
06 Sep “El pueblo no se mueve sólo por un alimento efímero, sino que necesita una esperanza continua para poder luchar por ella”
Entrevista al filósofo Rafael Bautista Segales (La Paz, Bolivia)
Por Sergio Spartano y Daniel Chaves
Mantuvimos una muy enriquecedora conversación con el filósofo boliviano, Rafael Bautista Segales, a quien venimos siguiendo y publicando desde la primera edición de Huellas Suburbanas hasta la fecha. Desde La Paz, Rafael abordó con su habitual profundidad, un diagnóstico geopolítico de nuestro tiempo, las luchas culturales en pos de la recolonización total de nuestra región, las disputas por los recursos naturales, y los duros caminos para construir salidas populares genuinas rumbo a un horizonte signado por el concepto del Buen Vivir, en desmedro de un sistema (capitalista) que, tal como afirma nuestro entrevistado, ya no puede, y acaso tampoco desea, garantizar la vida del conjunto de nuestra humanidad.
Rafael, una significativa porción de la sociedad argentina ha votado, más allá de quien ha salido primero en las elecciones Primarias, que es Javier Milei, la segunda fuerza votada es Juntos por el Cambio, que desde otras aristas también representa a una derecha más o menos dura en la región. Hemos leído uno de tus más recientes ensayos, en el que puntualizás acerca del voto libertario a Milei, por lo cual te invitamos a que puedas darnos tu opinión, desde este eje en todo caso, disparador.
Mi interés no se centra en una cuestión particular, sino hilvanar los acontecimientos para mostrar su relevancia a nivel más macro. Acabo de enviarles el último trabajo que he hecho, que se titula “¿Del golpe del litio a la guerra del litio?”, que tiene que ver con lo que está pasando en el Perú, con implicancias en Bolivia, lo que significaría una geopolítica del litio en torno a que el BRICS ya tiene el 80% del petróleo mundial con las nuevas incorporaciones que está haciendo, y que supone una estrategia contentiva del dólar frente a esa realidad que se va a abrir desde el 2024. Y ahí está implicada la Argentina, porque el triángulo del litio lo componen Argentina, Chile y Bolivia… en un contexto de la presencia de 1400 militares norteamericanos en el Perú, el viaje del jefe del comando militar peruano a Washington para reunirse con el jefe del Comando Supremo de Asuntos Hemisféricos. Entonces están tejiendo una estrategia contentiva del dólar. Si nos fijamos bien, se está repitiendo la situación pre Primera y Segunda Guerra Mundial, donde los commodities, básicamente, y en este caso los recursos estratégicos energéticos son los que te deciden la vigencia, o no, del orden geopolítico, y que supone el control de esos recursos estratégicos, sobre todo energéticos, para ver quien domina el mercado mundial y sus cadenas de suministro. Lo que sí veo de manera preocupante es que, ante la posibilidad en Argentina de instalarse un gobierno de Milei y su agenda disparatada, que tiene que ver con las políticas de sobrevivencia que está encarando el mundo y sobre todo las potencias; si sólo se trata de sobrevivir, hay que sobrevivir a toda costa, incluso arriesgando su estabilidad nacional, como ya está sucediendo en Estados Unidos, y a costa de nuestra región. No olvidemos que, dentro de la Doctrina Monroe, los gringos nos ven como su reservorio de recursos para equilibrar poderes en la geopolítica, y también sostener y remediar, de algún modo, la decadencia del dólar.
¿De qué se valen, o valdrán, para sostener al dólar, en medio de esa decadencia que señalás?
Una moneda tiene que estar soportándose en algo. Si el dólar ya no se soporta en el grado de influencia que poseía, tiene que sostenerse en algo. Ese “algo”, desde los años 70, con Nixon, fue el petróleo. Y ahora, que ya no controla el petróleo, ¿Dónde va a sostener el dólar su vigencia? Ahí se abre el panorama, para nosotros preocupante, del litio, la supuesta energía del siglo XXI. Aquí no sería tanto una guerra de sustitución, pero sí de control de recursos energéticos que puedan hacerle frente a la ya no-tenencia del petróleo.
¿Y los BRICS cómo juegan e influyen, desde ese tablero, en nuestra realidad regional?
