Adónde van esos cosos?

Por: Gustavo Zapata

Sec. Gral. CTA

Morón Hurlingham Ituzaingó

No me gustan los lugares comunes, pero la película del 17 de agosto ya la vi. La vi en la marcha “en defensa de la Constitución» de 1945, o en la de “Corpus Christi”, en la plaza previa a setiembre del 55… para no abundar, eran también los fervorosos defensores del “campo” en 2008.

Existe capa sobre capa sedimentaria de algo que viene desde los que se resistían a la liberación de los esclavos en 1813, desde los que apoyaban la liquidación de los pueblos del sur y noroeste, quienes aplaudieron los fusilamientos de anarquistas. Algunos de ellos, fueron la guardia blanca en la Semana Trágica, o ayudaron a Benigno Varela para que no quede ningún huelguista rebelde vivo en 1923. Uno de ellos escribió «Viva el Cáncer» tiempo después…

Hoy sólo pueden consumir, bajo perfiles psicóticos, el rosario de los mercenarios con carnet de periodista, solos y aislados en sus departamentos o countries, y de vez en cuando una «ex peronista» devenida en empleada de la Embajada, los llama a sacar a la calle sus miserias. Y contagiarse con «sentido patriótico», para crear una bomba biológica que afecte al gobierno de los peronistas, que osaron llevar a una mujer inteligente como bandera. Y a un hombre prudente con ideas firmes que no se deja influenciar.

Hay que vigilarlos, porque el 1933 alemán está a la vuelta de la esquina. Cuando aparece alguien capaz de alinear grandes empresarios locales y extranjeros, un aparato paramilitar propio, uno o dos sellos de goma que les permite postularse, una coyuntura de confusión y crisis internacional, con la capacidad de poner en insultos energizantes todo ese odio gutural asesino. Y un enemigo débil, que no pueda defenderse y concentre todas las venganzas acumuladas por esta parte del género humano, que sólo junta bronca y frustración por sus propias incapacidades.

No hay huevo de la serpiente, sino un tronco malparido, deforme, inmune a todo trabajo cultural, que se reproduce como bastón sempiterno del poder real, dispuesto a convertirse en arma contra los que sean vistos como amenazas contra el sagrado fruto de sus latrocinios y estafas históricas. Y están dispuestos a matar, como ya los vimos en acción tantas veces en nuestro camino como pueblo.

Organizarse, abrazarse del modo que sea para aguantar sus presiones, proteger a los más débiles. Y con aquellos que no entiendan de una lo que está en juego, debatir amorosamente entre compañerxs, seguir pensando caminos llenos de flores y comida para todxs, calor y abrigo para el género humano en su conjunto.

No hay antídoto contra el miedo y la frustración convertida en odio. Pero hay terapias de apoyo para todxs los que se pueda salvar. Y está en juego la supervivencia de la especie.

Colaboradores diversos Huellas Suburbanas
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