
07 Mar 1° DE MARZO 2019 – INICIO DEL AÑO LEGISLATIVO
Primer viernes de Marzo, previo al feriado de carnaval. ¿Fiesta popular? No. Ciudad Sitiada, dicen los que anduvieron por la inmediaciones del Congreso y más. Añoro esos Primero de Marzo cuando muchos nos instalábamos en la Plaza de los Dos Congresos, para escuchar atentamente el discurso inaugural, que inicia las Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación. Hoy todo cambió.
No dejan que la gente se acerque al Congreso. No dejan que la gente se acerque al Presidente. ¿Por qué lo tratan de ese modo? ¿Lo protegen, o él no quiere al Pueblo cerca? ¿Le tienen miedo al Pueblo o directamente lo ignoran y ningunean? Pedro… tacháme la doble, diría el capocómico.
¡Qué puedo decir del discurso! Hubo miles de memes en la redes, hubo videos donde lo muestran al Presidente con sus reiterados furcios, desbordado, actuando muy mal el guión, porque eso fue. Una puesta en escena donde hasta los aplausos estaban planificados. Con una gran contradicción. En el teatro la mentira pasa a ser verdad, se interpreta, se actúa. El público observa y reproduce en su interior la ficción y la transforma en real. La teatralización es eso. Una mentira que, si es bien actuada, se transforma en verdad. Se sufre, se ríe, se llora, y se aplaude, porque hacemos carne la ficción.
Pero en esta “puesta” del Congreso: En primer término, estaba mal actuada. Segundo: Nadie la creyó, ni los aplaudidores, ni la oposición que se rebeló, ni el propio Presidente, que la mal actuó, ni al Pueblo que la vió por TV, por redes sociales o a lo sumo lo escuchó por transmisiones radiofónicas. Nadie le creyó. Mal guión, mala obra, penosa puesta en escena. No sirvió ni para ilusionarse con los planes futuros. No sirvió, porque este Gobierno no sirve. No le sirve al Pueblo, a la Industria Nacional, a los Trabajadores. No le sirve a la Nación, no le sirve a la República. Sólo le sirve a la familia presidencial, al entorno PRO que hace negocios con el Estado y al grupo de empresarios cercanos.
Espero que sea la última vez que tenga que asistir a una obra tan patética.