Creo que muchos analistas de la última reunión de los BRICS pecan de optimistas, cuando no se dan cuenta, por ejemplo, que en una partida de ajedrez no juega sólo un jugador; juegan dos por lo menos, y más si se trata del tablero geopolítico. Entonces, el Imperio no se va a quedar de brazos cruzados, Europa tampoco. A mi parecer, la agenda Milei, que se abre desde el fascismo repuesto sobre todo en las clases medias en nuestra región, abre la posibilidad de luchas intestinas que desestabilicen de tal forma nuestros países, que nos transformemos en áreas conflictivas como el Medio Oriente, y que en el peor de los casos acabemos como lo que pasó con Libia. Si es que nuestros gobiernos no tienen la suficiente perspicacia para leer lo que está sucediendo, van a dejar que esta desestabilización crezca, y genere focos de violencia sistemática, que hagan imposible una estabilidad económica y política. Ahí, como decimos, el dólar estaría en su Jauja, porque cualquier tipo de salida que pudieran tener nuestros países en torno al manejo soberano de nuestros recursos necesariamente lo deberían hacer fuera de la hegemonía del dólar. Si seguimos adentro de la hegemonía del dólar, seguimos atrapados dentro de sus circuitos financieros.
¿Y cómo podríamos generar otra forma de soberanía estratégica?
La única forma es alejarse definitivamente del dólar. Pero ahí tenemos en nuestros países, el rechazo y la resistencia sobre todo de los grupos de poder, las oligarquías nacionales, que quieren cooptar a las clases medias urbanas, y ahí se ha generado toda esta rusofobia y chinofobia, en las cuales las preocupaciones imperiales aparecen como preocupaciones nacionales, a causa de este matrimonio espurio que poseen las oligarquías nacionales con el dólar. El ingreso de Argentina al BRICS todavía no está asegurado, porque es una invitación que tiene que ratificarse en enero de 2024
Dos de los tres candidatos presidenciales con más expectativas de triunfo, ya han dicho que, en caso de ganar, rechazan la incorporación argentina al BRICS
Y no solamente eso, Milei también amenaza con separarse del Mercosur, y eso dislocaría la cadena de suministros regionales. Argentina es la segunda economía de Sudamérica. Si sucede un fenómeno implosivo de la economía, eso inevitablemente nos afecta a todos los países vecinos. Entonces, el panorama no es tan optimista como varios analistas señalan, sólo porque se han reunido los BRICS y han abierto sus puertas a más incorporaciones estratégicas. El Imperio no se va a quedar de brazos cruzados, y va a hacer todo lo necesario para retener el continente americano. Laura Richardson ya lo ha manifestado, para ellos, nosotros no existimos como humanidad, sino simplemente como suministro de recursos naturales para sostener su hegemonía.
Percibimos que nuestra dirigencia, específicamente hablando de Argentina, no está a la altura de la geopolítica en términos de qué es lo que se está disputando. En América Latina, a diferencia de Europa, los nacionalismos son emancipadores, populares. En Argentina, ese nacionalismo emancipador, actualmente diluido, es el peronismo. ¿Creés que habría que abrevar en el origen de estos movimientos? ¿No serían, por ejemplo la Constitución peronista de 1949, una fuente para empezar a reconstruir alguna posibilidad, frente a un embate que se viene muy difícil, y que no se si estamos en condiciones de revertirlo de inmediato?
Aquí una buena parte de la izquierda, sobre todo en Bolivia, nunca ha entendido. Ningún concepto se resume al contexto al cual ha nacido. Usted lo ha dicho: no es lo mismo el nacionalismo que ha emprendido procesos tan prometedores y significativos, como el peronismo en Argentina, o la doctrina bolivariana con Hugo Chávez en Venezuela. Incluso la doctrina martiana en Cuba, todos ellos fenómenos emancipadores. No es el mismo concepto que manejan los cientistas sociales en Europa, y lo mismo sucede con ese desprecio que siempre han tenido en Europa contra el factor pueblo, y por eso nos atacan de populistas a quienes reivindicamos la categoría de pueblo para entender los nuevos fenómenos sociales que han empezado, sobre todo, en el siglo XXI, y que tienen como componente último al proletariado. Tu pregunta da en el clavo. El concepto de Estado-Nación, que procede del tratado de Westfalia, en el siglo XVII, ha impuesto un modelo de Estado cuyo componente impulsor es un ciudadano de carácter abstracto, y que nuestras oligarquías la han recibido sin tener en cuenta que nuestros países no gozaban, ni gozaron, del tiempo