Apuntes Sobre Nicaragua

Por: Roberto José Ferrey Echaverry

Especial desde Nicaragua

El Doctor Carlos Cuadra Pasos, reconocido jurista nicaragüense de los años ´20, expresó que el gran pecado nicaragüense consistía en no haber sido capaces de adoptar un Orden Constitucional que fuera inclusivo, recogiendo no sólo la opinión e intereses de la mayoría del momento, sino de los diversos sectores minoritarios que conforman la sociedad nicaragüense. Típico de ello son las Constituciones que se aprobaban sólo conteniendo la ideología e intereses del grupo dominante, un fenómeno que aún continuamos practicando en la Nicaragua de hoy.

Agregado a esto, en varias ocasiones procesos constitucionales han sido abortados por la no aceptación militar de la primacía de autoridades civiles. Se han también provocado fuertes enfrentamientos entre las facultades del Poder Ejecutivo por un lado y de los Poderes Legislativos por el otro. Un último punto a mencionar: nuestra historia de guerras civiles—mayoritariamente entre los Conservadores de la ciudad de Granada y los Liberales, con sede en la ciudad de León, pero también en los cuales han intervenido varios otros países.

Gracias a la inestabilidad creada por estos conflictos cívico-políticos y militares, se abren las puertas a intervenciones norteamericanas que eventualmente dan lugar a una nueva proyección internacional del país y el eventual establecimiento de la dinastía de 40+ años de la familia Somoza. Fue en esta época que también irrumpe en nuestra historia el General rebelde Augusto César Sandino en su lucha nacionalista anti-Somocista y anti-intervencionista.
Tras tres generaciones, el gobierno somocista decae política y socialmente, si bien logran mantener una fuerte economía gracias a aliados como los EEUU.  Pero los 40+ años somocistas son borradas del mapa nicaragüense por una insurrección popular acompañada de una lucha armada desarrollada por el grupo guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). El FSLN, llevando el nombre de Augusto César Sandino, se impone sobre la oposición civil y se declara la Vanguardia del Pueblo, conformando un Gobierno de Reconstrucción a su gusto y antojo.

Tras perder las elecciones de 1990, ocurre un lapso de 16 años y un alevoso pacto cupular entre el FSLN y el Partido Liberal—liderado por el entonces Presidente de la República, Arnoldo Alemán—les abre una ruta para la retoma del poder con sólo el 38% de los votos en las elecciones de 2007. El FSLN gana, con la cúpula del Partido Liberal creyendo que en las próximas elecciones presidenciales el FSLN les entregaría su apoyo y así, el poder. Pensaron que se pasarían de uno al otro la presidencia a lo largo de todos los años venideros—y nunca ocurrió así.

Lo anterior da lugar a una nueva concentración del poder político y económico, y un recurrente deterioro de la institucionalidad democrática. Se elimina todo tipo de seguridad jurídica y de protección a los Derechos Humanos, cuya culminación se vio en las protestas de 2018.
Con estos antecedentes generales, presento aquí algunos hechos que considero ayudarán a comprender la situación actual de Nicaragua:

  1. El Gobierno de Nicaragua pareciera decidir hacer uso de todos los recursos que tenga a su disposición conforme el ordenamiento jurídico vigente, a efectos de re-elegir al Presidente Ortega este 7 de noviembre.

Además, las calles están llenas de civiles armados con armas de guerra a quienes sólo el Ejército Nacional no capta en su radar, y por tanto no hace nada al respecto. A pesar del mandato constitucional de que no puede haber grupos armados en el país ajenos a la Policía y al Ejército mismo.

  1. Una oposición esparcida en dos o tres agrupaciones que llevan tres años reclamando la unidad. No obstante, las llamadas a unidad que las bases de todos los sectores sin colores políticos les demandan. Con unos ocho (8) pre-candidatos presidenciales que no se ponen de acuerdo de la evidente popularidad de la candidatura de una de ellas, por quien han expresado simpatías diversos sectores del país. La Iglesia Católica y grupos intelectuales y de opinión, así como diplomáticos de la Unión Europea (UE) y principalmente el Departamento de Estado de los Estados Unidos (EEUU) que pareciera impulsar un déjà Vu político con la hija de la ex-Presidente Violeta Barrios de Chamorro.
  2. El gran componedor, la Organización de Estados Americanos (OEA), ha evidenciado su falta de capacidad de acción de su Consejo Permanente, que sólo pasa haciendo permanentemente declaraciones sin resultado alguno. Ha perdido toda autoridad moral sobre todos los países del continente y ni siquiera logra los votos necesarios para aplicar la “Carta Democrática,” que expresa la esencia y su razón de ser.

Ello mediante el veto fáctico que aplican grandes países como México, Argentina, Bolivia y ahora Perú; todos asociados al llamado Grupo de São Paolo, liderado por Cuba y Venezuela. Venezuela, a pesar de su crisis económica, continúa siendo el Banco Central tanto de Cuba como de varias islas del Caribe.

  1. Los EEUU, con un liderazgo histórico, pareciera no saber cómo enfrentar el problema eco-social de la región y ofrece parches como, por ejemplo, el satisfacer a sectores que se oponen a los migrantes de El Salvador y Honduras principalmente. Esto, lo que arrastra también a los guatemaltecos. La personalidad del Presidente Biden, con su ambivalencia, no da señales de posibilidades de cambio. Posibilidades que para algunos sectores de la oposición es factible y actúan confiados en ellos, esperando al gran decisor, actuando en forma reactiva únicamente.

Todo este desorden a los niveles nacional, regional e internacional deja muy en claro que es casi imposible la derrota del gobierno actual en las elecciones del 7 de noviembre de este año. La gran ironía de todo esto es que, con todo lo que ha pasado, el FSLN mantiene un fuerte apoyo entre la clase trabajadora—y este apoyo es lo suficientemente grande para ganar las elecciones sin necesidad de un evidente fraude. Así que no le es necesario al gobierno encarcelar a miembros de la oposición—en este momento son un poco más de 30, entre los cuales algunos están en prisión y otros se encuentran bajo custodia en sus casas particulares. Vale la pena también mencionar que algunos de los detenidos—pero no todos—formaron parte de la cúpula del FSLN en años anteriores. Se podría decir que, en parte, el conflicto político actual es entre facciones del mismo partido.

Colaboradores diversos Huellas Suburbanas
colaboradores@huellas-suburbanas.info