
06 Jun ¿Chile despertó o retomó su camino?
Si se mira la historia chilena desde el comienzo de la colonización se puede, como en cualquier país de la américa latina, ver el enfrentamiento entre las clases dominantes y los dominados, pero pareciera que la dominación en Chile fue de las más violentas y crueles y las resistencias populares fueron de las más rebeldes y valientes.
Pedro de Valdivia fue el “conquistador” de Chile, decidido a todo y a cualquier costo recurrió a la intriga y al engaño con sus pares y a la mayor crueldad con los originarios. Entre sus múltiples tropelías se cuentan represalias del tipo de:«Los españoles encerraban vivos a los indios, así hombres como mujeres, en ranchos de paja y, luego, les prendían fuego, haciéndolos morir por partidas de a ciento»[1]
En la campaña del sur en la importante batalla Andalién contra el pueblo Mapuche, a los sobrevivientes, Valdivia les mandó a amputar su mano derecha y nariz como señal de escarmiento y los liberó para que sembraran el pánico, esta forma de hacer la guerra se volvería contra los mismos españoles. Esta acción, además, fomentó el odio irrevocable de un originario que tenía como paje llamado Lautaro.
Lautaro logra posteriormente fugar del cautiverio español y siendo como era descendiente de caciques se incorpora a la resistencia a los conquistadores, a partir de allí la lucha contra el imperio español estará organizada en clave militar, Lautaro supo aprender de Valdivia y lo derroto y ajustició. Para mi subjetiva apreciación nació allí el gen del pueblo chileno y su diferencia irreconciliable con las clases dominantesvenga de donde vengan.
El enfrentamiento entre las clases populares chilenas y sus opresores se va volver a repetir en las luchas por la independencia ya no solo con los españoles realistas sino contra aquellos que pretendían cambiar de amo y no terminar con la dominación. Así es asesinado por la espalda Manuel Rodríguez “el guerrillero de la libertad”, su nombre como el de Lautaro se incorporaría al panteón de los héroes populares y años después como veremos más adelante su pueblo lo convertiría en emblema de lucha.
Una de las obras musicales más famosas de la música popular chilena es “Santa María de Iquique” el poema musicalizado evoca una masacre, no es casualidad la historia de Chile está plagada de represiones violentísimas contra los trabajadores, claro que se puede señalar que también en Argentina y otros países de Latinoamérica el crimen contra los trabajadoresfue bastante común pero no sé si son tan comunes los ametrallamientos de trabajadores y familias con miles de muertos[2].
Hacia 1912 aparece alguien clave para las luchas populares, Luis Emilio Recabarrenque primero organizo cientos de sindicatos y luego convencido de la necesidad de crear un partido exclusivamente obrero, fundó junto a sus camaradas el Partido Obrero Socialista. Años más tarde, en 1922, incentivado por el comunismo internacional, el Partido Obrero Socialista se constituyó en el Partido Comunista de Chile.
El Partido Comunista siempre tuvo una mirada amplia respecto a su política de alianzas buscando acuerdos con fuerzas progresistas, teniendo siempre enfrente una burguesía de cuño aristocrático y un ejército y policía de carácter prusiano.
La primera alianza o acuerdo electoral importante lo desarrolló con el Partido Radical chileno y el mismo resulto ganador en 1946 llevando a la presidencia a Gabriel González Videla, al poco tiempo de asumir no solo González Videla incumpliría el acuerdo sino que impulsaría una ley anticomunista que causaría la proscripción del PC (Que tenía en ese entonces alrededor del 17% de los votos).
La segunda Alianza importante del PC Chileno fue sin duda la Unidad Popular que llevo a la presidencia en 1970 a Salvador Allende, el odio de clase y la acción directa y desembozada del imperialismo a través de la CIA y de otras agencias, fue desgastando al gobierno para luego instalar mediante un golpe cívico militar una de las dictaduras más extensas y sangrientas de América.
El PC recurrió a todos los métodos de resistencias posibles inclusive la lucha armada formando el Frente Patriótico Manuel Rodríguez que siguiendo el ejemplo de Lautaro intento matar a Pinochet pero fracasando en el intento.
La dictadura chilena se retiró formalmente en 1990 pero dejo una constitución neoliberal que legitimaba una sociedad jerárquica y autoritaria. Con el marco de esa constitución se gestó un bipartidismo entre la derecha heredera de la dictadura (de la cual hoy Piñera es su mejor representante) y la llamada concertación un acuerdo de partidos de centro derecha a centro izquierda lavada. La concertación gobernó 20 años manteniendo con un poco de maquillaje el modelo pinochetista. Chile funcionaba su economía caminaba pero los pobres eran cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos, el modelo cerraba pero dejando la gente afuera. Hasta que en el 2019 en que un aumento de precios en el subte hizo estallar el “modelo chileno”.
No son treinta pesos son treinta años sostenían los movilizados que obligaron al gobierno a realizar un plebiscito que llamo a una asamblea constituyente.
Los resultados de las elecciones a la Convención Constituyente en Chile durante el fin de semana del 15 y 16 mayo representan un terremoto político, con un fuerte rechazo a los partidos del bipartidismo, lo que puede entenderse como la expresión política de la rebelión de 2019.
Los resultados dejan resaltar al menos tres cosas importantes. Primero, la derrota de la derecha con 37 convencionales, que con el 20% de los votos obtiene el 23% de los escaños. Con esto no alcanzan la capacidad de veto que ansiaban obtener, dado por el quórum necesario de ⅔ en la Convención Constitucional. Segundo, la irrupción de los independientes que ganan 48 escaños, que corresponde al 31% del total de 155 convencionales.
