25 de mayo, 25 ollas populares

En diálogo con Charly Suares, referente de la agrupación “Ramón Carrillo de Morón”

Las efemérides se reiteran año tras año bajo el enigma de qué coyuntura las abrazará. De ahí su riqueza. Logran presentificarnos ideas, consignas y emociones que chocan con nuestro aquí y ahora, interrogándolo. Y hoy, en un marco atípico, el tradicional 25 de mayo que acarrea aquel concepto de independencia, tan inconcluso, toma contacto con una realidad donde estamos dominados por un virus. Donde prevalece la sensación de estar asediados.

Este asedio no solo pone en jaque la salud, sino que también obstaculiza las posibilidades de generar ingresos de una gran parte de nuestra sociedad. Es así como, desde el comienzo de la cuarentena obligatoria, muchas organizaciones peronistas comenzaron o intensificaron la realización de ollas populares.

El 25 de mayo, fecha que interpela profundamente al movimiento, fue motivo para que el Partido Justicialista de Morón aúne fuerzas y logre llevar a cabo 25 ollas populares a lo largo de todo el distrito. Charly Suares, referente de la agrupación “Ramón Carrillo” de Morón, en diálogo con Huellas Suburbanas, sintetizó: “realmente estamos haciendo lo que tenemos que hacer, ni más ni menos, como peronistas no podríamos estar haciendo otra cosa dada la situación, el contexto”

Una olla vacía y una olla llena. La equidistancia. Una suena metálicamente, como suena la indiferencia, y en otra se oye el hervor de una salsa, un burbujeo, con la vitalidad inherente al canto de los pájaros. Una la golpean panzas satisfechas. Otra se llena, en búsqueda de satisfacer. Perfectamente opuestos. La frase de Charly no es poco. “Estar donde se tiene que estar” no es sinónimo de redundancia, sino que nos deja vislumbrar la consciencia que debe tener todo acto solidario.“Hay un contexto de pobreza en porcentajes exorbitantes que se ha agudizado también con los problemas que la cuarentena acarrea; apoyamos claramente las decisiones del gobierno respecto de la cuarentena y el aislamiento, pero también sabemos que no es la medida del gobierno la que trae las consecuencias, sino el Coronavirus” decía Charly, mientras en la cocina de la Sociedad de Fomento, del barrio Santa Laura, las ollas afianzaban el sabor de un guiso.

“Con varias agrupaciones del PJ estamos constantemente, todos los días, hablando e intercambiándonos productos; nosotros conseguimos gracias a una carnicería de Castelar, “Biguá Campestre”, que nos dona alitas de pollo y recibimos además donaciones de muchos otros vecinos y vecinas. Con eso compramos carnes, verduras, lo que es más caro y tal vez el Estado no provee, para tratar de dar un plus nutritivo” nos comentaba el referente, y a pocos metros las ollas conjugaban remotos deseos de hacer el bien; el aroma se nos ofrecía como una exposición clara y convencida de los alcances de la solidaridad; una disertación aromática, que ponía énfasis en la fuerza que adquiere un acto si se concatenan las fuerzas humanas. Antítesis del “sálvese quien pueda”, del “hombre lobo del hombre”.

Primero se sirvió la comida en Santa Laura y, luego, en el Cabildo Cultural, sede de la agrupación, se hizo una segunda entrega.

“Es un trabajo que, si bien tiene una cuestión de política partidaria, tiene que ver eso con lo organizativo: usar la estructura del PJ como un lugar donde juntarnos y coordinar tareas. Más que una cuestión partidaria es una cuestión solidaria, de militancia social” y agregó: “hoy en día lo humano y lo solidario está más presente que nunca. Se ve en estos momentos la calidad de las personas, les ves la madera, porque ves que están preocupadas, aún pasándola mal, como muchas compañeras y compañeros, y sin embargo están en las ollas; gente que vio cercenada en forma grande sus ingresos y que sin embargo te acercan una guita, algo, para colaborar. Y ves a otros que están preocupados nada más por su pellejo, por no dejar de ganar, por seguir teniendo los mismos lujos…” Concluía Charly en el mediodía del 25, donde el sol se asomaba entre las nubes para despistar el frío otoñal (en su campo que siempre será el cielo) mientras los y las militantes (en su campo que siempre será la tierra) trabajaban a la par del sol en la tarea de entibiar. Un día peronista.

Felipe Melicchio
felipemelicchio@huellas-suburbanas.info