
09 May Coaliciones electorales y grieta ideológica
Estamos asistiendo a profundizar divisiones tanto en la Coalición gobernante como en la Coalición opositora, la novedad de estas divisiones en ambas coaliciones es que se empiezan a agrietar cada una de ellas por razones ideológicas y por cuestiones vinculadas a las diferentes miradas que cada uno de los sectores tiene de la realidad y del futuro de la Nación. Así, asistimos a los choques internos en el FDT en una actitud absolutamente irresponsable que revela que la grieta, más que metodológica o valorativa, tiene que ver más con que cada uno ve distinto proyecto posible de país, y también con las miserias personales vinculadas a pagar, o no, los costos políticos vinculados a políticas erráticas y erróneas. En la coalición opositora, por otra parte, se ven actitudes endogámicas, autoritarias y de vetos a nuevas incorporaciones, producto de la sensación que ya se ganó, de que el 2023 está a la vuelta de la esquina, con un resultado asegurado y con un loteo por delante de los espacios de poder, solamente así se entiende la facultad otorgada a cada uno de los integrantes de JxC de vetar cualquier ingreso y de tratar cualquier ingreso por unanimidad de la fuerzas que componen JxC. Nada más alejado de la realidad política argentina, nada más alejado del sentimiento y de las necesidades de la gente en términos de respuestas, más allá de las necesidades de los políticos, y es así que como ciudadanos asistimos impávidos al ver que la casta política solamente se preocupa por las necesidades, por la urgencias, por las pulsiones de la propia casta política, ya ni siquiera se guarda pudor alguno cuando se empiezan a pulsear posicionamientos, candidaturas, espacios de poder y no se logra articular un solo proyecto que tenga que ver con los intereses reales y las necesidades actuales, y las urgencias sociales y económicas que tiene nuestra población.
En el terreno local esas fracturas expuestas están claramente a la vista también en ambas coaliciones, la coalición opositora presume y presupone que ya conquistó el poder municipal en el 2023 y que lo único que puede ver es cómo se reparte ese gobierno y las listas de candidatos.
La coalición oficialista, por otra parte, está en una pulseada violenta entre sectores en pugna del propio partido gobernante y en ambas situaciones se revela que los políticos solamente están mirando y pensando en las necesidades de los propios políticos, más que nunca se ratifica esa vieja frase de Alberdi que rezaba que “Las peores peleas no se dan cuando dos personas piensan distinto, sino cuando quieren lo mismo”
Y la verdad que lo único que se avizora en la preocupación de los actores políticos que componen la realidad local de Morón es una disputa exclusiva y excluyente por los espacios de poder por los posicionamientos personales y por los presuntos beneficios electorales de cada uno de los movimientos legislativos o mediáticos que se realizaron.
Hoy, más que nunca, como servidores públicos deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo, qué debemos hacer y qué planeamos hacer efectivamente por los derechos, las necesidades, las urgencias y para alivianar los pesares de cada uno de los habitantes de Morón.
Todos los moronenses cada uno en su medida y en su plano están sufriendo los efectos de muchos años de desgobiernos locales, provinciales y nacionales y también sufriendo los efectos de una Pandemia que arrasó con muchos proyectos personales y que reconfiguró el esquema sociológico y emocional de la población. Nada de eso está en la agenda de los políticos, nada de aquello está en las preocupaciones de la coalición gobernante o de la coalición opositora. Nuestra capacidad de respuesta efectiva a las necesidades, a los reclamos y a los derechos de nuestros vecinos, es lo que nos interpela como Concejales y como Servidores Públicos, esto es lo que se va a juzgar al momento de nuestro desempeño. Humildemente, creo que seguramente muchos saldrán o saldremos reprobados en ese juicio por parte de nuestro pueblo.