
08 Nov DOS MODELOS PARA UN SOLO PAIS… ¡VOS DECIDIS!
La Democracia acaba de cumplir 40 años en nuestro país, algo que puede sentirse como un logro, como algo inédito. ¿Pero podemos pensar que ha entrado en su etapa de adultez? Parecería que no, puesto que democracia no es solo votar cada dos o cuatro años. Debe de ser algo mucho más importante que eso.
Un análisis de la misma nos puede arrojar que, si bien, los procesos institucionales han quedado resguardados, el sistema republicano de funcionamiento de poderes adolece de grandes fallas. Es una realidad la supremacía de los círculos de poder, sobre todo en el ámbito económico por encima de las decisiones que adoptó en las urnas la ciudadanía. Se percibe claramente en la mentira y la presión ejercida por los multimedios, creando realidades virtuales con que influencian a la población.
Su meta de llegada, la que hasta hoy no han podido alcanzar, es la demolición de todo proyecto nacional y popular, mediante todo tipo de extorsiones, ya sea por parte del “establishment” local, la presión internacional o la deuda externa. Encima tienen la “virtud” de obtener de ciertos sectores de población sus renunciamientos sociales vía colonización cultural. Así coadyuvan a instalar a la política como la causante del deterioro económico social, cuando debe ser la herramienta para mejorarlo. Y nuevamente están yendo por más.
Nos atraviesa una campaña virulenta, grosera y ponzoñosa, sobre todo en los temas vinculados al genocidio que sufrió la Argentina con la dictadura militar, las políticas de represión que parecen escapar del baúl de los olvidos. Pero lo que se busca es profundizar la desmemoria y la pérdida de nuestra identidad nacional. ¿Cuál sería entonces el sentido de la lógica de atacar a los derechos laborales, a los sistemas solidarios de educación y salud, los derechos sociales previsionales y la eliminación de todo suicidio? Es la edificación de meritocracia e individualismo, lo que les permitirá atomizar el cuerpo social.
Hoy, el primer paso en esta elección, será elegir por la preservación de la Democracia. Debemos votar en defensa propia. El latiguillo “es campaña de miedo” enarbolado por la oposición se desmonta con hechos fácticos y verificables. Y a quienes esbozan su reiteración se les puede recomendar algo que ya vivimos, viendo el video del “debate” 2015 (https://www.youtube.com/watch?v=7GCTXPGaE5I)) Cuando también se habló de campaña de miedo, pero sabiendo lo que pasó después. Como una de esas “casualidades permanentes”, uno de los dos candidatos, en aquella ocasión, Mauricio Macri, ha retornado de entre las sombras para apoderarse del sector y de la campaña de Javier Milei. Es el titiritero enfocado en manejar la función.
No es casual que las nuevas generaciones, crecidas y educadas en Democracia, hayan vivido en la degradación del funcionamiento de la misma. Las avanzadas neoliberales dejaron sus huellas. Al no funcionar plenamente el Estado como ordenador social, han ido quedando fuera del sistema sus proyectos de trabajo y de vida. En paralelo con estas vivencias, sus vidas se han nutrido con el mito potenciado de la cultura individualista, así como también con las represiones y marginación de la pobreza. Aparecen entonces los relatos manipulados, que apelan más a lo sensorial que a lo racional y se conforman como tabla de salvación.
El segundo paso, o avance, luego de haber consolidado aquel primero, deberá ser la discusión de la democracia actual. Desde lo Constitucional hasta el funcionamiento republicano pleno. Porque ese funcionamiento debe reflejar definitivamente la decisión popular en las urnas. Para que se deje de signar a los pueblos como democráticos sólo por emitir su voto. Para que no sean simples testigos, sino protagonistas de su propia historia.
La Democracia deberá ser inclusiva o no será. No debe permanecer estática, ya que de este modo crea permanencias y privilegios que escapan del control estatal y de la voluntad popular. Así se logra la decadencia de sus propios valores y el rechazo de amplios sectores de la comunidad. La resultante es una sumatoria de hechos de corrupción y burocracia en el funcionamiento, alejándose de las necesidades del pueblo.
Hoy tenemos una entente conformada por los multimedios, parte de la corporación judicial y periodistas que atentan permanentemente contra el sistema democrático. Se han convertido en una usina generadora de noticias falsas con las que libran batalla contra quienes son ajenos a las políticas absolutistas del “Dios Mercado”.
Debilitan una vez más al pueblo para evitar que no pueda ser eje central de la construcción institucional, salvo cuando tiene que votar.
Se hacen necesarios mecanismos de control directos. Para que la Democracia sea más inclusiva: procesos de destitución ante el tráfico político de quienes llegan al gobierno, juicios políticos avalados por el conjunto del pueblo, plebiscitos vinculantes y control de instituciones republicanas como la Corte Suprema que parece basarse en un estamento aristocrático, más que en una democracia plena.
¿La Democracia debe ser restaurada? ¡Sí! La prioridad es su continuidad, teniendo un desarrollo sostenible. Pero será consolidada como herramienta para que el pueblo construya su destino, y que pueda evitar la colonización cultural y económica, que gracias a presiones internas y/o externas solo buscan conformar democracias débiles y dóciles para arrasar la voluntad del pueblo. Será soberana, con justicia social e independencia económica, dentro del marco de un Modelo Nacional y Popular. Y para establecerla, debemos votar en defensa propia. ¡Que así sea!