Día Mundial de la Salud. 7 de abril

En 1945, muchos países reconocieron, luego de la devastadora Segunda Guerra Mundial, la necesidad de encontrar puntos de coincidencia en las ideas y la acción para proceder a la recuperación del bienestar de nuestra especie, sin distinción de edad, sexo, religión.

Finalmente, en esta fecha de 1948 fue firmada el acta de constitución del organismo, un brazo especializado de la ONU. Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene su sede en Ginebra (Suiza).

Los delegados de los distintos países integrantes (en estos días más de 190) procuran resguardar ante otros intereses los del “completo bienestar físico, psíquico y social de las personas, no solamente la ausencia de enfermedades”, como señala su declaración liminar.

Nuestro país la integra desde su conformación y ha sumado en estos días un aporte valiosísimo ante el Covid 19, ante los logros de personal especializado del Instituto Nacional de Microbiología “Dr. Carlos Malbrán”, que en esa fecha, este año trascendió la aceptación de los “papers” enviados por nuestros especialistas de ese organismo. Se habría secuenciado el ácido nucleico (que determina el “código genético” del organismo) de las cepas de tres de las víctimas en nuestro país, del SARS-COV-2.

Por este camino, los especialistas de todos los países embarcados en la tarea de elaborar la vacuna contra el Coronavirus, podrán orientar sus esfuerzos con información precisa sobre estas “formas” víricas que aparecen en nuestro país. Según ha trascendido, las mismas se caracterizan por tener tres orígenes distintos: EEUU, Europa y Asia.

Es importante reconocer que, como en el caso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), muchas personas, a lo largo y lo ancho del planeta, vienen reclamando que estas organizaciones mundiales terminan declinando sus intenciones ante las presiones de algunas potencias, que por la vía económica les impedirían actuar en la prevención y protección de los intereses de los seres, hoy en día entendidos como todas las formas de vida además de la humana. Allí entran las restricciones al desarrollo nuclear descontrolado y a las industrias contaminantes…

Edmundo Mario Zanini
eduardo.zanini@huellas-suburbanas.info