ELECCIONES 2021: LOS UNOS Y LOS OTROS

Se ha puesto de moda en las redes sociales la consigna “los políticos son todos iguales”, lema que también es replicado por algunos espacios radiales en los que participan los oyentes.  Sobre todo se amplía su difusión a medida que se acercan estas elecciones de medio término. ¿Será una mera casualidad?

Para intentar de dilucidar, o simplemente para pensar, hagamos comparaciones por oposición entre sectores.

Mientras que este gobierno hace que el Estado cumpla con su rol, la oposición se dedica a denostarlo como si fuese el peor de los males. Y cuando gobierna lo desguaza. Mientras que el gobierno del Frente devolvió el status al Ministerio de Salud con lo que esa decisión implica, la oposición, cuando gobernó, lo había degradado a Secretaría.

En paralelo a que el gobierno que adquiría insumos y adaptaba o construía mejoras en la red hospitalaria para enfrentar a la pandemia de Covid19, la oposición, apuntalada por sus medios cómplices se oponía a todas las medidas sanitarias. Mientras como en resto del mundo se tomaban medidas de cierre para resistir al virus, la oposición llamaba a la desobediencia civil y a hablar de la cuarentena más larga del mundo. Mientras el gobierno de Fernández se abocaba a la difícil tarea global de conseguir y comprar vacunas, los opositores se oponían al plan de vacunación, se quejaban del origen de las vacunas y las llegaron a  tildar de veneno. Todos no son iguales.

Un sector, con aciertos y errores, con virtudes y defectos se ocupa de buscar soluciones para quienes integran esta sociedad, enfrentando a los sectores de poder.  El otro sector, además de representar al establishment y de defender sus privilegios, se encarga de hacer sus propios negocios. Al mismo tiempo deja de lado y menoscaba los intereses del pueblo. Por algo es que después explican, “si decía lo que iba a hacer antes de las elecciones, no me iba a votar nadie”.

Si se toma un pequeño ejemplo, veamos lo sucedido con el plan Qunita. Santiago Ares, se entera en una clase que el mayor índice de mortalidad infantil en zonas marginales de nuestro país, se debe a lo que se denomina «COLECHO”, y no por desnutrición como todos afirman.  Su sensibilidad lo llevó a investigar en el mundo entero como podía lograr bajar este índice. Con un grupo de diseñadores trabajaron denodadamente y poniendo dinero propio para realizar prototipos hasta llegar a “WAWA”, ese es el nombre que él había elegido para su sueño, que por temas de patentes, no se pudo usar. El joven era un militante que logró que el gobierno prestara atención a su trabajo, y en 2015 Cristina Fernández de Kirchner pusiera en marcha el Plan Qunita

Esta problemática se solucionaba en parte, dándole a cada madre de bajos recursos un kit para los primeros seis meses de vida de su bebé.  Pero gracias a un kit alternativo que presentó la diputada del PRO, Graciela Ocaña y al  fallecido juez Claudio Bonadío, se paralizó todo con una causa penal por sobreprecios. En este 2021, luego de seis años, una pericia oficial demolió las acusaciones sobre el Plan Qunita, exonerando a todos los acusados. Ahora bien, supongamos que ese plan hubiese estado mal, ¿la diputada Pro buscó reemplazarlo o mejorarlo, quizá?  No, jamás intentó hacerlo.  No se interesó en mejorar la calidad de vida de esos bebés.  Para ella son descartables, de otro modo se hubiera comprometido con ellos.  Así son.

El peronismo, núcleo del Frente de Todos,  no es una fuerza testimonial, sino que está perfectamente organizado para la lucha por el poder.  Aunque no por el  poder mismo, sino para marcar que donde hay necesidades deben de haber derechos, para que las propuestas populares sean conquistas. El advenimiento de estos tiempos modernos que estamos atravesando nos acercó la conquista de nuevos derechos: las políticas de género,  el resguardo de las minorías sexuales, así como también la defensa irrestricta de los derechos humanos.

