¡BASTA DE MEZQUINDADES! ¡SIGAMOS HABLANDO DE FRENTE!

Por Juan Carlos Dennin
  En la fase actual del capitalismo que se desarrolla en nuestro país, la conducción del Poder Ejecutivo se ejecuta  usualmente, casi sin que participe la clase política tradicional. El gobierno de los CEO de las multinacionales, claramente no está a favor de transformar la estructura productiva.

  Ese carácter transnacional de la mayoría de las empresas que aportaron los CEO para armar los cuadros ministeriales, dan como resultado las políticas de endeudamiento. Esas mismas políticas son las que proveen los dólares a los que luego se les van a facilitar las condiciones institucionales para la fuga.  Mientras hablan de que la economía está mal, la realidad nos indica que no es así para todos.  Al mismo tiempo en que ha ido aumentando la rentabilidad empresarial, el ingreso de los trabajadores ha seguido cayendo. Mientras esto acontece,  otros tantos van a quedar  desocupados. Nada nuevo por estas tierras, ya se padeció en los 90´s.

  En esta etapa histórica, a diferencia de otras, el proyecto neoliberal  no ha llegado a imponer un discurso único. Su  triunfo cultural, entonces,  no es definitivo, por lo que sin  perder de vista que la sociedad está movilizada, hay que asumir con enorme responsabilidad política los pasos a seguir.

  Para evitar el triunfo definitivo del neoliberalismo, ya que este jamás a poder abordar los crecientes problemas sociales,  habrá que construir una nueva mayoría.   En tránsito  hacia esa construcción habrá que prever que ninguna persona, fuerza o sector, podrán lograrlo por si solos.

  Es fundamental no volver a subestimar a los expertos en comunicación de Cambiemos, que hoy mismo están armando su estrategia de convencimiento hacia la opinión pública para las próximas elecciones legislativas. Si el macrismo se llegara a fortalecer en los comicios venideros, las consecuencias para los sectores populares han de ser peores que las hasta hoy  padecidas.

  Una idea está germinando en amplios sectores de la oposición. Se van sumando voces que apuntan a unirse en un frente que se vaya a plantar como freno a las políticas de este gobierno. El consenso sobre una nueva mayoría o Frente Popular se va ampliando. El modo de conformar esa síntesis política debe ser dilucidado porque hay  distintas variantes para edificarlo. 

  Un primer intento de construcción podría intentarse uniendo a toda la oposición “per se”, con el fin de lograr derrotar electoralmente al oficialismo. Pero sería solo un medio para adoptar posiciones de poder, que despolitizaría el debate y que puede convertirse en una derecha “light” a desarrollarse dentro de las opciones  neoliberales que anidan en  sectores de la oposición.

  En una segunda  variante, se concibe una estructura frentista pero solamente si la misma está hegemonizado por una de las corrientes políticas. Si no es aceptada como tal, esta idea de frente queda descartada. Varios de los sectores integrantes pueden no aceptar esa conducción previamente decidida. Esto conllevaría divisiones insalvables, que , terminarían siendo funcionales al gobierno, por aquello de “divide y reinarás”.

  Si la construcción frentista coloca como prioridad el proyecto de país que queremos  se comenzarán a dar los primeros pasos para enfrentar la realidad que estamos viviendo. Hay que politizar el debate, la idea de nueva mayoría, de un frente que sirva para plantear el rechazo no solamente al gobierno sino a todas las formas que pueda adoptar el neoliberalismo. Los objetivos y estrategias de desarrollo, enmarcados dentro del programa definido han de ser imprescindibles para la existencia de esa nueva mayoría. Así estaríamos encontrando la variable más potable para la edificación del frente.

  Existe un contexto en que no solo se van a enfrentar meras ideas políticas.  Hay que estar concientes  de que se estará enfrentando a una maquinaria de dominio conformada por los grandes financistas, los dueños de los monopolios multimediáticos, los jueces ligados a oscuros intereses y poderes estatales, y los políticos más conservadores. A esa entente habrá que derrocar.

  El camino a recorrer para llegar a la meta, será  “a paso de vencedores”, poniendo en primer lugar los   intereses del país.  El no comprender que la perpetuación del proyecto neoliberal dejará consecuencias devastadoras, nos indicará que vamos a estar en problemas. El programa del Frente deberá explicitar que se desarrollará prioritariamente con todos los argentinos “adentro”.

  La sumatoria de la mayor cantidad de diversidades potenciales se logrará consolidando como ideas fuerza  definiciones políticas incuestionables: “más derechos, más democracia, mayor igualdad y mayor justicia”.

  Como anteriormente pensaba, para derrotar en 2017 al proyecto hegemónico es imprescindible  la construcción de una nueva mayoría.   Llegar a lograrlo solo será posible si se tiene  una clara orientación política y estratégica. Un rumbo hacia la Patria Justa, Libre y Soberana será necesario para impulsar a la Argentina en dirección de la inclusión y una  mayor igualdad.