“Cuando prevalece la idea de grieta, es cuando no se quiere razonar ni buscar puntos en común”

Entrevista al Lic. Javier Argolo, consejero Escolar de Morón

Nos encontramos a compartir un café con el Lic. Javier Argolo, actual consejero Escolar del municipio de Morón (UCR – JxC), con quien intercambiamos conceptos referidos a historia del radicalismo, la relevancia de figuras como Hipólito Solari Yrigoyen, Raúl Alfonsín entre otros, y también compartió su análisis del rol y obligaciones futuras del partido donde él milita desde el ya lejano 1985, y brindó precisiones referidas a recrear valores tales como el respeto en la divergencia, la empatía, la tolerancia, y profundizar nuestra democracia con más democracia.

Javier, off the record me contabas que conociste a mucha gente de renombre a partir de tu vinculación con el radicalismo…

Sí, y con varios terminé siendo amigo, entre los cuales puedo mencionar al periodista Mario Monteverde, a Fernando Bravo, a Leandro Despuy, a Juan Manuel Casella…

También sé que conocés a don Hipólito Solari Yrigoyen…

Así es. Tuve la oportunidad de visitarlo algunas veces en su casa. Hablar con él, es como hablar con la historia viva. Te abre sus cajones y saca las cartas que se intercambiaba con Arturo Illia. O su vasta colección de fotografías. Estuvo a cargo del área de Derechos Humanos en Naciones Unidas, y él no quería cobrar un sueldo, así que finalmente aceptó que en su recibo apareciera la suma simbólica de un dólar. Igual que los funcionarios de ahora (risas). Aprendés mucha historia al lado de estas personas, de sus experiencias, su dura etapa de persecución, secuestro y tortura acá en Argentina, su exilio a Francia con una primera escala en Venezuela, y todo ello tras haber sufrido varios atentados en su contra, tanto durante la dictadura como previamente a manos de las AAA. Sin olvidarme que, también secuestrado, Mario Abel Amaya, murió a causa de las torturas recibidas. Hipólito sigue sosteniendo un mensaje de paz, promueve unirnos en valores, y que todo lo demás siempre se puede discutir.

Esto me parece central. La idea de que es posible articular puntos de coincidencia basados en un trato cordial, con la intención de aportar a dirimir diferencias e incluso rencores intersectoriales.

 Hace poco fue el Día Internacional de la Tolerancia, desde Naciones Unidas. La tolerancia hace a la civilidad, y muchas cuestiones se podrían resolver así. Cuando prevalece la idea de “grieta”, es cuando no se quiere razonar ni buscar puntos en común, entonces todo es blanco o negro. Es más fácil eso que tratar de entender al otro. Ello implica tener empatía para tratar de entender por qué el otro piensa de ese modo.

Nunca mejor señalado aquello de que el mundo entero se ha convertido en una amplia gama de tonalidades grisáceas  

Esa es la realidad concreta. Pero es más fácil explicar un blanco o un negro, las complejidades son más difíciles de entender. Sin ir más lejos, observemos a esos personajes que ahora aparecen en la política, y proponen ideas insostenibles, como sacar al Banco Central o que el Estado no tenga nada; eso no resiste la más mínima lógica, pero tiran esos conceptos y no los explican. La labor de hacer que el Estado funcione bien demanda más esfuerzo que tomar cómodamente una postura extrema. En todo caso, las crisis aparecen con fuerza cuando hay problemas insolubles, que persisten a través del tiempo: en Argentina ese problema es la economía. Ahí es cuando reaparecen los extremos y hace crisis el centro moderado. El riesgo en ello, son los posibles quiebres de la democracia, que terminan ocasionando muchos más problemas.

Recuperás con estos conceptos, el pensamiento de Raúl Alfonsín…

Alfonsín, ya en los años 80´s, decía que los problemas de la democracia se solucionan con más democracia. La intolerancia se soluciona con más tolerancia, más paz y diálogo, y siempre hay gente dispuesta a ello. Es un esfuerzo, a veces difícil, pero muy necesario. Se trata de procurar entendernos entre todos.

¿Creés que estas posturas “ultras” que aparecen no sólo en Argentina, sino en buena parte del mundo, y que logran impacto en poblaciones jóvenes al menos en una primera etapa, pueden estar relacionadas –además del contexto socioeconómico global- también fogoneados por los propios medios de comunicación? Quizás, a éstos les resulta más práctico, en sus carreras por el Trending Topic, instalar una frase “petardera” que otorgar tiempo y espacio a quienes podrían intentar explicar nuestra realidad con mayor hondura

Hay gente que fomenta eso, y otros son partícipes sin querer. Las noticias impactantes son más fáciles de vender que la explicación de un problema. Un político serio, que trata de llamar a la moderación, no es tan “interesante” como alguien que tira nafta al fuego, no importa cuál sea su orientación ideológica. Un ejemplo: muchas veces escucho a quienes reclaman bajar la edad de imputabilidad de los jóvenes. Y eso es apuntar a las consecuencias y no a las causas de los problemas. Los problemas complejos no se solucionan con eslóganes simplistas. Siempre es más fácil poner la culpa en otro lado.

