El fracaso de la Seguridad bonaerense

Por Lic. Fernando Maroder
Ex funcionario de PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria)
En estos días volvieron al conurbano las fuerzas federales para reforzar la seguridad de los bonaerenses. La presión por otra seguidilla de casos resonantes de inseguridad y la réplica de los intendentes se hizo sentir y activó los resortes políticos en La Plata. 
Gendarmes, prefectos, policías federales y aeroportuarios desembarcaron ya en los primeros distritos. Acudir nuevamente a este auxilio es señal de la deteriorada situación en que está sumida la seguridad provincial, su política y principal instrumento, la policía.
El despliegue, que tiene como antecedente el Operativo Centinela, evidencia así las graves falencias que tiene la PPBA como consecuencia del desgobierno político, corrupción estructural, participación o regulación del delito, escasa profesionalización, etc.
Simultáneamente, desde hace años más policías y mejor equipados podría resumirse, ha sido la principal política de seguridad provincial como respuesta al problema.
En esa línea, la creación de la Policía Local por decreto en 2014 desaprovechó la oportunidad de generar una nueva institucionalidad policial, con criterios de organización y parámetros de funcionamiento diferentes contenidos en el proyecto original. Una vez más, la concesión de la política hacia la policía dejó como resultado este engendro, que de local tiene poco, pues se trata de un cuerpo de la policía de la Provincia de Buenos Aires, las Unidades de Prevención Local, donde los municipios tienen limitadas capacidades reales de control.
Desde hace años los municipios vienen asumiendo responsabilidades de gestión en seguridad que se expresa en los presupuestos y estructuras gubernamentales. Como jefes comunales son la cara del estado más próxima a los vecinos, y por eso donde las demandas impactan de una manera más directa. Esa responsabilidad requiere también poder conducir estas policías.

Un grupo de intendentes y legisladores peronistas viene reclamando la autoridad sobre estas policías con un nuevo proyecto de ley. Quizá sea una oportunidad para dar el debate y retomar los aspectos sustanciales dejados de lado la vez anterior, a fin de construir instituciones de seguridad más eficientes y democráticas, como parte de la respuesta a un problema complejo y urgente, que involucra muchos más actores. La otra, se sabe, es trabajar por la igualdad e inclusión social de las personas.