EL ADN DE LA DERECHA INCLUYE EL ¡VIVA LA MUERTE!

El 12 de octubre de 1936, la horda fascista reunida en el paraninfo de La Universidad de Salamanca, en celebración por el Día de la Raza, festejaba el inicio de una guerra que duraría tres  años.  Al acercarse Miguel de Unamuno, rector de esa universidad,  el general Millán Astray le espetó  “¡Muera la inteligencia!  ¡Viva la muerte!”. Y aquella arenga, parece haber quedado grabada a fuego  entre las clases dominantes de Argentina.

Desde Luján, Don Félix, no estaba acostumbrado a viajar a la Capital Federal, pero ese jueves tenía que ir a encontrarse con un viejo amigo.  Mientras cruzaba Plaza de Mayo, un coro de truenos comenzó a ser audible. Miró primero su reloj que marcaba las 12.40 y luego elevó su vista al cielo. Una bandada de pájaros de acero comenzaba a descargar sus bombas. Era el 16 de junio de 1955. Daba comienzo un plan de desnacionalización formulado por el establishment y el mediopelo argentinos. Don Félix sobrevivió para poder narrar los hechos. Ese día no solo se perdieron vidas, también se perdió dignidad ciudadana.  Quedó en claro que la derecha, para defender sus intereses, puede usufructuar con las muertes o te puede matar.

Dos décadas y algunas dictaduras después, 24 de marzo de 1976 un golpe de Estado ejecutado por las Fuerzas Armadas y sectores civiles, principalmente del empresariado y la Iglesia Católica instaura el Proceso de Reorganización Nacional. Se conforma un Estado burocrático-autoritario caracterizado por establecer un «plan sistemático y genocida» de terrorismo de Estado. De  la mano de Alfredo Martínez de Hoz, se desarrolló un plan de destrucción de la economía nacional.  Otra vez las clases dominantes esparcieron muerte, asociada a la pérdida de derechos ciudadanos.

Al saltear 21 años de la incipiente democracia, llegamos al 30 de diciembre de 2004. Como consecuencia de un incendio generado por elementos de pirotecnia arrojados  en el boliche República Cromañón, fallecieron 194 personas. La  Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires acusó al entonces Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra de mal desempeño y le iniciaba  un juicio político.

El cincuenta por ciento de la población de C.A.B.A. se oponía a la destitución por considerar que los legisladores de  la Sala Juzgadora actuaban con intencionalidad política.​ Se sucedían marchas callejeras en apoyo a Ibarra. El 7 de marzo de 2006, fue destituido y lo sucedía Jorge Telerman. En las elecciones subsiguientes triunfaría el sector promotor del juicio político. Aparecía el PRO, y Mauricio Macri asumía la Jefatura de Gobierno el 10 de diciembre de 2007. La especulación y la apuesta por las muertes habían jugado fuertemente en la política.

Más acerca ya de nuestros días, el domingo 18 de enero de 2015, el fiscal Alberto Nisman fue encontrado muerto con un disparo en la cabeza, en su departamento del complejo Torres Le Parc. Un mes después, el 18 de febrero, se desarrollaba la “Marcha del Silencio 18F” convocada por algunos colegas del fiscal.  Entre los políticos presentes fueron mayoría los del PRO.  En marzo de ese año se unieron el PRO, Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica, conformando lo que se dio en llamar el frente Cambiemos.

Durante los meses siguientes esos  opositores al gobierno, apoyados por los multimedios y un sector del poder judicial, montaron una amplia operación política. Acusaron a la Presidenta Cristina Fernández del asesinato del fiscal, accionar que dio sus frutos en las elecciones nacionales de ese año. En el balotaje, y con el 51,4% de los votos, Mauricio Macri es electo presidente. La acumulación de poder cimentada en la muerte volvía a relucir.