Y es en este punto donde se produce una dicotomía que se debe analizar.  Hay sectores propios dentro  del peronismo que discrepan con estas posturas y hablan de una socialdemocratización del partido.  Es para pensar y examinar.  Los derechos de los trabajadores que proclamó Juan D. Perón no salieron de un “repollo”.  Muchos de ellos estuvieron previamente en el ideario de los partidos de izquierda: pero el peronismo los concretó. Y además sirvió para que muchos de aquellos sectores se sumasen al peronismo y fortalecieran su base.

Estos nuevos derechos, que son requerimientos de sectores del pueblo no deben ignorarse. Menos aún para fundamentar internismos.  No se debe hacer, porque la derecha está al acecho sobre este contexto. Y les sirven estas dicotomías, ya que surgen propuestas foráneas y una que otra ONG, que usando estos derechos nuevos crean una confrontación con los movimientos populares.  Hay que recapacitar y defender la unidad.

¿Y ahora qué?  En este período en que comienzan a notarse paulatinas mejoras en la situación sanitaria llegan las elecciones de medio término. El panorama que muchos preanuncian es de una nueva polarización.  La disputa se estaría dando entre  un partido que gobierna y hace política, con virtudes y defectos tal vez, como el Frente de Todos y un grupo que es fiel representante del establishment. “Juntos”, el grupo opositor se autodenomina como defensor de la República, mientras juega a la anti política como no lo hace ningún sector opositor en cualquier otra democracia.

Que se puede esperar de quienes estructuraron la economía para favorecer la “bicicleta financiera” y fuga de capitales, y lograron el mayor y más veloz endeudamiento de nuestra historia, de quienes han sido capaces de enviar armas en forma clandestina en apoyo de un golpe de estado en Bolivia, y utilizaron a la Agencia Federal de Inteligencia para espiar a propios y ajenos.  Son los mismos que se desentendieron de la educación y la salud públicas, y se opusieron a toda medida sanitaria, los que hicieron de las noticias falsas su bandera y tantas otras cosas más, apoyados siempre por sus medios adláteres.

¿Alguien puede suponer que van a cambiar? Un botón  de muestra surgió el último día del mes anterior.  Con firma de Patricia Bullrich, el PRO emitió un comunicado en el que llama a negociar la decisión unilateral del gobierno de Piñera. Reniegan hasta de los derechos de la República Argentina sobre nuestra Plataforma Marítima.

Al considerar las posibilidades políticas de construir un proyecto de país, más allá de simples deseos o simpatías vamos a encontrar dos fuerzas contrapuestas. Esta votación dirime la lucha entre la política y la anti política. Durante varios años se creía que la derecha solo buscaba demonizar a Cristina Fernández de Kirchner.  Pero lo que aflora a la superficie, es que en realidad ataca a cualquier figura que defienda al Pueblo.  Hay un partido que hace política y gobierna, y existe otro que representa al poder económico, juega a la anti política y siempre está al borde de poner en peligro a la democracia.

La sociedad navega en aguas turbulentas. Un amplio sector de la ciudadanía vive pendiente de la información que recibe en sus celulares, a través de las redes, con un amplio porcentaje de noticias falsas. Otra alternativa es enterarse de lo que sucede a través de los medios. Allí se encuentra con seudo periodistas, que en realidad son operadores políticos.  Estos, con sus discursos disparatados, consiguen que el electorado no pueda  hacer comparaciones, casi que ni siquiera logre pensar y decidir.

En el Frente de Todos se muestran explicando un proyecto. En el opositor Juntos su aporte es hacia la confusión y la mentira como mensaje. No pueden siquiera mencionar lo que han hecho cuando fueron gobierno hasta hace dos años. Y no lo pueden hacer, ya que no gobernaron en beneficio del Pueblo, sino de las corporaciones.  Ya había avisado el ex presidente, que “volvería a hacer lo mismo pero más rápido”. El camino a seguir será hacia una Patria Justa, Libre y Soberana o la derecha puede llevarnos a un callejón sin salida.

Juan Carlos Dennin
juancarlos@huellas-suburbanas.info