
26 Jun Elecciones y laburantes
En primer lugar, que haya tanto debate no sustituye una orgánica, ya que no hay lugar de síntesis programática, aunque si tiempo de escucha de quejas y demandas.
El ascenso artificial del Sr. Peluca (claro representante de los bonistas) y los silenciosos aplausos a Morales por desatar la milicada, tirapiedras sin uniforme y atrapar a mansalva “piqueteros”, indios y maestros rebeldes, demuestra el cansancio de una parte de la población sobre la defensa de los derechos en la vía pública. Es lenguaje para sus votantes.
Es el éxito de la asociación delito/protesta, largamente cultivada por los comentaristas que en cada movilización sólo ven caos de tránsito, en cada derecho algo que rompe la normalidad de la circulación de los negocios, en cada palabra contra la injusticia, un/a zurdo/a haciendo “quilombo”.
La inmensa mayoría de los medios del planeta van corriendo el fiel de la balanza a la derecha. Esto es: considerar natural la cada vez más grave desigualdad.
Por otro lado, están nuestras contradicciones internas: La falta de mesas de diálogo permanente y abierto entre las agrupaciones. Carencias de conducción arriba y abajo: tenemos a los más capaces cuadros en gestión y no hay en el peronismo experiencia de liderazgos colectivos. La vieja práctica de reunir las carpas y caballerías de distintos grupos territoriales para elecciones, disputándose espacios, y una vez ganada la elección, facturar el esfuerzo para volver cada uno a su carpa. Hay que asumir que la organización vence al tiempo. Y eso es desde la práctica y la reflexión compartidas.
Sólo los sindicatos han intentado un ámbito de unidad estable y en consulta permanente entre el frente sindical/CGT y la CTA T. Los demás, cada uno acumulando política para sí, apostando a distintos candidatxs. Las señales confusas de una no-conducción nacional nos llevaron a media docena de muy buenos cuadros políticos mostrándose como opciones, incluso a candidatos por un día, amagues en las redes y una lista final que actualizó de modo desordenado la mejor boleta que pudimos conseguir.
En los distritos, el desarrollo fue más ordenado y prolijo, dado el peso de los intendentes y sus redes políticas. No hablaré de Ituzaingó y Hurlingham, donde compañeros y compañeras alineados en distintas listas se proponen como recambio. Los que nos encontramos juntos en las movilizaciones por valores y demandas comunes, competiremos por el gobierno. Otra cosa será conducir los resultados.
¿Qué es mejor? ¿Mostrar opciones para ampliar la gama de preferencias, o concentrar en una lista única la potencia de una alianza para garantizar solidez en las elecciones generales? Dejo la pregunta abierta, porque la historia reciente muestra buenos resultados en diferentes contextos de ambas posturas.
Con NUESTRO gobierno, aunque les pese a tantx crítico posterior, logramos salvar la emergencia internacional de la pandemia y zafamos a duras penas pateando hacia adelante el imposible dilema de la deuda macrista, firmado dos días después del inicio de la Tercera Guerra Mundial.
La economía y el empleo crecieron. Los empresarios incumplieron una y otra vez sus promesas de estabilidad de precios, tirándose culpas unos a otros y todos juntos al gobierno, para seguir esquilmando salarios desde las góndolas. Sus ganancias fueron grandes y llegó la hora de arreglar esto. CRECIMOS. Bueno, ahora es tiempo de distribuir. Esa será la principal tarea de la fuerza gremial y de las organizaciones sociales en esta etapa.
Ya sabíamos qué era el segundo tiempo macrista. Morales demostró esa certeza, y quien no lo comprenda y deposite confianza en esto (empresario o trabajador/a) ya sabe que nos espera la batalla campal en la calle y que los muertos los pondremos nosotrxs. No habrá piedad, ni ley, ni derecho a resguardo.
Mas Unidad del movimiento obrero y social, más orgánica por la Patria y el Pueblo, escuchando y sintetizando lo diverso, son las tareas de la etapa. Para distribuir hará falta organizarnos y dar la discusión con los medios en contra y los jueces como reaseguro de lo injusto.
Unidad, solidaridad y organización popular. Nuestra bandera, que viene del fondo de la historia, son los principios que nos ordenarán para ganar esta y todas las disputas políticas.