Hablando de complejidades y de asuntos irresueltos, ¿Cómo ves la marcha de la economía nacional?

No veo ningún plan concreto para bajar la inflación. Un acuerdo de precios no soluciona el problema de fondo, ni siquiera puede sostenerse en el tiempo. Aparte, si vos avisaste varias semanas antes de que ibas a hacer el acuerdo de precios, el aumento lo hicieron antes del acuerdo. Entonces se transforma en una medida para la tribuna, pero sin efecto real. Ese aumento ya existió, ya diste el tiempo para que eso suceda.

Ahí también podemos mencionar la gran variedad de tipos de cambio vigentes. ¿Qué opinás al respecto?

El INDEC tiene clasificadas 1500 actividades, ¿Vas a tener 1500 tipos de cambio distintos? No resiste la más mínima lógica. Tenés que renegociar con los mismos actores que antes, ¿Una y otra vez?

¿Se corre el riesgo de ser empujados, de algún modo, hacia la dolarización total de nuestra economía?

Exacto. Y así tenés una señal para un lado, y un hecho formal para otro. Estamos ante medidas cosméticas. Las medidas que sí resultaron, estaban enmarcadas dentro de un plan. Si va al gobierno de Menem, tuvo su plan de Convertibilidad, y el Plan Austral durante el gobierno de Alfonsín. Fueron medidas con efectos duraderos, 2-3 años en el plan Austral, y 10 años la Convertibilidad, lo cual para la Argentina es muchísimo tiempo. Fijate, a vos que también te gusta la historia, que ya nacimos como país con deuda externa desde tiempos de Rivadavia. Estos ejes no pasan por izquierda o derecha, porque Evo Morales redujo la deuda externa boliviana. El podía tener posiciones ideológicas más extremas que las argentinas, pero siempre ha sido muy práctico. El estado boliviano fue y compró su deuda.

Acabás de instalar un concepto que quizás cobre cada vez mayor notoriedad, hacia un futuro nada lejano: La practicidad. Salirse quizás de los moldes dogmáticos, y aplicar lo que sea útil y conveniente para cada momento.

Otro pequeño ejemplo: Quien dirige actualmente el gobierno de Ginebra, en Suiza, pertenece al socialismo, y hace referencias al Estado eficiente y a la productividad, que son conceptos capitalistas.

Varios países europeos tienen las experiencias de la socialdemocracia, que convive con monarquías y está totalmente ensamblada al tablero del mundo capitalista…

Y lo más importante: Esos estados funcionan. Y entienden que el Estado tiene que funcionar bien. Es un concepto aplicado tanto en Francia como en Alemania. Max Weber ya hablaba de la burocracia que tenía que hacer funcionar al Estado. En Argentina, en algún momento se quiso crear la carrera estatal. En los municipios existía el tema de los empleados de carrera. Que después, con tanta manipulación política, ello se fue perdiendo. A mí me tocó trabajar en distintas áreas del Estado, por ejemplo en Anses. Y los empleados de carrera me decían “los políticos pasan, los que hacemos funcionar a Anses, somos nosotros”. Y tenían razón. Eso se está perdiendo un poco en nuestro Estado, lamentablemente.

Las elecciones presidenciales y el rol de la UCR

Javier, se viene un año electoral, y se van a cumplir 40 años del retorno a la Democracia, algo caro para la historia del radicalismo. ¿Creés que la UCR tiene el mandato de sus numerosos simpatizantes, en todo el país, de competir con un candidato presidencial propio?

El radicalismo tiene dos candidatos presidenciales en la cancha, como se dice. Uno es Facundo Manes, y el otro es Gerardo Morales. El radicalismo, además, cuenta con una estructura en todo el país, y los intendentes y gobernadores propios, también traccionan. Facundo M;anes es un candidato que viene más de un costado outsider, y tenés a Gerardo Morales, que apunta más a lo tradicional del radicalismo. Morales sostiene que hay que hablar con otros actores del peronismo.

De hecho, supo tener una muy buena relación con el Frente Renovador en Jujuy…

Sí, y el Frente Renovador funciona como una bisagra en la política argentina hoy en día. También están los caudillos provinciales, que tienen sus cuotas de poder en Entre Ríos, en Salta, en Corrientes…

En Córdoba, por más que ya hace mucho que no son gobierno, siguen contando con una estructura fuerte.

Es un partido fuerte que tiene muchísimas intendencias. Soy amigo de algunos de esos intendentes del sur de Córdoba, incluyendo algunos que son familiares míos (risas) como decía Raúl Alfonsín, el radicalismo tiene un cura en cada pueblo. Y eso nos dio una resiliencia. Ya nos dieron por muertos muchas veces, pero siempre resurgimos. La identidad está vigente más allá de las crisis momentáneas.

