“El imperativo categórico es Ángel Cadelli y Marcelo Pérez presidente y vice del Astillero Río Santiago”

Por: El pibe de los astilleros

Como diría el viejo Kant, sería el acto que se lleva a cabo por el solo hecho que se considera que debe ser llevado a cabo. Sería una forma del deber, sin más. Podríamos debatir sobre el tema, pero una vez me lo simplificaron de manera categórica: “lo que está bien para mí, tiene que ser bueno para todos”.

Ahora bien; dejemos de lado un toque la filosofía y metámonos en el tema. Primero, un poco de historia. ¿Qué es el Astillero Río Santiago (ARS)? Es la empresa naval más grande de Latinoamérica. Sí, todavía lo es por dos motivos: uno, porque resistió sistemáticamente el desguace de la dictadura genocida, a las privatizaciones de los 90, de la mano de la  lucha  de sus trabajadores, ( a la privatización) y el acompañamiento del pueblo de Ensenada; durante estos cuatro años oscuros que lo han llevado a un vaciamiento agobiante. El segundo motivo, es porque el imperialismo se reserva para sí la fabricación de barcos en sus astilleros.

El ARS es una fábrica madre, de ahí que no solo se han hecho barcos en el astillero, sino también material rodante de ferrocarril, hasta locomotoras, corbetas misilísticas, lo último de generación de buques petroleros (estos para Venezuela, que estando uno casi a su 98% no se termina “a propósito”, y el segundo va en una lenta fabricación).

El ARS depende de la administración provincial. Queda en esa égida a partir de la resistencia a la privatización y en un acuerdo entre el gorila musulmán y el cabeza de Banfield.

Ya que estamos un poco en contexto, al ganar Axel Kiciloff y Verónica Magario la provincia, es decisión de ellos quiénes presidirán los destinos del astillero. Y de esto se trata.

Se sabe que el contexto es de los más complicado, acompañado de deuda y déficit. Pero Ángel Cadelli y Marcelo Pérez tienen algo que pocos tienen: son trabajadores del ARS y comprometidos con sus luchas y sus proyectos, para sacarlo adelante con un gran plan de trabajo que permitiría la rápida puesta en marcha del astillero y la industria naval argentina. Y también a la extensa lista de Pymes y proveedores que éste demanda, que, en algunos casos, de la mano del ARS, se deberán volver a desarrollar.

Por eso, la Diputada Magdalena Sierra, con el apoyo de los Diputados Hugo Yasky, Carlos Castagneto, Adrián Grana y Walter Correa entre otros, dieron estado parlamentario a dos leyes creadas por los trabajadores del ARS que resuelven el financiamiento: Fodinn (Fondo de Desarrollo de la Industria Naval Nacional 3951-D-18) y el mercado interno de fletes (Transporte por agua con reserva de carga 3952-D-18). Las dos fueron desreguladas durante el período del gorila musulmán.

¿Cómo sería esto? Con el Fodinn se hace caja. El costo del flete es de aproximadamente 7000 millones de U$S, con 0% participación nacional. Esta ley establece un impuesto del 2% al flete (U$S 140 millones al año), solo para destinarlo a la industria naval, el 60% en crédito y el 40% en subsidios solo a navieras argentinas, que construyan buques en el país.

Con esto se podría volver a desarrollar todos los astilleros desaparecidos en la década del 90: Astarsa, Alianza, Sanym, Astillero Corrientes, etc.

Con la ley de reserva de cargas, se establece un mercado cautivo del 50% de todo lo que Argentina exporta e importa. La única condición para ingresar a este mercado es ser un armador argentino; con lo cual debe construir sus buques en argentina, dando trabajo a argentinos. Aproximadamente 1500 trabajadores por dos años, por buque, con tripulación argentina, oficinas y cuentas bancarias en argentina, en contra de empresas que se quedan con la facturación del flete, que fabrican sus buques en el extranjero, navegan con tripulaciones extranjeras, y sus cuentas y casas matrices están en paraísos fiscales.

Con este panorama, el modelo es el Estado Empresario. Con estas leyes podemos salvar a una industria madre como el ARS, apropiarse del mercado interno abriendo el juego al conjunto de pymes satelitales nacionalizando insumos y compartirlas con astilleros privados si se desarrollan. Así lo hicieron Somisa, YPF, Altos Hornos Zapla, Aerolíneas, Entel, Atucha, y otras, desarrollando industria, pero también pueblos, caminos, llegando donde nadie llegaba, creando soberanía.

Para todo esto se necesita tomar la decisión de fabricar los buques y la pregunta es: cuántos, qué tipo. Esto lo refleja un trabajo realizado sobre el comercio exterior argentino, entregado a la ex presidenta Cristina Fernández, por el FORO NAVAL ARGENTINO, en el 2012, y ya que no hay otro trabajo similar que exprese una aproximación cierta de lo que se necesita, vamos a tomar este dato. Posiblemente haya una caterva de chantas que pongan en duda ese trabajo, pero es un trabajo serio hecho sobre datos oficiales, contra el chamuyo barato de tilingos pagos por las multinacionales del sector.

Se necesitan aproximadamente 115 graneleros, 40 petroleros,15 portacontenedores, alrededor de 800 pesqueros de distintos tamaños. Esto tendría una vida durable de 35 años. Terminado ese ciclo, se desguazan y se empiezan a construir nuevos. Construyendo 5 buques de gran porte por año, el ARS estaría a pleno 35 años y así también las pymes proveedoras.

Queda claro que pocas personas podrían estar en contra de esto, pero las hay y están al servicio de las multinacionales del sector.

Esto da trabajo genuino de alta calidad y tecnología, desarrolla un sinfín de pymes en todo el país y por este motivo hay plan y compañeros probados en su honestidad y patriotismo para llevarlo adelante. Esos compañeros son Ángel Cadelli y Marcelo Pérez. La esperanza son Axel y Verónica.

Colaboradores diversos Huellas Suburbanas
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