“Creemos que no tiene que quedar ninguna norma en pie que haya sido dictada en tiempos de la dictadura”.

Reportaje al Dr. Cristian Herrera, concejal de Morón (Bloque Cambiemos)

El concejal Cristian Herrera es una permanente fuente de consulta y diálogo con Huellas Suburbanas. En la difícil senda de una comunicación amena y respetuosa, aún y especialmente en las discrepancias, el dirigente tiene bien ganado un lugar de preponderancia entre aquellos que buscan aportar al diálogo para la construcción de una democracia plural.

En este prolongado período de aislamiento social acarreado por una pandemia que trastocó la vida de poco menos que todo el planeta, siguen sucediendo debates y acciones concretas en la política general, y distrital en particular. Para ello volvimos a establecer contacto con Herrera, que como siempre, ofreció su análisis, que compartimos a continuación.

Concejal Herrera, evidentemente se consolida la implementación de las nuevas tecnologías y la virtualidad tanto para sesionar en el HCD, realizar audiencias públicas semipresenciales,  como en diversos ámbitos de la vida política, educativa e incluso productiva a escala general. ¿Es la nueva realidad que ya está en marcha?

Son incorporaciones tecnológicas, en efecto. Se trata ante todo de cambios que llegaron para quedarse, y hay que articularlos en función del mejor debate democrático. Habrá que aprovechar todo este boom tecnológico, que de algún modo nos apuró en muchos campos, ya que no teníamos otra alternativa.

Recientemente se resolvió comenzar a habilitar prácticas deportivas individuales en el municipio, en consonancia con medidas que ya se vienen aplicando en otras regiones. ¿Creés que es el puntapié inicial para comenzar a dejar de lado la cuarentena?

Creo que la cuarentena nunca se hizo bien. Tendría que haber sido mucho más corta, y después ir abriendo actividades, restringiendo los riesgos de contagio. Hoy vemos los contagios disparados y en simultáneo una mayor cantidad de aperturas, lo cual parecería contradictorio en sí mismo. Pero salvando esas consideraciones, sí, estas medidas son un paso para administrar lo que la sociedad nos está diciendo. Que ya no soporta más la cuarentena en varios aspectos.

Por ejemplo, ¿A cuáles te referís?

En aspectos familiares, sociales, desde el punto de vista psicológico y ni que decir de los aspectos económicos. Por distintas razones, todas las capas sociales tienen algún mecanismo por el cual buscan volver a la normalidad. Así que, sí, estas decisiones son un paso en función de una nueva normalidad, en la que deberemos tener cuidados significativos y en especial proteger a la gente que está en mayores niveles de riesgo. Desde un principio los recursos del Estado debieron haberse concentrado en esos sectores para protegerlos más y mejor de lo que se hizo.

Hace varias semanas que puede observarse, fundamentalmente en los cascos céntricos del distrito pero también en los barrios, muy pocos efectivos de seguridad, que quizás tiempo atrás se veían circulando en mayor número. Se escucha el reclamo de una insuficiente seguridad en las localidades del distrito. ¿Vos lo observás de dicho modo, o creés que no es algo que sea tan significativo y que haya otros factores, como el miedo de la sociedad, que de algún modo maximicen la cuestión?

Creo que las fuerzas de seguridad desplegadas al principio de la cuarentena dieron una cierta sensación de orden, y hoy las veo replegadas en muchos lugares, no sólo en Morón. En general recorro mucho el conurbano, y la verdad es que hay poco control en los términos de la cuarentena por un lado, pero esas presencias además servían a modo disuasivo para otros aspectos inherentes al delito y demás. Considero que están relajados los términos de la seguridad, y también entiendo que está creciendo la inseguridad. El delito se está piramidando y se está agravando la violencia ejercida en la comisión de los mismos. No sé si las dotaciones se han trasladado a zonas más calientes, o están con el tema de las tomas generalizadas, o si están afectadas por contagios y hay muchos agentes en sus casas. Pero lo concreto es que la gente se siente más desprotegida, y que eso tiene algo de raigambre en la realidad.

En la sesión del pasado 20 de agosto se te designó como presidente de la Comisión Especial para el Estudio y Derogación de los Decretos Ordenanzas y Ordenanzas Generales dictados por la Dictadura Militar desde 1976 a 1983. Una tarea que requerirá mucho trabajo y equilibrio… ¿Cómo encarás este desafío?

 Ya tenemos relevados todos los decretos y ordenanzas generales que fueron dictadas en aquellos años. Vamos a trabajar con una lógica específica, que es la de derogar todo lo que haya dictado como norma la dictadura. Creemos que no tiene que quedar ninguna norma en pie. Esto no quiere decir que no haya cosas buenas que no tengan que seguir vigentes, pero a esas normas las vamos a transformar en ordenanzas de la democracia. Primero veremos aquello que haya que derogar y no reemplazar por ninguna norma. Ese va a ser el trabajo más sencillo. Después quedarán las cuestiones de mayor complejidad…

¿En esos casos, deberán revisar cuáles –de algún modo- vale la pena sostener?

Hay que elegirlas e incluso mejorarlas, adaptarlas a las nuevas realidades después de 40 años de dictadas. Discutiremos los contenidos. Pero todas, ya sea por derogación o por dictado de una nueva norma, van a desaparecer por no haber sido dictadas en democracia. 37 años después de recuperada la democracia en nuestro país, a los que estamos ahora sólo se nos exige poner la cabeza para rendir homenaje a los que pusieron el lomo, la libertad, la familia y las vidas en riesgo. Y muchos la perdieron. Entonces no podemos sostener ordenanzas y decretos de la dictadura. No podemos estar sesionando en un recinto cuyo nombre lo puso un Comodoro por decreto. Capaz no es un asunto urgente ni emergente, ni prioritario. Pero creo que en lo simbólico es una deuda enorme de la democracia, el no haber honrado aquellos esfuerzos. Esencialmente por vagancia. Es poco el esfuerzo que se nos pide, y es mucho el homenaje que podemos hacerles, y en definitiva las sociedades que no tienen memoria carecen de futuro. Ese es el espíritu del proyecto, y tiene que ver con algo que yo armé desde el Ejecutivo en 2016, pero no pudo plasmarse. Esta propuesta fue una iniciativa que abrí a todos los bloques, menos al bloque de (Ramiro) Tagliaferro. Creo que vamos a hacer un lindo laburo, no sólo de modificación normativa, sino también de concientización general.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com