En particular, destacan los resultados de la Lista del Pueblo, una lista de independientes de izquierda que se presentan como representantes del levantamiento de octubre del 2019, obtienen 27 convencionales, superando a la ex-Concertación. Y por último, la alta abstención electoral. Sólo 42% del padrón fue a votar, comparado al 51% que votó para el plebiscito de octubre pasado.
La lista Apruebo Dignidad que agrupa a partidos del Frente Amplio y el Partido Comunista, más FRVS (Federación Regionalista Verde Social), obtuvo 28 convencionales de conjunto, un significativo 18% de los escaños. Esto los ubica como el principal bloque de la oposición.
Los partidos de la ex-Concertación salen muy malogrados, con 25 convencionales, 16% del total. Al igual que la derecha, han reconocido su derrota, señalando la agonía de los partidos de la transición. Así, se dificulta el afán de la centro-izquierda por influir programáticamente con sus candidatos en la primaria de la oposición.
En los 17 escaños reservados de pueblos originarios, llama la atención que ganaron mujeres mapuches de gran notoriedad, como la machi Francisca Linconao.
Además de las elecciones constituyentes, en la doble jornada electoral del fin de semana, se eligieron gobernadores, alcaldes y concejales.
Ha sido notable la victoria de Rodrigo Mundaca como gobernador de la Región de Valparaíso. Un dirigente social de larga trayectoria en la lucha por el agua desde la provincia de Petorca, y vocero de MODATIMA (Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y el Medio Ambiente). Ganó en primera vuelta con el 44% de los votos, en la lista del Frente Amplio.
En la vecina ciudad de Viña del Mar, la candidata de Revolución Democrática (RD), Macarena Ripamonti, ganó en la comuna que estuvo 16 años gobernada por la UDI (derecha).
En la capital, en una elección estrecha, luego de 24 años de alcaldes de derecha la comuna de Ñuñoa va tener una alcaldesa de RD, Emilia Ríos. Significativo fue también el triunfo de RD en la comuna de Maipú y la salida de la “independiente” UDI, Cathy Barriga.
Por su parte, Gabriel Boric, diputado de Convergencia Social, y fundador del Frente Amplio, obtuvo las firmas para inscribir su candidatura presidencial.
Los comunistas doblaron sus alcaldías a 6. Lo más sorprendente fue la victoria de IracíHassler en la emblemática comuna de Santiago Centro, luego de una desastrosa administración de Felipe Alessandri (Renovación Nacional), donde se vio la violenta represión a los estudiantes secundarios que a su vez conduce al estallido social. En Recoleta, se reelige cómodamente Daniel Jadue, consolidando su camino como candidato presidencial del Partido Comunista e incluso podría imponerse en una primaria de la izquierda.
Algunos comentaristas, creen ver un voto de castigo o abstención de su base electoral que determinó la derrota de la derecha. Sobre todo, es la figura de Piñera quien concentra todas las miradas y el descontento en su sector.
Lo importante, es la posibilidad de que la mayoría de los independientes, sumados a los constituyentes del bloque de izquierda, puedan hacer valer su peso en la Convención para asegurar su ⅔ y colocar una agenda de transformaciones profundas del sistema. Sin embargo, no es posible cambiar la lógica de la dominación del capital, sino sigue la sociedad movilizada.
La conformación de la asamblea constituyente desde el vamos es un gigantesco triunfo popular con paridad de género en una sociedad patriarcal y el reconocimiento de los pueblos originarios a quienes hasta ahora se les venía aplicando la ley antiterrorista es toda una revolución.
El fantasma de “Chilezuela”, y otras campañas de desinformación para confundir, jugarán un rol y profundizará la polarización de las ideas políticas en la sociedad. Pero esto ya no puede tener la misma potencia que antes. Todo el mundo está viendo el levantamiento y paro nacional de Colombia, que ha sufrido una represión brutal con decenas de muertos y cientos de desaparecidos. Pero sobretodo, la clase trabajadora colombiana ha provocado una derrota parcial del gobierno que tuvo que retroceder en su reforma tributaria. Esto en el bastión del imperialismo en Sudamérica, con gigantes implicancias para toda la región. Desde las protestas en Puerto Rico, pasando por Ecuador, luego Chile y Colombia, los movimientos de masas se observan y recogen lecciones, en una muestra del internacionalismo que las hermana.
A pesar de la importancia de estos comicios, los más importantes en tres décadas, los medios estuvieron estos últimos meses más centrados en la carrera presidencial de noviembre. La derecha ha aparecido más unida que nunca: ya para estas elecciones se presentaban en una única coalición, a diferencia de la dispersa oposición. Lo que más ha ocupado los diarios ha sido la batalla por las primarias de la centroizquierda. Mientras que el Frente Amplio y el PC buscaban una primaria amplia de todo el polo progresista, los socialistas y la DC preferían mantener la alianza de la Concertación para dejar fuera a los comunistas. Habrá que ver si después de este resultado siguen pensando lo mismo.
Nada está ganado, sin embargo. Chile vivirá en los próximos meses una situación con dos cámaras legislativas: una redactando el nuevo país, y la otra, la derrotada, legislando todavía a partir de la vieja constitución. Un país que empieza y otro que se resiste a morir.
[1]Diego Barros Arana, Historia General de Chile; tomo I, Editorial Universitaria, 1999.
[2]https://www.archivochile.com/Historia_de_Chile/sta-ma2/2/stamatexrel000005.pdf