Este recorrido temporal, se va acercando al complicado presente en que vivimos.  Hacia  comienzos de marzo de 2020 dio inicio del episodio más triste que le haya tocado vivir a nuestro pueblo. La pandemia de COVID19 comenzaba a esparcirse entre nosotros. Por aquel entonces los medios y los partidos políticos hablaban de que saldríamos todos juntos.  Pero ese concepto de unidad iba a durar muy poco: rápidamente aparecieron los que buscan sacar ventajas de toda situación.

Por caso, al día siguiente de dictarse la cuarentena, en aquel marzo, Macri llamó al presidente para recomendarle “que no se haga cuarentena, que se deje salir a la gente a la calle y que mueran los que tengan que morir”.  La desmentida por parte de Macri se contradijo con los mensajes encontrados en el celular de su secretario privado, Darío Nieto en la investigación por la causa de espionaje ilegal.

El Estado cumplió con lo que tenía que hacer. El gobierno instaló camas suficientes, construyó hospitales, compró respiradores, y finalmente, adquirió vacunas.  Pero el grave problema en Argentina es la alta circulación del virus, lo que provoca que sigan subiendo los contagios y las muertes.  A diferencia de otros países, en Argentina, los medios y la oposición al gobierno se encargaron de oponerse a toda medida sanitaria implementada.

Juntos por el Cambio se dedicó permanentemente a promover la rebeldía y resistir toda restricción adoptada para enfrentar al COVID19.  Durante  2020 convocaron a siete marchas: por Vicentín, contra la llegada los médicos cubanos, contra las clases virtuales, etc. Su fin era, en realidad, que la gente saliese a las calles. Cualquier coincidencia con el aumento de contagios no es una simple casualidad.  Y la convocatoria a estas marchas era fogoneada permanentemente por “TN, A24 y La Nación +”.

Hace dos meses, Patricia Bullrich presidenta del PRO, propuso en una reunión, “que había que llegar rápidamente a los 100.000 muertos para poder culpar de genocidio a Alberto Fernández”.

Nunca se va a poder establecer cuántos muertos causó la estrategia política del macrismo.  Pero una aproximación se logra al analizar lo ocurrido en Formosa.  Desde el comienzo de la pandemia, hasta marzo de este año, el COVID19 había provocado tan sólo un muerto gracias a las medidas sanitarias adoptadas por el gobierno provincial.

Pero TN promovió una campaña y trastocó todo. Bullrich, Waldo Wolff y Luis Naidenoff, viajaron a Formosa y allí junto a jóvenes radicales cordobeses organizaron marchas, aprovechando el malestar de comerciantes por un nuevo cierre sanitario. Durante un año hubo un solo muerto; dos meses después de las marchas, había 500 fallecidos. El ejemplo clarifica las posibilidades de la provocación de contagios.

Durante este 2021,los comunicadores televisivos, se dedicaron a desprestigiar las vacunas y el sistema de vacunación. Gracias a esos comentarios sembraron dudas, mayormente en población de tercera edad sobre la conveniencia de vacunarse.

En mayo, el diario británico “The Guardian” publica una nota sobre Argentina, sintetizando, “Y la situación se ha visto agravada por la politización de la pandemia, con la proximidad de las elecciones legislativas y los aspirantes a la presidencia para las elecciones generales de 2023 compitiendo ya por la nominación”  “La coalición política opositora de centro-derecha argentina, Juntos por el Cambio, ha luchado con uñas y  dientes contra las restricciones que la administración peronista progresista del presidente Alberto Fernández ha tratado de imponer, alegando que las medidas sanitarias son una restricción de las libertades personales”.

La doctora Vanina Edul dijo allí: “el descontento social de gran parte de la población es simplemente rabia contra las restricciones a su vida cotidiana».  “Estamos asistiendo al fracaso de una sociedad necia y obstinada, una sociedad deshumanizada en la que se privilegian sistemáticamente los intereses propios, por encima de los del prójimo».

Un gobierno que apunte a una Patria Justa, Libre y Soberana podrá tener falencias y errores, pero siempre va a defender al Pueblo. La derecha prometerá “la libertad, el oro y el moro”, pero cuando en defensa de sus intereses puede llegar a matar.

Juan Carlos Dennin
juancarlos@huellas-suburbanas.info