Baches, pozos, hundimientos, cráteres…

De la desidia a la especulación

De recorrida con mi antiguo Lada rojo por un amplio radio de calles que abarcan barrios de Haedo, Morón y Castelar, voy rebotando sobre un sinfín de baches, hundimientos completos de bloques asfálticos y hasta en algunos casos, verdaderos “cráteres” que no hacen distingo entre periferia y centro: Están por todas partes.

Al destrozo tanto del estado de las calles como de la inmensa mayoría de veredas y cordones de la zona, se le añade que varios de esos hundimientos vienen de la mano de filtraciones de líquidos, por lo cual esos sectores, por más que pasen varios días sin lluvias, permanecen mojados, anegando cordones y, en definitiva, desmejorando el tránsito en general. Sin ingresar en aspectos técnicos de desagües, cañerías y demás, que también pueden afectar la normal vida cotidiana de muchos vecinos de la zona.

Lo curioso es que algunos de tales baches llevan no menos de 6 o 7 meses de “vida” y gozan de perfecta salud. Y los monstruitos van haciéndose más grandes y poderosos…

Cierto es que éstos son inconvenientes que se repetían años atrás, y que si hacemos una breve tarea de archivo en esta publicación, comprobaríamos que desde nuestra primera edición hemos venido planteando esta problemática, la de los recurrentes basurales a cielo abierto o bien acerca de la proliferación de roedores por doquier.

La “sorpresa” radica en la eterna doble vara para posicionarse frente a determinado asunto. Los que no se hacen mayormente cargo, o realizan pobrísimas tareas de bacheo en la actualidad, eran los mismos que se rasgaban las vestiduras ante idéntica cuestión antaño. Y viceversa. Pero la actual gestión le añade al circo una formidable y permanente campaña publicitario-propagandística de obras públicas… para luego cotejar que se hunden los mismos asfaltos que realizaron escasas semanas antes, las luminarias a Led –altamente sobrevaluadas en su momento- se queman a los pocos meses de haberse colocado, los abuelos siguen rodando por veredas destruidas y hostiles a sus dificultades motrices… y grandes luminarias o afiches publicitarios municipales, terminan sirviendo de velador e improvisado colchón para tantos compatriotas que continúan sumándose al regimiento de hambreados en situación de calle por estas latitudes.

Lo increíble es que ni siquiera se estén solucionando todos estos aspectos previamente a la elección de agosto.

¿Especularán con tirarse todo a un “pleno” para Octubre, y que el vecino se olvide de todo este muestrario de desidia y abandono, a cambio de algunos cortes de cintas a último momento?

Es una hipótesis que, a esta altura de las circunstancias, no deberíamos descartar. Mientras tanto, el Quijote nos marca un camino para la reflexión que nunca pierde vigencia: “Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras”.

E Mujik
elmujik@huellas-suburbanas.info