
21 Abr “El peronismo debe construir una respuesta a una sociedad post industrial que ya no es la sociedad de los años 40, 50, 60 ni 70”
Reportaje a Santiago Muñiz, presidente del PJ Morón
Realizada por Roberto Coluccio y Daniel Chaves
Al politólogo Santiago Muñiz ya lo entrevistamos en otra oportunidad, y en varias ocasiones escribió importantes notas de opinión para Huellas Suburbanas. Con sus jóvenes 36 años, ostenta en su currículum político 2 mandatos de concejal en Morón (FPV-PJ), haber estado al frente del IOMA en el mencionado distrito, y un rico conocimiento y vinculación con la militancia, naturalmente la dirigencia político partidaria pero además, y este es un valor cualitativo nada desdeñable, una formación intelectual que trasciende las fronteras de la actividad política. En su actual rol de Presidente del Partido Justicialista de Morón, cargo que desempeña desde diciembre último pasado, nos encontramos para conversar con Santiago en el corazón de Castelar, sobre diversos ejes que compartimos a continuación.
El Partido y sus desafíos
Santiago, ¿Cómo está la situación partidaria a partir de la intervención judicial que se le asestó al PJ en el orden nacional? Y en todo caso, ¿En qué los puede afectar en la construcción local?
A nivel local la situación del Partido no corre ningún riesgo, salvo que esta intervención avance e intervengan al Partido en la provincia de Buenos Aires.
¿Es posible eso?
Todo es viable en este estado de situación. Hoy no hay indicios ni presunción de eso. En cuanto al impacto en términos políticos, la medida tomada es una acción política y se trata de entorpecer la política de alianzas del PJ a nivel nacional para las elecciones de 2019, tratando de fragmentar lo más que se pueda al peronismo y a la oposición, porque creo que Cambiemos sabe que un ballotage, con tanto malestar, les puede resultar complicado. Así que necesitan aglutinar un voto duro para poder ganar en primera vuelta, y para eso necesitan a una oposición bien fragmentada.
Con respecto a la actualidad distrital, ¿Qué tareas vienen llevando adelante a nivel partido, tras los primeros meses de la nueva gestión que encabezás?
Estamos haciendo un trabajo de reconstrucción que implica volver a recuperar el diálogo con sectores del peronismo con quienes no se venía transitando un camino en conjunto. Y también construir el afuera, considerando que el campo nacional y popular y el peronismo se basó en una construcción muy endogámica: nos dedicamos a hacer política entre nosotros sin escuchar a los vecinos, así que estamos un poco en esa tarea.
Están caminando los barrios…
Sí, y además escuchando demandas, generando propuestas para resolverlas, lanzando mesas barriales de trabajo. Me parece que para volver a recuperar la posibilidad de tener un modelo de desarrollo nacional, que le convenga a los trabajadores como tuvimos durante los gobiernos de Néstor (Kirchner) y Cristina (Fernández), lo único que necesitamos es ganar las elecciones, retomar el control del Estado y desde ahí construir ese escenario con esa estrategia política.
¿Eso implicaría ensanchar los límites de alianzas? ¿Cómo marcha la convivencia entre el peronismo y el ala más de centroizquierda o progresista que se enrola en el kirchnerismo?
Las alianzas son un elemento táctico de la lucha política. Hoy estamos en esa etapa. La dirigencia, y los actores que construyen política, deben primero entender el por qué del fenómeno Cambiemos: No son un accidente histórico ni un golpe de suerte, es un proceso político producto de transformaciones sociales nacionales, regionales y mundiales. Desde ahí poder interpelar a la sociedad, volver a proponer un método de organización social que sea superador de esto. Las alianzas nos permiten enfrentar una contienda electoral de la mejor manera posible. En este contexto, las PASO son un proceso para generar unidad. Con tan pocas certezas políticas, pensar que hay que ir detrás de un candidato o candidata, y esto lo digo referido al plano local, pensando que tiene la justa para llevar adelante un proceso electoral, me parece que sería una equivocación.
¿Estás abocado a unir el peronismo en Morón?
Uno de los objetivos es unir al peronismo en base a tres pasos: Construir una agenda de trabajo en base a los problemas puntuales que tiene el pueblo. Luego conformar una estrategia política para llevar adelante las elecciones, y el último paso es elegir los candidatos. Los mejores hombres y mujeres que nos puedan representar para llevar adelante esa contienda. Estamos en plena tarea de desarrollar un debate interno entre dirigentes y militantes para salir a la calle y construir agenda. Pero también es muy cierto que hay que poner más el oído entre los vecinos que hacer política entre nosotros.
Perspectivas desde la geopolítica
Vivimos un reacomodamiento tanto regional como quizás a escala mundial, de las fuerzas conservadoras. ¿Qué tanta capacidad de reconstrucción a nivel nacional se puede tener en el corto plazo, de persistir esta fortaleza conservadora en la región?
