hace unos días y ya casi todos lo usan. (Nota de la redacción: la entrevista se efectuó el sábado 18 de agosto, los datos corresponden a esa fecha) No hay conciencia de la peligrosidad del virus. Como tampoco hay conciencia política. Es alarmante, para nosotros, el aumento del apoyo a Bolsonaro, según Data Folha.  Hemos analizado el segmento en el cual creció ese apoyo y verificamos que se debe a los 600 reales que el gobierno les da a los más pobres. Ha comprado a los pobres por 100 dólares mensuales aproximadamente.

¿Cómo evalúas la situación laboral, teniendo en cuenta lo que sucede en tu familia y entre tus amigos y conocidos? ¿Y la situación de la violencia?

 Mi último trabajo lo realicé en Marzo, justo antes que llegara el Coronavirus, que ingresó por San Pablo, donde está uno de los dos aeropuertos que reciben los vuelos de Europa y EEUU. El otro gran aeropuerto internacional está en Rio de Janeiro. Igualmente ya desde el final del gobierno de Dilma tuve poco trabajo. Mi último gran trabajo fue en diciembre 2019, parecía que iba a repuntar pero la pandemia abortó toda posibilidad. Mis amigos y conocidos están todos sin trabajo. Muchos profesionales independientes la están pasando muy mal. De modo que los que conozco están liquidados. También, como ejemplo una de las empleadas del servicio doméstico que tuvimos, no me refiero a la última que también dejó de venir, sino a la anterior, con quien ya no teníamos una relación laboral, nos llamó y nos pidió dinero porque no tenían en su casa para comer. Le hicimos un depósito en su cuenta para ayudarla a ella y a su familia, con la promesa que cuando pase todo esto vendría a trabajar. Pero igualmente nosotros pensamos que eso no importa, si viene o no, lo hicimos por solidaridad con esas personas. Otro ejemplo, nosotros tenemos alquilada la casa donde residíamos antes, los inquilinos actuales, que tienen una empresa para organización de eventos, fiestas infantiles, cerraron su local, ubicado en una avenida de esta ciudad y guardaron todos sus elementos de trabajo en el fondo de la casa que nos alquilan. Así evitan pagar un alquiler muchísimo más costoso que el que nos pagan a nosotros.

Con respecto al otro punto. En mi barrio no he tenido conocimiento de problemas con la seguridad, porque hay vigiladores privados, creo. Por aquí no sucede nada. En general tampoco tengo conocimiento que haya habido un aumento de casos de violencia callejera, pero sí aumentó mucho la violencia contra las mujeres. La violencia intrafamiliar.

 ¿Hay entonces reuniones, eventos, cumpleaños?

 Seguramente mis inquilinos están trabajando para bolsonaristas, porque son negacionistas. Niegan la existencia del virus. Hoy sábado al mediodía, a menos de 100 metros de mi casa había un asado donde pude observar aproximadamente a 30 personas que se reunieron en un festejo familiar.

¿Por lo que me decís, ustedes no han salido para nada? ¿Cómo se proveen de los alimentos?

 Todo por internet, con aplicaciones nuevas que no conocíamos. Por whatsap compro frutas y verduras. El supermercado es por internet, hago una lista y programo el día de entrega y cuando llegan hacemos todo un operativo de desinfección con mi señora y los chicos, formamos una fuerza de trabajo para “ingresarlos” limpios de virus en la casa. Nosotros acostumbrábamos  ir a comprar. Pero tuvimos que adoptar esta nueva modalidad de aprovisionarnos utilizando las redes. Por otra parte el comerciante brasilero es muy creativo, flexible y emprendedor, se adapta. Enseguida resolvieron cómo seguir vendiendo en esta nueva situación. Desarrollaron su “expertise” para solucionar este problema de ventas. El supermercado donde compro implementó un mayor y mejor sistema de ventas por internet. Compraron más camionetas y las pusieron a trabajar en las entregas. Como consumidores hemos cambiado mucho.  Antes elegíamos los productos, ahora nos conformamos con que haya el producto que queremos comprar.  Ampliamos nuestra tolerancia y bajamos definitivamente las exigencias.

Roberto Coluccio
roberto@huellas-suburbanas.info