De vuelta al terruño moronense

Ahora viajemos de retorno al ámbito local. ¿Cómo evaluarías el desempeño de la actual gestión municipal? ¿Qué ejes creen, desde el radicalismo, que se pueden consensuar o mejorar en el año de gestión que resta?

Primero voy a aclarar algo, que va en contra de quienes hablan mal de los demás: Todas las gestiones, sean del signo que sean, tienen cosas buenas y malas. Hay que aprender a tomar lo bueno y a cambiar lo malo, en vez de tirar lo que hizo el otro y volver a punto cero.

Y así corremos el riesgo de no arrancar nunca…

Exactamente. Eso es lo que, en economía, se denomina una Des-economía. Tiraste esfuerzos y recursos por la ventana. También creo que Morón debería institucionalizar una norma que regule las transiciones, porque acá siempre han sido traumáticas. Se destruye información, no se sabe qué pasó con los recursos. Cuando yo integraba la Alianza, durante el primer gobierno de Martín Sabbatella, en plena transición post gobierno de Juan Carlos Rousselot, yo me encontré con una oficina vacía, con el teléfono en el piso. Una imagen de tierra arrasada. Finalmente, a la larga, el que sufre las consecuencias es el ciudadano. Uno actúa como actúa por responsabilidad cívica, pero no todos lo entienden de esa manera, claro está. Lo esencial es entender que todos necesitamos que el Estado municipal funcione óptimamente.

Luego de experimentar diversos roles en la función pública, ahora venís desempeñándote en el Consejo Escolar local.

Es una muy linda experiencia, porque de hecho participé de muchas campañas desde 1985 hasta ahora, pero nunca siendo el actor de la campaña. Uno tiene que acostumbrarse un poco a esto. Y vas a una institución educativa y por ahí te preguntan tu procedencia partidaria, y les respondo que estoy allí en mi rol de Consejero, para gestionar.

De algún modo, con esa actitud, honrás aquello que mencionabas rato antes, de la profesionalización de la función pública.

En contraste, veo a Consejeros que están vestidos con una remera partidaria, y eso no me parece adecuado. Lo mismo que, quien esté a cargo del Consejo Escolar, debe proceder de la educación, así va a tener mayor entendimiento y sensibilidad con el área, y con quienes trabajan en la educación. Yo fui preceptor, profesor, directivo, son casi 30 años de actividad, lo cual me permite tener una sensibilidad para entender lo que pasa en un jardín de infantes, en una escuela primaria, secundaria, en un terciario o en un instituto de Formación. Ya sean instituciones privadas o públicas. El Consejo Escolar debería tener más relevancia de la que tiene. Los recursos vienen de la Provincia. Y te encontrás con reclamos de todo tipo, muchos últimamente referidos a violencia… pero las cuestiones pedagógicas no pasan por el Consejo Escolar, pasan por La Plata. Entonces, la gente te viene con un problema, y piensan que no los queremos ayudar, cuando en realidad sólo lo podés canalizar, pero no tenés las formas para darle una solución rápida y concreta. Así, la gente piensa que el Consejero quiere “esquivar” el asunto. La centralización de todo en La Plata quita efectividad, máxime tratándose de una provincia tan compleja. El sistema está tan fraccionado que pareciera estar pensado para que no funcione. La gente está acostumbrada a la inmediatez, y la burocracia está acostumbrada al tiempo del papel; son dos dimensiones distintas, y terminan chocando.

Esto que señalás, nuevamente, va más allá de los gobiernos de turno.

Totalmente, va más allá de un partido o de una gestión. Esto genera un problema de legitimidad política, y nos atraviesa a todos. Los tiempos de respuestas a nuestra ciudadanía no son lo que la ciudadanía demanda. Paralelamente, necesitamos construir acuerdos básicos que se mantengan en el tiempo por encima de los cambios de gestiones.

Para finalizar, volvemos a los valores, y la capacidad de animarse a construir consensos como base de la salud democrática, y para restarle impacto a las voces antisistema. E incluso para entusiasmar, sobre bases concretas, a las generaciones más jóvenes, muchos de ellos totalmente despolitizados.

Primero, esas generaciones no conocieron, felizmente, otra cosa que la democracia. Segundo, están acostumbrados al mundo de las redes. La pandemia también generó este encierro y la impersonalidad, lo cual favorece la agresión. Están en un mundo distinto y ellos no son los culpables. Yo trabajo con jóvenes. El problema tiene múltiples dimensiones. Se encuentran ante un mundo sin futuro, y el futuro no es ni debe ser Ezeiza. Estamos todos en el mismo barco, hay que buscar un destino común. Y esto es un problema mundial; acá le añadimos el condimento de nuestras crisis recurrentes. Nadie tiene una fórmula mágica para salir de las crisis. Lo que venimos haciendo, está claro que no funciona. Entonces lo primero que necesitamos, es animarnos a un mayor debate y comprensión, y no al enfrentamiento.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com