
06 Dic DE LA DIVERSIDAD A LA SINTESIS, POR LA PATRIA, JUSTA, LIBRE Y SOBERANA
Con extrema lentitud, digna de la agonía del régimen, van pasando los días de la tercer oleada neoliberal. Si uno deja de lado los aberrantes crímenes de la última dictadura, responsable además del primer intento neoliberal por estos pagos, se puede decir que este período fue aún peor. Los uniformados nunca se atrevieron a sacar la comida de la boca al pueblo, como fue capaz de hacerlo Macri.
Pese a que dejan arrasado al país desde todo ángulo posible, sobre Argentina sobrevuela la esperanza. Y esa esperanza ha sido depositada en el Frente de Todos, ese espacio que se ha ido armando alrededor del peronismo. Sin prisa, pero sin pausa, avanza construyendo poder debido a que los desafíos a enfrentar son inconmensurables, no solo por el desastre cometido por el actual gobierno, sino porque los enemigos siguen siendo los mismos y están al acecho.
Desde el 27 de octubre, luego de que se cayeran todas las “profecías” planteadas en su contra, los medios critican, mienten y arman operaciones en contra de Alberto Fernández, como si fuese el presidente en funciones. ¿Qué no van a intentar después del 10 de Diciembre? Por otro lado, además, tanto por izquierda como por derecha defenestran a todo aquel que se va “arrimando” al Frente. Y eso les pasa porque no llegan a comprender qué es lo que hace el peronismo. Y eso que hace, es precisamente peronismo, está construyendo poder.
Desde sus orígenes, esta fuerza nacional y popular incluyó diversidad (laboristas, forjistas, socialistas) en su construcción, hasta alcanzar una síntesis Esa síntesis que en su momento conducía Juan D. Perón cuando graficaban que mantenía el equilibrio desde la izquierda hasta la derecha. En los años setenta, no se pudo llegar a la síntesis, siendo demasiado amplia la diversidad, lo que sumado a la muerte de Perón junto a otros factores, facilitó la llegada de la dictadura.
Salvando distancias, geoestratégicamente, el contexto internacional al asumir su tercera presidencia Perón, era bastante similar al actual. Argentina estaba rodeada por dictaduras. Pinochet en Chile. En Bolivia reinaba Hugo Banzer Suarez, en Paraguay, Stroessner y en Uruguay el civil Bordaberry, dirigido por las Fuerzas Armadas. En Brasil continuaba la dictadura militar, conducida en aquel entonces por Emilio Garrastazú Médici.
En la actualidad nos rodean la dictadura de Añez Chaves en Bolivia, la “democradura” de Sebastián Piñera en Chile. El ultraderechista Bolsonaro gobierna en Brasil. En Uruguay acaba de ganar las elecciones la derecha, que conduce Lacalle Pou, cerrando la lista Abdo Benitez en Paraguay. El resto del continente nos muestra gobiernos similares. Todo parece igual, aunque en el fondo no lo sea.
Pese a la similitud que muestran estos escenarios, entre el ayer y el hoy, se puede valorar una circunstancia que juega en ventaja para los argentinos del presente. Es la síntesis que se logra en el interior del peronismo, y que se irradia desde allí hacia el resto del Frente. La que se consolida en el logro de la unidad, pese a las diferencias y a las dificultades. Y que se convierte en la herramienta fundamental que debe intentar fortalecerse, ya que es el primer puente entre sectores que están tratando de dinamitar quienes se oponen al avance de un gobierno popular, que todavía no asumió.
La tarea a desarrollar a partir del 10 de diciembre es más que compleja, sobre todo en llevar adelante los planteos económicos que ha decidido adoptar Alberto Fernández. Ya han empezado a presionar diferentes grupos financieros con el fin de lograr una reestructuración de deuda que les sea beneficiosa. Asimismo, grupos del sector agropecuario, uno de los más favorecidos por este gobierno, amenazan con movilizaciones y cortes de ruta si les modifican las retenciones. Entre estos últimos se destacan los autodenominados “Defensores de la República” vociferando amenazas de violencia.
No se debe caer en ingenuidades, por lo que sería importante, apenas asuma el nuevo gobierno, que se debería auditar e informar su resultado a la población, sobre la calamitosa realidad en que deja el país el gobierno de Mauricio Macri.
La importancia de una medida de este tipo radica en conformar una respuesta dada, luego de observar la estrategia que está desarrollando el gobierno que se va. Sus integrantes se dedican a cimentar de un relato, acompañados por el establishment, los defensores de la ortodoxia y los medios afines. Ese relato, contiene primordialmente la tarea de ocultar la “pesada herencia real” que deja la administración de Mauricio Macri. De ese modo, buscan hacer caer el peso de todas las difíciles complicaciones que van a surgir en los próximos meses, sobre el gobierno de Alberto Fernández.
Ser conscientes de la realidad habrá de ser una primer responsabilidad; fortalecer el Frente por sobre las diferencias será la siguiente, para lograr la síntesis nacional y popular, que nos permita afirmar que nunca más el neoliberalismo se pueda asentar en estas tierras. Que pasen elecciones que sean ganadas por distintos partidos, pero que siempre tengan como prioridad el defender el interés nacional. Que la unidad en la acción tenga el rumbo de llegar a alcanzar el instante final de la victoria. Ese en el que el sol alumbre una Patria Justa, Libre y Soberana.