Tu pregunta encierra un pesimismo galopante, diría yo (risas). La caracterización de la región es claramente un repliegue de las fuerzas populares. Estados Unidos dejó de tener su centro de atención y su estrategia imperial en Medio Oriente, y volvió a reconstruir una estrategia para armar un enclave colonial en América Latina. Por otra parte, los gobiernos populares de la región tuvieron un avance importante gracias a una estrategia macroeconómica vinculada al auge económico de India, China, el crecimiento de Eurasia… pero ese proceso se detuvo. Se detuvo la expansión de las commodities y eso frenó el proceso de revolución industrial que estaban haciendo los países. Argentina volvió a caer en un problema que históricamente tuvieron los gobiernos populares, que es la restricción cambiaria. Lo que se está desplegando en la región podríamos llamarlo un neo autoritarismo post material. Son avances autoritarios basados en complicidades de golpes palaciegos institucionales, en alianza con medios de comunicación, el poder judicial y muchas veces buena parte del poder legislativo. Veamos los casos de Lugo en Paraguay, de Dilma y de la proscripción que está sufriendo Lula en Brasil, la persecución que padecen muchos dirigentes opositores en nuestro país. En el corto plazo te diría que estamos en una etapa de repliegue, pero el mundo está en plena crisis, incluso civilizatoria, y no sabemos cuál va a ser el derrotero de todo eso.
La teoría del Lawfare ya no es mera ciencia ficción entonces…
Es un poder, el Judicial, que no se somete a la voluntad popular ya desde la organización republicana del Estado, que lo sitúa como “garante” de ese funcionamiento. Pero el poder judicial es un poder político que opera e interviene en la judicialización de la política, y responde al poder de turno. No obstante ello, aclaremos que la causalidad de las derrotas electorales del campo nacional y popular no tienen que ver con esa cuestión. Estamos en una etapa de resistencia, donde se avasallan derechos del pueblo, ese mismo pueblo que muchas veces acompañó al peronismo y recientemente no lo ha hecho.
Y entonces, ¿Por qué se perdió?
Se perdió estratégicamente por propios errores en las disputas electorales…
¿Cómo se recupera ese voto perdido? ¿Cómo se recupera esa confianza, acaso extraviada?
No podemos creer que el peronismo vuelve al poder por inercia, creer que inevitablemente va a haber un 2001 y que vamos a ser el partido del orden en términos de garantizar gobernabilidad, progreso y distribución de la riqueza. El modelo económico del Pro está sentado en pilares macroeconómicos muy contradictorios y débiles, y su sustentabilidad estará dada en la posibilidad de acceder al crédito internacional. Los vaivenes de la coyuntura mundial determinan esa posibilidad de desarrollo o no. Hoy estamos a las puertas de una Tercera Guerra Mundial, tanto armamentística como comercial y geopolítica, entre un bloque que integran China y Rusia en pos de la reconstrucción de Eurasia, Alemania que tracciona a la comunidad europea, y Estados Unidos, Inglaterra y Francia que quieren recuperar la alianza de la OTAN. El mundo está partido en tres, se abandonó la unipolaridad post caída del Muro de Berlín. Nosotros, entonces, no podemos descansar en el fracaso económico del macrismo, tenemos que construir una opción política que entienda las necesidades del pueblo y sus discursos y debates, y una nueva forma de abordar esos debates. No hemos podido cambiar la matriz productiva de este país, no hemos logrado construir un Estado con la prestación de bienes y servicios de calidad como uno quiere, hay que poner el acento en esos aspectos también.
Recambio generacional y conducción política
Se te ve muy rodeado de jóvenes de ambos sexos en las actividades que desarrolla el partido en Morón. ¿Qué rol le asignás a los jóvenes y a las compañeras militantes para el futuro partidario?
Creo que la necesidad del trasvasamiento generacional es algo irremediable, sin embargo tenemos el acompañamiento de varios compañeros de experiencia militante, la juventud per sé no genera una bondad política… pero es estratégico incluir y abrir la participación a sectores que años atrás no estaban tan considerados. Nuestro espacio político está conformado de esa forma. Tenemos compañeras mujeres con mucho protagonismo y que ganan a fuerza de trabajo y voluntad el espacio que tienen y se merecen; el espacio de la juventud ya no es entendida como la JP sino que somos una nueva generación política en un rol de conducción política, una generación política que toma el rol de conducir los destinos del Partido. El peronismo debe construir una respuesta a una sociedad post industrial que ya no es la sociedad de los años 40, 50, 60 ni 70. Tenemos el desafío de que el peronismo deje de ser una receta a un mundo que no existe más.