suficiente para generar un proyecto que contengan a la pluralidad de naciones que componían nuestros estados. Se recibe el modelo blanco anglosajón y protestante, que ya ni siquiera se remitía a la tradición católica latina, y sobreviene el divorcio histórico entre el proyecto que abrazan las burguesías locales, o las oligarquías nacionales, y el pueblo en su conjunto. Que, en el caso del circuito andino, que tiene aún gran influencia aymara-quechua, nunca fueron integrados en ese proyecto. Y como nunca fueron integrados, el Estado apareció como Estado aparente, sin contenido nacional. Y por eso fueron presa fácil del rapto Imperial, al carecer de proyecto propio de nación. En los casos de Brasil, y puntualmente de Argentina, que tuvieron inmigraciones de los pobres que estaba produciendo Europa y sus contradicciones internas, son el bloque social de los oprimidos, tomando el concepto de Gramsci, que hubiesen constituido un proyecto social revolucionario, pero chocaban con la inclinación demasiado pro-británica que tenía la oligarquía argentina en aquel momento. Lo que actualmente llamo la esfera anglosajona medular, que lo constituyen el poder británico y el imperio norteamericano. Podemos ver cómo el poder concentrado del imperio actual se concentra en la City de Londres y en Wall Street de Nueva York. Y están por encima de las decisiones nacionales de ambos países. Ahí vemos cómo nuestros países necesitan sostener un proyecto político propio de modo paralelo a la construcción del proyecto de nación. Aquí en Bolivia lo hemos llamado Estado Plurinacional. Y acá vale una acotación: El proyecto del Estado Plurinacional advierte que cualquier tipo de proyecto nacional, que siempre es singular, necesita la concurrencia plural de todos los actores involucrados. El pueblo es un bloque plural y diverso, es el que tiene que ser actor de un proyecto válido para todos. Pero no por la imposición de algunos, sino por la participación democrática de todos los involucrados y afectados en ese proyecto.
¿Por qué creés que eso no se ha logrado en la mayor parte de América Latina?
Porque nunca nos han dejado tener continuidad política. No hemos tenido esa oportunidad, porque después de los golpes de “Seguridad Nacional”, del Plan Cóndor, etcétera, nos han sometido a una institucionalidad democrática que hacen que nuestros gobiernos duren lo que dura un soplo en el viento: en 4 o 5 años no se puede constituir un país, después que han desfalcado y destruido nuestros países. Cada gobierno ingresa a llenarse los bolsillos, porque saben que tienen poco tiempo de duración. Entonces, cualquier tipo de proyecto se agota simplemente en la permanencia, obligada, que poseería alguna buena intención de algún gobernante para remediar en algo el desastre que han hecho en nuestros Estados. Pero lograr y constituir un proyecto de país, requiere primero la extensión en el tiempo, y supone que se produzca un proceso constituyente, porque aquí han destrozado nuestras constituciones y de modo legal. Nos han encerrado en nuestras constituciones, como camisas de fuerza, para que no se cambie nada. Dentro del gobierno, es el propio aparato burocrático el que no te deja hacer nada, porque las reglas de procedimentalidad en nuestros países son profundamente liberales. Y entiéndase liberal, digo señoriales-moderno-coloniales. Donde está ausente el pueblo, está ausente la nación, y lo único que hay es una jurisdicción abstracta que no se corresponde, ni siquiera, con una idiosincrasia nacional. Así las cosas, ingresan gobiernos con muy buenas intenciones pero no pueden modificar la legalidad vigente, que sólo está ahí puesta para garantizar el orden establecido. Ustedes lo viven en Argentina con el Lawfare: No puede hacer nada un gobierno porque tiene a todo el poder judicial en su contra. Tiene al poder mediático en contra, y tiene la amenaza siempre latente de los militares, que fueron educados bajo la Doctrina de Seguridad Nacional. La derecha nunca ha renunciado a la opción por la violencia, cosa a la cual las izquierdas sí han renunciado. Ellos siempre optan por la violencia cuando saben que las reglas del juego no le funcionan. Pero a la izquierda le han prohibido, terminantemente, siquiera emitir un discurso disuasivo, para que obedezcan de modo hasta puritano, a las reglas impuestas por el juego democrático “Made in USA”. Esa escenografía no te permite hacer ningún tipo de cambios. Y la buro-tecnocracia está preparada para que se hagan tan bien las cosas de modo tal que no puedas cambiar nada.
Vaya cuello de botella en el que estamos…
Todo eso obliga a revisar todos nuestros conceptos que se hacen praxis política, y que si no se tiene la mirada geopolítica, lo que yo llamo el Pensar Estratégico, no hay posibilidades de cambio si es que no tienes, al menos, una detallada configuración del campo político, y cómo hacer posible que se construya lo básico en todo proyecto de vida, que es la construcción de Poder Popular. Si no hay pueblo como contenido de las decisiones políticas, por más que sea legítimo, los gobernantes siempre van a estar golpeando las puertas a los poderes fácticos, porque de otro modo no van a tener legitimidad, cuando en verdad tienes a tu pueblo para dotarles de la legitimidad verdadera, pero desconfían de él. Porque nuestra izquierda cree ser la tocada por el dedo de Dios entre cuatro paredes, se arman todo un bosquejo político y creen que esa es la solución, y buscan imponerla en una realidad que, además, es moviente, constantemente en movimiento. Entonces, hay muchas de estas precisiones que faltan hacerse para que despierte la clase política. Estamos enfrentando una reconfiguración del tablero político global, y quienes no ingresen de modo soberano al mismo, van a quedar otra vez relegados a ser espectadores de decisiones tomadas por otros, a costa nuestra. No podemos ser ingenuos, ninguna potencia va a velar por nuestros intereses, en un marco de conflagración por ver quién retiene mayores recursos naturales, y esto requiere avanzar sobre áreas de influencia. Esto es lo que está en disputa, y podemos ver todo lo dramático de lo que puede suceder.
Un poco en función de lo que venís explicando, y otro poco recuperando algunos conceptos que hemos leído en varios de tus ensayos, explicitás al sistema capitalista como antítesis de la supervivencia humana. Estando nuestros pueblos, de algún modo, bailando dentro del reglamento de dicho sistema, ¿Desde dónde te parece que podríamos entroncar a nuestros pueblos rumbo a la concreción del concepto del Buen Vivir?
El Buen Vivir ha entrado en moda porque ha tocado algo central, sustantivo, como lo es el criterio de la vida. Y precisamente eso es lo que está puesto en duda ahora, porque ya no está asegurada la vida de la humanidad. Con la agenda 2030, ya está en evidencia que el 1% de los millonarios del mundo buscan deshacerse de 2/3 partes de la población mundial porque, con el paradigma post industrial y la Inteligencia Artificial, buscan suplir a toda la clase media mundial, que es la parte burocrática de la clasificación social del capital: mantener a tanta gente ya no le resulta beneficioso al capital. Ahí entra en juego lo de la pandemia y los rumores de nuevos confinamientos… porque si se trata de sobrevivir, los recursos se están agotando, no tanto porque ya no haya, sino por el grado asintótico que posee el tipo de consumismo al cual se ha acostumbrado, sobre todo, el llamado Primer Mundo. En dicho marco, la vida sólo sería posible para un reducido número de gente que posean el dominio y el control de los recursos como para sostener una forma de vida a la cual se han acostumbrado: El despilfarro, a la cual llaman bienestar. Frente a eso, el Vivir Bien se muestra como un concepto que despierta muchas simpatías. ¿Cómo sería posible un mundo en el que quepan todos? Donde radica una fe que haga posible que tengan sentido los movimientos populares y su lucha revolucionaria. La fe en que la vida es posible para todos. Ahora, es curioso, porque la izquierda, como es bien secular y atea, no cree en estas cosas y simplemente cree que la cosa es darle pan al pueblo. Pero el pueblo no vive sólo por pan. El pueblo no se mueve sólo por un alimento efímero, sino que necesita una esperanza continua para poder luchar por ella. Si le quitas esa fe básica al pueblo, de que la vida es posible para todos y es posible construirla entre todos, le quitas la posibilidad de ser sujeto de la política, y lo sometes a ser obediente de las leyes dictadas por otros. En ese sentido, nuestras culturas han construido formas de vida que ahora parecen más racionales y verdaderas que la forma de vida que se promovió desde Europa con el auge del capitalismo y el mundo moderno, y que ahora está en serio desplome. El método crítico impone ponernos desde el punto de vista del más pobre entre los pobres, y desde ahí hacer un diagnóstico del funcionamiento del sistema-mundo. Sólo desde ahí es posible tener una perspectiva de tal magnitud que te permita encontrar el foco, el meollo y el misterio de la dominación que sufrimos. Desde ahí podemos, como dice Marx, no quedarnos en la mera interpretación del hecho, en la contemplación teórica del asunto, sino que te obliga hasta por precepto moral a transformar eso, porque no es una injusticia por orden divino, sino que son el producto histórico de luchas por el poder, lo cual humanamente aún es posible remediar.